Como grandes nubes de humo pasas encima de mi valle, opacando cada uno de mis campos, arruinando mis cosechas, inundando cada uno de mis frutos con un néctar amargo que hace llorar a las hormigas, con grandes vasos bebo la salmuera que dejaste al pasar.
Retomando viejos cuadernos, con letras melancólicas y mecheros a medio gastar, remontó mi conversación con aquel cigarro que dejé en mi ventana, abro mis cortinas para cerrar la ventana, esta pasando un huracán, pero esta vez solo estoy yo en aquel valle, los molinos han dejado de escribir en el aire, el trigo a dejado de crecer, los peces han dejado de dar leche, el agua a dejado de darme calor, ahora el huracán no araza con mi ciudad.
Aquel lobo salió a buscarte, quiero pensar que ambos estamos en el lugar deseado. Tal vez esto no está tan mal, aquel huracán es hermoso.
Después de todo, el huracán eres tú.
En el fondo, siempre te espero a ti sin magia en mis venas.
ESTÁS LEYENDO
Un escrito más
PoesiaPequeños escritos realizados en noches de recuerdos y sensaciones