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Jungkook


Bajamos de las escaleras para poder llegar al centro del campus y darle la bienvenida a los nuevos. No podía negarlo, cualquier chica que pasaba por la entrada me hacía ir tras ella. Miraba sus vestidos cortos al igual que sus piernas y simplemente ya las deceaba a todas. Me siento un depravador. Y no me arrepiento, las mujeres son una pecera llena de cualquier tipo de pez. Podía pescar cualquiera. Caerían en el anzuelo lo más rápido posible.

─ ¿Quieres un pañuelo?─ Dijo Taehyung sin mirarme. Traía sus manos en los bolsillos, mientras miraba a otra dirección opuesta a la mía.

─ ¿Que? ─ Lo miré confundido. Creía saber a que se refería pero lo dejé pasar.

─ Bueno, lamento decirte que a la próxima chica a que le veas el trasero se dará cuenta y te pegará un buen─ No lo dejé terminar ya que le di una patada en su rodilla, haciendo que soltara un chillido.

─ ¡Hey...! ─Se quejó mientras se agachaba a sobar su herida.

─ No seas estupido. Ya sabes que solo tengo ojos para Irene.─ Dije orgulloso de mismo.

Irene calló a mis pies desde que le recogí su bolso del suelo cuando se le calló. Desde ese día, solo se niega a alejarse de mi. Se lo permito, porque aunque estemos enamorados, disfrutamos del sexo como nadie lo a echo.

─ ¿Entonces que con el trasero de aquella chica? ─ Señaló mi amigo a una rubia que se encontraba en un grupo lleno de otras rubias.

─ ¿Y quien es el que está viendo los traseros de las chicas ahora? No es justo hyung. Dejame ligarme al menos a la de la izquierda ─ Lo mire con fastidio y ala vez señalando a la segunda rubia a la izquierda.

─ Tengo que admitir que ese trasero es lindo ¿no es así? ─ Ignoró mi berrinche de antes y optó por seguir mirando con su típica sonrisa pícara, a lo que bufe y volví a mirar a la chica, que solo podía ver su espalda. Al igual que su trasero. Tae hyung tiene razón, es lindo. Pero será mío en un par de horas.─

Dos hora más tarde.


─Veamos Jungkook ─Sobó su puente de la nariz─Ya es la cuarta vez que te encuentran en los dormitorios de la mujeres. ¡Ya basta! ─ Gritó el director, mientras me apuntaba con su dedo índice.

No es mi culpa, pienso con la polla y listo, me follo a cualquiera ─mujeres específicamente─. 

─ Ya se lo dije director. ─Comienzo a lloriquear, como un niño al que ya le está jodiendo rescojer su habitación dos veces por semana─ El balón pasó el muro ─Dije ofendido al ver que no me creen. Ese era mi plan ¿no?

─ Jungkook no me hagas darte una sanción  como el año pasado. Esta es tu última advertencia. Y esta vez, va encerio. No entres nunca más a los dormitorios de la mujeres. Si no...─Saca un portafolio lleno de documentos, en este caso: Faltas de respeto, reglas rotas, tardanzas, etc. Pues estoy amenazado con que el cabron le enseñó todo ese portafolio a mi padre. Estaré muerto.

─ Bien...como diga.─ Asenti bruscamente y me levante de la incomoda sila de madera en la que me sentaba.

Salí de la dirección y me dirigí donde Taehyung, que me esperaba con su mirada en el móvil regarfando su espalda en ma pared de mármol de afuera de la dirección. No sin antes echarle una última mirada a la secretaria. Y esta vez a su trasero.  Mierda Jungkook, controlate.

─ ¿Y? ¿Que te hicieron? ¿Te suspendieron? ─ pregunto acercándose a mi, guardando su móvil en su bolsillo de pantalón trasero.

─ ¿Ves esto, Hyung? ─ Señale mi cuerpo de arriba a bajo─ Siempre lo que sea para tener lo que quiera. ─Le dediqué una sonrisa ladina al pelinegro que se encontraba mirándome orgulloso.


corazón de melón || blacktang. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora