Confusión

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Un sentir confuzo entre un lago que era lo más claro, convirtiendo una pequeña fuente en un mar salado donde te encuentro al fondo de aquel pozo que no querías dejar abrir, atravesando las noches en mi barca de olvidos sin poder olvidar un rostro, siendo atropellado por grandes olas hechas de pavimento.

Persiguiendo la luz que encendía a tu lado, dejando el miedo a la oscuridad a un lado, hablando del coche de tus sueños, sueños tan lujuriosos que rellenan aquel asiento vacío, sacando la calma que se acompaña con el vino más barato que encontré, sin copas para beber solo vasos vacíos faltos de un tinto que acompañe una mañana fría abrigado, pero sin el abrigo de tus pieles.

Rosando con nuevos colores, olvidando tus pinturas, por instante repintando viejos ojos que vuelven a mirar en mi dirección, evitando cambiar mi pincel sin mejorar en nada mis pinceladas, con una pintura llena de grumos.

Con el tic tac del relog, ya pasaron las 12 y yo sigo sin saber que determina la confusión de mis cuadernos que se cansan de hablar en un vacío constante entre la madrugada donde nunca te hice mía, con una luna que esperaba ver dos pieles juntas haciéndose una sola, con un sol que desaparecía rápido para hacer que no nos falte nada, con comodidad entre los dedos llenos de azúcar, con hormigas recorriendo aquellos insípido labios que hicieron dos marcas en mi cuello.

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