–Y bueno, ahora estoy acá... Tratando de salir adelante. — finalizó el albiceleste soltando un pequeño suspiro agotador, hablar sobre sus experiencias era bastante ¿Pesado? Y especialmente cuando se trata en cosas que lo marcaron tanto.–¡Y eso es bueno! Admiro mucho como te preocupas por ti y por tus provincias. — respondió el alemán con una sonrisa mientras agarraba gentilmente su taza de café.
–Supongo que si... — respondió con un poco de inseguridad.
Se formó un ambiente silencioso, pero nada incómodo, el ruido de las hojas de los árboles junto al viento lograban de algún modo parecer que todo estaba calmado, mejor dicho, tranquilo.
Su patio trasero era muy grande para un país tan solitario como Argentina, solo había dos árboles (bastantes grandes) junto a su parrilla (tampoco olvidemos la cucha del perro). El jardín de invierno aportaba una vista bastante amplia hacia el patio.–¡AY! Me acordé de algo. — rompió el silencio Argentina, que se levantó rápidamente de su asiento para ir casi corriendo adentro de su hogar. Alemania se quedó solo mientras bebía su taza de café, le daba curiosidad cuál sería el apuro del mayor.
‘⚪🇦🇷⚪’
Argentina volvió con una bolsa de plástico bastante grande la cuál, parecía pesada.
–¿Quieres que te ayude? — Alemania preguntó con un poco de preocupación, dejando su taza casi vacía sobre la mesita.
–¿Qué? Ay ¡No no no! ¡Estoy bien! — dijo mientras dejaba la bolsa en el suelo y lo abría, Alemania ya se había levantado dispuesto a ayudarlo. –Mirá, te quería mostrar lo que me regaló Paraguay, creo que te hablé de él en muchas ocasiones. — rió gentilmente mientras sacaba algunas cosas que Alemania no llegaba a reconocer.
–¿Qué es? — preguntó con curiosidad mientras acomodaba sus anteojos.
–Paraguay me regaló una hamaca paraguaya ¡AH! - finalmente saco su sagrada hamaca, la cual era bastante grande. -¿Sabés la bronca que le tenía esta hamaca? Y el picante de mi hermano me lo trajo, es un amor. — dijo soltando un suspiro, como si parte de su alma fuera completada.
–¿Y dónde tienes pensado ponerlo? — se cruzó de brazos mientras miraba con una pequeña sonrisa a Argentina, no había notado que se había puesto un gorro bastante peculiar.
–¿Viste los dos árboles que están allá? Bueno, tengo pensado ponerlo ahí, aparte que da bastante sombra. — puso todas las cosas rápidamente en la bolsa y empezó a caminar hacia los árboles.
Alemania solo le seguía el paso.–¿Seguro que no quieres que te ayude? — volvió a preguntar el menor.
Argentina tardó un poco para contestar y simplemente empezó a colocar la hamaca.
–Bueno... Si ponés el otro extremo allá te lo agradecería. — dijo señalando el otro árbol que tenía un tipo de gancho clavado en su tronco.
Alemania no dijo nada y solo hizo caso lo que el mayo le pidió.‘⚪🇩🇪⚪’
–¡Listo! — dijo Argentina con una gran sonrisa. –Gracias Ale por ayudarme. — le dedicó una sonrisa aún más grande al menor, Alemania solamente respondió con un "De nada", pero si Argentina le seguía dedicando esas sonrisas sentía que iba a enloquecer.
–Ahora a ver si esta hamaca resulta ser todo un éxito. — dijo con emoción mientras se sentaba lentamente en esta, parecía una nene chiquito. –Naaaah, es todo un éxito. — soltó con un notable orgullo para finalmente acostarse poniendo sus manos detrás de su nuca. –Si vuelvo a entrar en crisis me voy a dedicar a colocar hamacas y cosos electrónicos junto a mi fiel ayudante ¡Alemania! — bromeó un poco para cerrar sus ojos y poner su boina en la cara, dejando solo sus lindos labios descubiertos.
Alemania solo se rió un poco, y apoyó su espalda contra la corteza del árbol, podía ver perfectamente el cabello despeinado y los hermoso labios de Argentina, de verdad ¿Cómo hacía para ser simplemente tan hermoso?Ese hermoso silencio volvió a estar presente, y Argentina inconscientemente se había echado una siesta.
Alemania hizo unos pasos para acercarse más al del sol (solo tuvo que hacer unos 2 pasos), y acercó lentamente su cara a la suya, la distancia que los separaba se hacía cada vez menos, ya podía sentir la respiración tranquila de Argentina chocando con la suya, y sin más rodeos, juntaron sus labios, formando un empalagoso y tierno beso.
Pero sorprendentemente, Argentina correspondió su beso, posando sus manos delicadamente en las mejillas del contrario, eran tan suaves, pero también estaban tibias. Lastimosamente, su beso tuvo que terminar.Solo se miraron, Argentina ya sabía el motivo por el cuál sus mejillas estaban tibias, estaba más rojo que la bandera de Marruecos.
–E-Eh, ich... — trató de excusarse el menor, pero solo recibió un cálido “shhh”.
Argentina se levantó de la hamaca, quedando cara a cara con Alemania (apesar de la diferencia de estatura), agarrándolo amistosamente de las caderas.–¿Querés otro? Porque yo sí quiero uno. — sonrió con dulzura.
Alemania puso con timidez sus brazos alrededor del cuello del argentino.–Ich liebe dich. — dijo para acercarse lentamente al hermosísimo rostro del contrario.
–Ich liebe dich auch. — pronunció como pudo, y se dieron otro beso, pero con la diferencia que este estaba lleno de amor.
—Deutschland y Argentina. ♡
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AHHHh- bueno, hice lo que pude, pero me gustó cómo quedÓ.Estoy pensando en hacer otro libro sobre 🇦🇷x🇩🇪 pero con una historia mucho más elAlBORada (y con coherencia, por así decirlo). (¿
Ustedes que dicen ¿Hago otra historia? B).
AhhH Y GRACIAS POR EL AMOR QUE LE DAN A LA HISTORIA, LOS AMO SIDBDO. 😔💕💞
Hasta la próxima guapetones (tomen awita). 😎💕
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one-shots de Argentina y Alemania
De TodoPequeñas historias de estos dos bebos. 😎👌 La historia contiene; ◽ArgAle. (Argentina x Alemania) •LGBT+ (cosasgeis) ◽Faltas de ortografía. (en este caso, les agradecería que me corrijan) •Cosas +18 (No prometo nada) ◽Cringe. Derechos a la persona p...