Choi San no era un hombre de mucha rutina, para nada. La única rutina que seguía era la de ir a la universidad por la mañana, hacer de niñera de su sobrina los lunes y miércoles por la tarde y juntarse los sabados por la noche con sus amigos en el café-restaurante habitual.
Entonces ¿qué hacía de repente visitando el centro comercial todos los martes, jueves y domingos a la misma hora?
Ni siquiera él lo sabe, o tal vez sí, tal vez todo comenzó un domingo cuando se dio cuenta de que olvidó comprar alimento para su gato en la semana y sus padres lo enviaron al único lugar abierto un domingo por la tarde; el centro comercial.
El lugar fue recientemente re-inaugurado y esta era la primera vez que ponía un pié dentro de él, todo estaba completamente diferente, haciendo la tarea de encontrar la tienda de mascotas mucho más difícil. ¿Todavía habría una tienda de mascotas por aquí?.
Todo se puso de cabeza de un momento para otro, literalmente, ya que por andar perdido en sus pensamientos mientras miraba a su alrededor provocó que colisionara contra algo y ahora se encontraba tirado en el suelo, siendo aplastado por unas cajas bastante pesadas. Debía haberse percatado antes de ese carro para transportar mercadería.
--¡Oh dios!-- Escuchó exclamar a alguien, seguido de pisadas que se hacían cada vez más cercanas mientras él trataba de levantarse.--¿Te encuentras bien?-- Un chico de cabello castaño comenzó a retirar la mercadería que estaba sobre él, ayudandolo a ponerse de pié y San deseó que aquellas cajas le hubiesen aplastado el cráneo hasta matarlo. Ese chico que vestía el uniforme del bar-café que acababa de ver algunos minutos atrás era demasiado atractivo y él había hecho el ridículo en frente suyo.
--Estoy bien, gracias.-- Se las arregló para decir mientras se sacudía la ropa. Iba a ofrecerle ayuda para ordenar lo que había tirado pero en su lugar quedó embobado mirando cómo el castaño levantaba dos de esas pesadas cajas a la vez y cómo sus definidos bíceps parcialmente envueltos en una camiseta mangas cortas se contraían al hacerlo. Quizás San debía dejar de babear en este instante.
--¿Estás seguro? Estas cajas pesan alrededor de cinco kilos cada una.-- Preguntó el empleado mirándolo con grandes ojos brillantes de preocupación. Definitivamente el ser aplastado por más de veinte kilos de mercadería había dolido menos.-- Deberías tener más cuidado.-- Dijo mirándolo de una manera extraña, como di hubiese dicho suvultimo pensamiento en voz alta, pero luego prosiguió.-- ¿Buscabas algo?
--Sí, la tienda de mascotas.-- Por un momento había olvidado que tenía un gato hambriento y unos padres sobre protectores en casa que lo matarían si no regresaba pronto.
Gracias a todos los astros que algo le salió bien ese día y el lindo chico de la cafetería lo ayudó a orientarse camino al local. San le agradeció con una reverencia y salió del centro comercial con dos bolsas de alimento para gatos, sólo para prevenir que esta situación se repitiera nuevamente y no tener que regresar aquí por un largo tiempo, no despues de aquél vergonzoso momento.
Pero a la semana siguiente regresó, sin motivo alguno y pidió una taza del café más barato que había dónde trabajaba el castaño, que por cierto no estaba atendiendo, solo entraba y salía del almacén y la cocina, llevando grandes cajas con mercadería, levantándolas como si nada a pesar de que seguro pesaba más de diez kilos. San lo observaba pensando en que no le importaría para nada ser asfixiado por aquellos brazos, sea cual sea la circunstancia, es más, lo deseaba.
Pero a la semana siguiente regresó, sin motivo alguno y pidió una taza del café más barato que había dónde trabajaba el castaño, que por cierto no estaba atendiendo, solo entraba y salía del almacén y la cocina, llevando grandes cajas con mercadería, levantándolas como si nada a pesar de que seguro pesaba más de diez kilos. San lo observaba pensando en que no le importaría para nada ser asfixiado por aquellos brazos, sea cual sea la circunstancia, es más, lo deseaba.
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I'm Not a Stalker [2Choi/JongSan]
FanfictionTodo empezó por una bolsa de alimento para gatos, y ahora San visita el centro comercial en días especificos a una hora específica, solo para ver al lindo empleado de la cafetería. Y tal vez, solo tal vez, está siendo un poco espeluznante. Y clarame...