👁4

396 72 16
                                    

Ya era sábado por la tarde nuevamente y JongHo comenzaría su turno en breve, bueno, aún faltaban unos veinte minutos, pero decidió irse de casa temprano ya que a veces no soportaba los sermones de sus padres.

Los señores Choi eran personas con dinero, mucho dinero a decir verdad, además de ser bastante sobreprotectores, estrictos y también estar en contra de que su hijo estuviera "rebajándose" al trabajar en una cafetería cuando ellos podrían mantenerlo fácilmente. Claro que JongHo no deseaba dejar su trabajo, él quería demostrarse a sí mismo que podía lograr cosas por su cuenta sin necesidad de recurrir siempre a sus padres.

Ingresó al local, saludando a todos sus compañeros en el camino hasta los baños de empleados para dejar su bolso y ponerse el uniforme de trabajo, el cual consistía en un delantal de cocina marrón con el logo del local sobre una camiseta blanca y pantalones negros.

Al acabar de vestirse se sienta a esperar en unas mesas cerca del mostrador mientras saca su teléfono. Su dedo se desliza varias veces a lo largo de la pantalla para releer una conversación que tuvo ayer y una sonrisa tonta se dibujó en su rostro a medida que leía, e imágenes de las ultimas semanas venían a su mente.

Había salido con su acosador ya dos veces. La primera fueron a un karaoke, ya que San insistía en que quería escucharlo cantar y ¿Por qué no hacer algo que le gustaba tanto?


° ° °

El primer turno para cantar lo tomó él, por supuesto. The truth untold comenzó a sonar y él a seguir la letra, sintiendo la mirada constante del mayor. Cuando finalizó volteó con una mirada esperanzada hacia San, esperando que su búsqueda de halagos no sea tan notoria, y lo encontró sonriendole brillantemente, dejando ver un hermoso hoyuelo en sus mejillas mientras sus pequeños ojos formaban una grácil línea completando su expresión.

San suspiró dramáticamente mientras seguía sonriendo, parecía que las palabras no querían abandonar su boca, la voz de JongHo era tan melodiosa y dulce, como si perteneciera a un pequeño ángel.-- Wow, yo...-- intentó, pero él valor de decir las palabras que tenía en mente se esfumó en el momento de hacer contacto visual con el menor.

"¿Cómo un hombre podía ser tan hermoso?" Pensó, deseando que no haya sido en voz alta esta vez.

--Wow, creo que lo hiciste bien, Choi.-- Logró decir por fin y quiso abofetearse en ese mismo instante por lo patético que había sonado, pero JongHo solo rió suavemente.

--Gracias, pero ahora es tu turno, Choi.

° ° °



--Oye Choi, comamos.-- Una voz sacó a JongHo de sus pensamientos, haciéndolo bajar su teléfono y mirar al frente, aunque no lo necesitaba para saber de quién provenía.

--Que lindo saludo de tu parte, Choi.-- Ambos rieron por ese pequeño juego que era sólo de los dos.-- No sé si pueda, estoy esperando a que mi turno comience.

--¡Oh, vamos! Tu turno comienza en más o menos quince minutos. Solo vayamos por un helado ¿sí?.-- Prácticamente rogó, haciendo un puchero para intentar convencerlo. Si eso funcionaba con YunHo ¿por qué no podría funcionar con JongHo?

--¿Cómo sabes cuándo comienza mi tur-? olvídalo.-- El mayor rió avergonzado.-- No debería haberte dado siquiera mi número ¿Sabes?

--¡Oye! ¡Eso duele! Sólo estoy mostrando interés por ti.-- Exclamó falsamente ofendido.

I'm Not a Stalker [2Choi/JongSan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora