8. Enema

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Liberó su manos y ella cayó profanada al piso. Su cabello se dispersaba por todos lados, iba a estorbar en un futuro, así que Flug ató su cabello con ternura como un padre alistando a su niña para su primer día de clases. Desnuda y sudosa estaba, Flug imaginó un par de travesuras pero se negó a tales pensamientos, Demencia tendría que ser suya no de Black Hat.
-¡Flug, de inmediato a mi oficina! -había ordenado Black Hat ese mismo día, recuerda. Y él cual fiel sirviente fue. Ni siquiera se preguntaba las razones ni los motivos para su llamada, aunque aquella mirada aún la sentía clavada en su cabeza.
-¿Qué le puedo ofrecer, Jefecito? -Dijo de forma temerosa.
-¡Nada! ¡Eres un completo inútil!
-¿Entonces, por qué me llamó?
Uno a uno los tubos armó, hasta que tuvieran forma de soporte. Las mangueras delgadas las enrolló en alrededor del tuvo y de su mochila sacó una bolsa con agua que hizo poner encima del soporte conectándolo con las mangueras. -Ahora, amigo mío -se dijo para sí- ¿Supongo estarás confundido? No comas ansias.
-Mi niña, -le dijo a Demencia- Necesito que te pongas en cuatro.
-¿Qué? -dijo entre gemidos, aún su cuerpo temblaba.
-¿No puedes hacerlo, mi niña? -preguntó con voz tierna.
-No puedo... no puedo -dijo- mis piernas me tiemblan.
-Tómate tu tiempo. Descansa, solo no te vayas a dormir. Vas a tener que aguantar.
Su cuerpo blanco y esbelto, se abría de forma obscena dejando ver su intimidad satisfecha, mojada; Y el sudor bajaba de sus senos benditos y suaves como si fueran lágrimas de sus pezones. Su vientre, aún marcado por las cicatrices como si fueran pecas, reclamaba a gritos la semilla de Flug. Todo su cuerpo pedía a gritos más placer, ¿Cuánto más ha de dar? ¿O cuánto más ha de soportar?
-Estoy lista -dijo Demencia, y su cuerpo excitado halló fuerzas de esas ganas malditas de placer. Se puso de pie y su cabello verde largo y mojado se pegaba a su cuerpo a pesar de estar atado. -En cuatro. -Dijo, y con sonrisa se relamía sus labios y saboreaba su propio sudor. Se agachó con suavidad, hasta ponerse primero de rodillas y luego sus manos, marcadas suavemente por las sogas, fueron al piso.
La vista era hermosa. Sus senos caían voluptuosos y pesados, su trasero siempre blanco como la nieve se empinaba redondo al cielo y hacían una invitación indecente a los deseos más impuros. La erección de Flug se enmarcaba enorme en su pantalón y luchaba para asistir a tal invitación, palpitaba. -Mi niña, ¡Hasta Dios el pecado se le haría dulce contigo! -Dijo mientras pasaba un dedo con lascivia entre la línea de esas nalgas blancas.
-Verás, amigo mío -se dijo- Supongo que ya te imaginarás para que la he puesto en esta posición. Lo que tengo aquí -señaló a la bolsa con agua sobre los tubos- es una bolsa para edemas. Lo que vamos hacer es limpiarla. Pero ahora te preguntarás ¿Qué vamos a limpiar? Pues hay una parte de Demencia que aún es virgen y que voy a profanar ahora.
Flug tomó la boquilla de la manguera y la cubrió con lubricante y se detuvo un momento para admirar aquella vista gloriosa y vulgar. Vio detenidamente aquella línea que separaba las nalgas y las tomó con las manos y las separó por primera vez y admiró el hermoso y rosado ano de Demencia, tan suave y sensible que cuando Flug puso su dedo sobre el éste temblaba. Demencia gimió y la erección enorme de Flug palpitó.
Introdujo la boquilla de la manguera lentamente en la cavidad anal que luchaba por mantenerse cerrada. -Relájate mi niña, vas a estar bien -le dijo y ella se relajó, y la boquilla entró fría por el lubricante, invadiendo zonas que ni la misma Demencia había explorado. -Mi niña, vas a sentir un líquido entrar en ti, no te muevas y aguantalo dentro de ti.
-Uno, dos... -Dijo y Flugg soltó el líquido de la bolsa de agua y ésta entró tibia y benigna pero invasiva y Demencia sintió un malestar que le inflaba el vientre y la hacia sentir más pesada y las piernas le temblaban- ...tres, cuatro...-El líquido deseaba salir y ella tembló. -....cinco, seis... - la bolsa de agua ya se estaba vaciando y con las últimas gotas limpiaba el interior de Demencia. -...siete y ocho. Bien hecho mi niña, ahora puedes expulsar todo lo que hay dentro de tus entrañas.
Y mientras Demencia defecaba agua e impurezas, Flug recordaba. -Señorón Black Hat ¿Me puedo retirar?
Y Black Hat soltó a carcajear, entre risa y risa dijo -Sé lo que haces con Demencia en las noches.

Nota del autor: Volví con los fanfics!! Yay!! Ayer actualizé "Sinfonía de amor" y pues espero ser más frecuente. Y perdón si éste capítulo no le es de su agrado, me he percatado que estoy algo fuera de práctica, es que he estado casi un año sin escribir.
Muchas gracias a todos. Os quiero!!!!

Entrenamiento (Flugmencia) (Hiatus Indefinido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora