Capítulo 25: Heridas de Batalla

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Sakura

Me solté del agarre de Karin y esquivé la amenazante mirada de Tsunade para correr a la posición de Sasuke. Me agaché a su lado y tomé su rostro entre mis manos. Tenía contusiones y un pequeño hilillo de sangre caía de uno de sus ojos. Lo solté y bajé mi mirada a las palmas de mis manos. Aunque lo quisiera, no podía gastar ni un poco más de Chakra...

- Estás herida. - musitó Sasuke. Sonreí.

- ¿Te has visto? - bromeé. Y media sonrisa se escapó del suyo.

- Hey, Sakura. - Dijo Naruto frente a nosotros mientras el brillante Chakra de Kurama centelleaba a su alrededor. - ¿Estás bien?

- Llegaste a tiempo, Naruto. - respondí mientras le mostraba mi pulgar. - ¡Gracias!

De repente, un gran grupo de Zetsus Blancos se abalanzó sobre nosotros e, instintivamente, abracé a Sasuke. Sin embargo, ninguno de ellos nos alcanzó. Y, cuando levanté la mirada, Tsunade, frente a nosotros, se alzaba imponente en medio de una pequeña humareda y una hilera de demonios blancos abatida. Nuestras miradas se encontraron mientras se acercaba a nosotros. Tragué saliva. Había sobrevivido de los Zetsus Blancos, pero no sabía si podría hacerlo de la furia de la Quinta Hokage.

- ¿Completaron la misión? - preguntó mi maestra con severidad. Si se refería a si habíamos conseguido la información que vinimos a buscar, lo habíamos hecho. Miré a Sasuke y asentí. - Encárgate del resto, Naruto. - Le ordenó y, antes de que pudiera terminar la oración, Naruto ya se hallaba eliminando a los Zetsus con energía.

- Lady Tsunade, yo...- empecé a explicar.

- No hables. - sentenció. - No quiero oír esto ahora. - Luego, miró a Sasuke con la misma reprobación y sacó un par de botellas con líquido verde de su bolsa. Nos las ofreció y las recibimos. - Bébanlas. - Observé el tubo y agité su contenido. Tras abrir la tapa, lo olí. - ¡Ahora! - sentenció.

Sasuke y yo tragamos el líquido, pero, a diferencia de la última vez, no nos sentimos mucho mejor tras beberlo. Después de todo, habíamos llevado nuestros cuerpos al límite y las heridas físicas que nos habían propinado los Zetsus no se irían tan fácilmente. Tsunade nos envió una fría mirada más antes de unirse a Naruto y volver al campo de batalla. Suspiré, esta vez realmente se había enojado conmigo.

- No debes preocuparte tanto. - Dijo una tercera voz agachándose a mi lado. Como tantos meses atrás, Karin subió la manga de su abrigo y me ofreció su brazo. - Ella sólo vino para asegurarse de que cada uno bebiera el antídoto sin inconvenientes. Realmente se molestó cuando volví a la Guarida y le conté lo sucedido.

- Ya veo...- Pronuncié mientras enfocaba mi mirada en las múltiples cicatrices que la pelirroja tenía en su brazo.

- Esta bien. - Musitó. - No es como si no lo hubieran hecho antes. - La mordí. Y, tras separarme, ella dirigió su atención a Sasuke. Karin lo miró por un largo tiempo y abrió su boca en varias ocasiones para decir algo antes de arrepentirse al último momento. Parecía luchar consigo misma, pero Sasuke no parecía darse cuenta esto.

- Hola Sasuke. - Le dijo ella tímidamente, él la observó. - Me alegra que estés bien. - Luego, le ofreció su brazo. Pero Sasuke sacudió su cabeza en negación y, con esfuerzo, se levantó. Estiró sus músculos y tomó su espada. Tras esto, caminó hacia donde Naruto peleaba. Paró un momento tras un par de pasos, pero luego continuó alejándose.

- Supongo que algunas cosas no cambian. - Dijo Karin con una triste expresión. Tomé su mano.

- No.- susurré. - Sasuke... creo que no se siente en el derecho de aceptar tu ayuda después de todo lo que te ha hecho. Aún tiene muchas deudas que quiere pagar.

La Última Misión del Clan Uchiha: La despedida de SasukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora