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La cita estuvo muy bien, Peggy me confesó que le gusto y se siente bien gustar de alguien tan linda como ella.

Aunque hoy tú me diste esperanzas, de nuevo.

Llegué al local y me abrazaste; notaste que no fui por una semana, eso calentó mi corazón y mi piel quemó bajo tu toque.

Me jalaste a mi mesa habitual y fuiste, literalmente, corriendo por mi dona y café, te sentaste frente a mí y empezaste a hablar, no sabía que hablaras tanto, lo disfruté mucho.

Pero disfruté más cuando dijiste que terminaste con esa chica, que era algo tóxico, creo que no eres tan masoquista cómo creí.

Me alegro...mucho.

Atentamente: El chico al que no le gustan las donas.

El Castaño De Las Donas                                               [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora