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—¡Quítate, inútil! —gritó, empujando a la persona frente a él.
El chico debido al empujó, cayó, provocando los murmullos de los estudiantes quienes recriminaban el actuar del ceniza.
Ese día se había integrado un nuevo estudiante, el cual contaba con una discapacidad y por lo mismo, pedían la comprensión de todo el alumnado.
Él era ciego.
Cosa que se le olvidó al ceniza cuando decidió empujarlo por no avanzar en la entrada de la cafetería.
Chasqueó la lengua y sin siquiera ayudarlo, se fue de la cafetería, ya comería algo por ahí, aparte, no estaba para soportar a "inútiles"
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—Bakugō, me enteré de tu conducta esta mañana y es imperdonable tu actitud hacia el nuevo estudiante. —regañaba Aizawa, su maestro titular.
<<No es mi culpa que sea un inútil>> pensó, a sabiendas que era algo que no podría decir.
—No sabía de su condición.
—independiente de eso, no debes empujar a tus compañeros.
Aizawa estaba cansado de la conducta de su alumno y como no, si todos los días había una nueva queja de él, no lo expulsaban solamente porque era un músico ejemplar.
Claro, la academia UA era la más prestigiosa en artes y sus variantes.
—Ellos se atraviesan en mi camino. —Sonrió altanero.
