Se prometieron estar juntos por el resto de sus vidas, la ceremonia fue como una fiesta, con pocos amigos y por supuesto, familia, en el caso del rubio fue extraño porque ahora es parte de una familia que lo ama y lo apoya.
Nunca se sintió tan agradecido en su vida, ahora agradece secretamente la gracia divina de que ahora puede vivir en paz, con su ahora esposo y no tener que preocuparse por los vampiros aztecas o una piedra roja.
Cuando sanaron juntos en el hospital y comenzaron a contar los sentimientos del otro, su vínculo creció más rápido.