Loser's (YoonTae ~ TaeGi) Adaptación propia

Capítulo 30~Muy fan de tu piel bajo el sol

Nota: Recuerdo que en cursiva está lo se supone se dice en japonés .

Martes 18:46h

Un ambiente seco, pesado, pero nublado embotellando el cielo como la situación acontece. Se predecían lluvias mas la humedad tan solo está en mi espalda pegando la camisa a esta con sudor incómodo, nervioso y caluroso. Mis manos están entrelazadas colgando formando una "V" con mis brazos, mi cabeza está gacha mientras me escondo tras todos los invitados que lloran o mantienen sus caras de pesar escuchando el sermón en japonés mientras le abre con sus palabras las puertas del cielo a Seonhwa.

Frente a mí la espalda de YoonGi encorvada mirando fijo el ataúd que forma el centro del circulo de personas vestidas de negro. Su mano derecha está entrelazada con las de su padre biológico y la izquierda con las de su padrastro.

A pesar de la situación, a pesar de las circunstancias, el sentimiento egoísta de escuchar su voz me corroe en el interior. Ni en los taxis, ni en el avión, ni al llegar a su casa y ver a sus padres su perfecta voz quebrada y ronca por los llantos se ha dirigido hacia mí. Ni una palabra en coreano ha entrado por mis oídos en casi veinticuatro horas. Su cuerpo se ha convertido en un contenedor de su alma destrozada siendo arrastrado hacia su hogar para despedir al amor imposible que nunca dejará de amar. Y aquí estoy yo comportándome como un caballero y aferrándome a la idea de que yo soy su amor verdadero y con el que compartirá el resto de su vida.

-Descansa en paz. -Con un eco dolorido todos los presentes me despiertan de la vista de la espalda acongojada de YoonGi. Su padre político se gira parcialmente hacia mí y me medio sonríe cuando él se marcha hacia una mujer que es más que obvio debe ser la madre de Seonhwa pues son perfiles son idénticos.

YoonGi y esa mujer se funden en un profundo y dolido abrazo y hablan durante unos minutos en los que yo me quedo en mi postura de estatua siendo visto por varios invitados como alguien que no pueden identificar. El padre biológico de YoonGi golpea mi espalda para llamar mi atención y me señala con su cabeza a su hijo que me espera tendiéndome su mano izquierda temblorosa en el aire para que llegue hasta él y la tome. No entrelazo nuestros dedos, solo le doy algo a lo que aferrarse mientras nos acercamos al ataúd abierto y donde reposa Seonhwa con sus ojos cerrados con paz y venas hinchadas.

-Me alegro de que no te hayan puesto un traje, nunca te gustó llevarlos. -El puño derecho y cerrado de YoonGi acaricia una arruga de la camiseta blanca que lleva Seonhwa. Miro el perfil de Min que observa el rostro de su ex-novio con adoración destruida mientras le habla en japonés con un tono cariñoso, pero divertido como solo él puede crear en estas situaciones. -Te confieso que estaba asustado, en estos últimos años era muy complicado verte sonreír y ahora luces tan tranquilo, tan en paz. Supongo que es el rostro que se te queda cuando te vas sabiendo que has hecho todo lo que estaba en tu mano para solventar tus errores. -Su puño sigue con la necesidad de sentir el tacto frio del cuerpo inerte. -Cuando nos despedimos te lo dije y te lo vuelvo a decir por si aún me escuchas; te has ido siendo tu mejor versión. Te has ido siendo gentil, bueno y lleno de amor; te has ido... -Su voz se rompe y automáticamente una lágrima cae por su mejilla izquierda a mi vista, respira profundo y con la voz quebrada continua. -Ojalá simplemente te hubieras ido de mi vida y no de la tuya. Tu madre me ha dicho cual es tu última voluntad para mí. -Su mano derecha se abre al fin por completo y sobre el corazón del japonés deja ese anillo que tantos años lo encadenó y a la vez se sirvió de ancla. Su prisión y su realidad. -Sé que tú lo veías como el símbolo de nuestro compromiso de amor, pero para mí llegó a convertirse en el ancla del pasado que no me dejaba avanzar. Es feo y cruel, pero no lo quiero. -La palma de su mano abraza su pecho y lo comprime con el centro del anillo entre ellos. -Te quiero a ti, a los buenos recuerdos juntos de antes y después del accidente. Te lo devuelvo y llévalo contigo. Tal vez, si existe algo más, algún día me lo puedas devolver como símbolo de nuestra amistad. -Aleja su mano y coloca de nuevo lisa y perfecta la camiseta dejando allí sobre su corazón el anillo brillante. -Gracias por entender que la felicidad del otro va por encima en el amor. -Su mano ahora acuna su rostro lo que le hace apretar al instante con su izquierda la mía. -Es hora de que descanses. Te quiero Seonhwa.