Lunes 12:40hSé que llego tarde como siempre, siguiendo mi extraña rutina de llegar diez minutos más tarde de la hora concretada. Pero lo cierto es que hoy me he retrasado por tener la esperanza de que no pasara esto. Nada más apagar el motor de mi coche su moto ha rugido doblando la esquina y ha llegado directa hasta el hueco que hay entre mi coche y el coche delante de mí. Ha bajado con la misma gracia, elegancia y sensualidad que la primera y última vez que lo he visto bajar de su transporte ruidoso y de color negro metalizado para todavía sin quitar su caso colocarle una cadena anti robos a la rueda delantera.
Aprovecho el momento en que guarda las llaves de su transporte en su pequeña mochila de cuero para desabrochar mi cinturón y bajar de mi coche. Él al escuchar el pitido que indica que se ha cerrado con el mando a distancia se gira para verlo. No puedo ver su rostro bajo el casco de pantalla negra, pero seguramente esperaba encontrar mi viejo coche deportivo y no este urbano y de dimensiones mucho más elevadas. A la par caminamos uno junto al otro, pero a una distancia más que notable, hacia la puerta de la escalera del piso de Jin y ahora también de NamJoon. Entiendo que él es su amigo pero, ¿cómo se les ocurre juntarnos a ambos para una comida solos los cuatro?
Miro su reflejo en el cristal que adorna a franjas la puerta mientras tras tocar el timbre esperar a que uno de nuestros amigos nos abra la puerta. Retira el casco de su cabeza zarandeando su pelo algo loco y enmarañado bajo este, definitivamente el corte de pelo que lleva ahora ha aumentado su movilidad al no pesar su cabello tanto pero sigue siendo tan oscuro en sus raíces y denso como siempre; enmarca su rostro a la perfección.
NamJoon pregunta y respondo con un simple "Tae" al aire; entramos juntos y por suerte el ascensor está en la planta baja así que abro la puerta y le indico con la cabeza que pase primero, él me devuelve el gesto indiferente de mover su cabeza una sola vez hacia arriba como símbolo de agradecimiento y de saludo.
Un pequeño carraspeo por parte de mi garganta y el ascensor comienza a subir tras pulsar el botón, miro la pantalla que va indicando la planta que espero alcanzar pronto pues soy consciente de que mi cara puede reflejar asquedad pero mi continuo movimiento de manos y pies es de nerviosismo e incomodidad.
-Te molesta que esté aquí, ¿cierto? -Su voz se dirige calmada y lejana a mí, en un pequeño susurro que me pide que suspire para desear que mi voz no tiemble al atacar recubierto por la ansiedad.
-Me molesta que hayas aparecido de la nada y ahora estés allí a donde vaya. -No lo miro, ni creo ser capaz ni deseo hacerlo. Pero él sí, él siempre ha sido más valiente para encarar las situaciones y da medio giro hacia mí para levantar su mentón tratando de mirarme a los ojos.
-¿Tanto me odias? -Ahora se rompe al final de su pregunta y aunque algo en mí me ha hecho desencajar mi rostro y dejarlo caer apenado el orgullo prevalece para encararlo.
-¿Cómo sabes cuando odias a alguien? -Mi cabeza se inclina ligeramente hacia abajo una vez me pongo frente a él para darle el gusto de que vea la furia y el dolor mezclarse e inundar mis ojos. -¿Hay algún tipo de dolorómetro que te ayude a saber cuando sobrepasas la barrera entre el querer y el odio?
-No. -Directo e insatisfecho por mi pregunta arruga su frente. -Pero si alguna vez me quisiste, y sé que lo hiciste, y has llegado a odiarme terminarás volviendo a quererme. -Ahora quien arruga su frente confuso soy yo. -Los malos hábitos no se olvidan.
-¿Qué pretendes que responda a eso? -Contraataco rápidamente y nervioso levantando mis manos en alto. El brillo del metal que recubre cada parte de las paredes del ascensor rebota en su mano izquierda y con rabia la sujeto con mi mano derecha para levantarla en alto y ponerla en el espacio que hay entre nuestros cuerpos encarando el anillo que Seonhwa le regalo hacia él. -Está claro que los malos hábitos no se olvidan, tú eres un claro ejemplo de los que vuelven una y otra vez a los malos hábitos.
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Loser's (YoonTae ~ TaeGi) Adaptación propia
Hayran KurguHan pasado varios años desde la marcha obligada y repentina de YoonGi hacia Japón. El resquemor y el sentimiento amargo de las despedidas no hechas siguen presentes en las mentes y corazones de esas personas a las cuales YoonGi les marcó la vida. Ta...