You Only Live Once ||Piers Nivans y Tu||

Capítulo 23

Viernes 08 de agosto 2014 [07:45AM]

Piers Nivans

Cada gemido que salia de su boca provocaba que enterrara mis dedos en sus muslos, me gustaba escuchar esos jadeos, me excitaba más y más. Deslizo mi lengua por toda su feminidad hasta llegar a su ombligo, comencé a recorrer todo su cuerpo con besos, mientras acariciaba su suave piel. Llevo mi mano a uno de sus pechos, mientras que con mi boca lamia el otro. Ella suspira excitada, mientras desliza sus manos por mis brazos.

-Piers...- Susurra con suavidad. Me gusta. Me gusta. Quito mi mano de su pecho y la bajo. Subo mis labios hasta capturar los de ella, absorbiendo sus deliciosos labios- Piers...-Susurra nuevamente, entre besos, entre jadeos. Me separo levemente de ella, mirando cada parte de su hermoso rostro, de sus hermosos ojos llenos de deseo. Sonrio e introduzco dos dedos dentro de ella, provocando que gimiera, mientras cierra sus ojos y aprieta mi brazo

-Dime... ¿Te gusta? -Digo con mi voz ronca, llena de deseo, llena de placer, llena de excitación, ella en respuesta deja escapar un severo gemido. Comienzo a elevar la velocidad, haciendo que gimiera más y más, haciendo que me tomara de mis hombros y enterrara sus dedos en ellos- No me has respondido- Acaricio su cuello con mi nariz. Aumento más la velocidad, dejándola escapar un fuerte gemido, mientras erguía su espalda. Muerdo suavemente su cuello, dejando una marca en el- Vamos...-

- ¡Me encanta! ¡Me encanta! -

Abro los ojos lentamente, mirando el techo por unos breves minutos. Me levanto, encontrandome a la misma chica que estaba en mis sueños a unos metros de mí. Hacia una videollamada con sus hermanos, se podía escuchar la voz del más pequeño, esta sonreia alegremente, mientras hablaba. ¿Por qué... porque me haces sentir tales deseos? Mi rostro comienza a arder, recordando aquel sueño tan pervertido

-Piers... estas rojo- Los fríos dedos de Kate tocan mi frente- Creo que tienes fiebre- La ignoraba por completo, no podía apartar mi vista de esa chica, no podía dejar de oír esos delicados gemidos en mi mente, esa suave piel, esos sabrosos labios, esos... ¡Mierda! ¡Cálmate! ¡Cálmate...! Bajo lentamente mi vista a mi entrepierna, podía ver un gran bulto en estos. Vuelvo mi vista a la hermosa chica, ella se estaba despidiendo se sus hermanos, con una fugaz sonrisa y un leve movimiento de mano. Quiero que sonría conmigo, de la misma manera con la que lo hace con ellos. Quiero que me abrace, quiero que hablemos de estupideces, quiero que riamos, quiero divertirme, quiero que seamos felices juntos. Quiero que seas mía. Se que suena muy egoísta, pero la necesito conmigo... - ¿Estas bien? -Me levanto y camino hacia la castaña, al estar a unos centímetros de ella, mira a mi lugar, contemplo aquella mirada tan inocente

- ¿Qué sucede? -Pregunta enarcando una ceja. Me siento en frente de ella, admirando cada parte de su rostro- Eeeeh...- Me mira confundida. Suspira- Hay veces que das miedo, Piers- Reacciono