p  o  v      a  l  m  a 

Abro los ojos lentamente y lo primero que veo es el rostro de Subaru, me tiene rodeada con sus brazos. Me asusto un poco al verlo, por lo que me muevo un poquito, ocasionando que Subaru se aferre más a mí. Por un segundo me olvido de todo y solo me dedico a admirarlo, como si fuera la cosa más bella del mundo, mis hermanos son hermosos.

Meneo rápidamente de un lado a otro mi cabeza, para arraigarme a la realidad de ahora.

¿Cómo pasó esto? ¿Por qué mi hermano está durmiendo conmigo? Sólo hay una solución, preguntarle.

—Subaru —susurro, él ni se inmuta—, Subaru —le vuelvo a llamar, esta vez él frunce el ceño entre sueños— Nii-san...

—Mhm... —él gruñe.

—Nii-san. Despierta —pido con voz suave.

—Eres ruidosa —reniega entre sueños—, sólo duerme un poco más.

—Subaru, estoy desnuda —fue cuestión de segundos para que él despertara de golpe, calleándose así de mi cama, sonrío ante su acción, sabía que estaba avergonzado y por lo tanto sonrojado—. Ha ha ha, no es cierto, Subaru.

Él me mira discretamente para confirmar que tengo ropa, puedo ver su cara de enojo al ver que mentí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Él me mira discretamente para confirmar que tengo ropa, puedo ver su cara de enojo al ver que mentí.

—Demonios, no me hagas bromas como esas, podrías matarme —reclama parándose del piso.

—Perdón... mejor ven, durmamos un rato más por favor, tengo frío —suplico, él solo se sonroja y tarda escasos segundos para volver a acurrucarse junto a mí. Ay, hermanitos siempre tienen que darme todo lo que pido.

—Está bien, pero sólo será hasta medio día porque tengo que ir a entrenar —refunfuña con falsa arrogancia, casi quiero reír, pero lo dejo de lado. Es que lo hace ver como si me hiciera un favor y los dos sabemos bien que ama estar así conmigo.

—¿Ya empezaron las finales? —pregunto acurrucándome en su pecho.

—Sí, mañana son semifinales... irás a verme, ¿cierto? —cuestiona lo último más bajo, más que una pregunta me suena a una petición.

—¿Cuándo te he quedado mal? Nunca he faltado a alguno de tus partidos importantes. Tal vez no pueda ir a todos los de la liga, pero allí estoy en los que tú me pides exclusivamente que vaya

—Una vez no fuiste a la final —murmura, sabía que estaba haciendo un puchero.

—Sólo fue una vez, una nada más —me excuso, ese día tenía diarrea extrema. Esa donde sientes que con solo respirar sale todo.

—Y esa fue la única que no gané —recalca—. Alma, ya te lo he dicho, eres mi amuleto de la suerte, sin ti no me sentiría capaz de jugar.

—Tú eres capaz de hacer cualquier cosa, aún sin mí. Para mí nunca dejarás de ser genial ante todo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 04, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La intrusa ||Brothers Conflict||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora