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El hecho de ser un ejecutivo de la mafia lo mantenía demasiado ocupado, más si últimamente entre las alianzas de la agencia de detectives con la Port mafia debía hacer equipo con Dazai. Todo por proteger a la ciudad, ya parecía hasta un héroe, siendo que es un mafioso en todos los sentidos.
Ese día justamente el "Soukoku" debió enfrentarse a una organización entera que quería tener poder sobre Yokohama, siendo una victoria absoluta para el dúo.
Luego de eso, como siempre, separaron sus caminos y Chuuya decidió ir a un bar a tomar un par de copas como modo de celebración, a la vez que se felicitaba a sí mismo por haberse contenido una vez más de pegarle una buena paliza al que él llamaba el desperdicio de vendajes y consideraba un traidor.
Si antes ya odiaba a Dazai, su odio acrecentó cuando este dejó la mafia.
Entre trago y trago, desde los más suaves a los más fuertes, dejó de ser consciente de sus actos, pues ya estaba lo suficientemente ebrio, de seguro todos los acompañantes del lugar ya sabían su historia y lo deberían de estar catalogando como una novia despechada.
Porque según relatos de las personas testigos de sus borracheras, siempre terminaba hablando de su odio a Dazai.
A la mañana siguiente despertó a duras penas, con un dolor punzante en su cabeza y ganas inmensas de vomitar a causa de la resaca, su garganta picaba por lo seca que estaba, así que intentó levantarse, pero no pudo, algo se lo impedía y ese algo eran escombros que reposaban sobre él.
Activó su poder un poco fastidiado y levantó los desechos que le aplastaban, para así poder salir.
El lugar no estaba en mejores condiciones, las telarañas inundaban sus esquinas, el techo estaba derrumbado casi por completo y las ventanas estaban rotas.
Además del polvo que le provocó más de un estornudo.
Necesitaba una pastilla con urgencia, sino terminaría vomitando ahí mismo.
Lo único que parecía medianamente decente, era su vestuario, incluyendo su sombrero favorito, que milagrosamente no se vio afectado por su entorno, aún así, no sabía lo que sucedía con el lugar que hace unas horas estaba en muy buen estado, ni tampoco el paradero de las personas que estaban ahí, pensó en un atentado, pero, el estado deplorable en su mayoría parecía de antigüedad y no de alguna alteración.
