Dulce Necesidad

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El sol se alzaba,un nuevo y tranquilo día se formaba,junto con él,una pequeña con cabellos a juego se removió en la cama y frotó sus ojos para alejar los rastros de sueño,se había acostumbrado tanto a despertar a esa hora que no necesitaba un despertador

Porque ciertamente no lo escuchó sonar¿Acaso olvidó ponerlo? Miró hacía la mesilla,entonces cayó en cuenta,no era su habitación,y sonriendo recordó,ahora vivía con su novio,y esa era su nueva habitación

-Ah es la casa de Zeref-tomó una almohada y la abrazó con fuerza,se sentía extrañamente emocionada

Pero mirando aquel reloj,que diferente al suyo,el cual estaba plagado de colores pastel,era de un tono grisáceo,marcando que era hora de trabajar

Se levantó de golpe y salió de la habitación,enseguida se arrepintió ¿Para qué había salido si el cuarto tenía baño personal?

Aunque luego agradeció haber salido, pues como por obra del destino Zeref salió de su cuarto

¿Cómo era posible seguir viéndose tan perfecto aún recién levantado?

Se encontraba con los ojos cerrados,el cabello revuelto y con el rostro algo colorado dando un bostezo mientras se estiraba,a la chica le llamó la atención el hecho de que al realizar esta acción su camisa se levantaba un poco,mostrando una pequeña parte de su abdomen,que por alguna razón se veía muy definido,era demasiado perfecto¿Es que acaso se había topado con una especie de dios? Que suerte tenía de haberlo encontrado,él había cambiado su vida demasiado, para bien por supuesto,para muy muy bien

Aún con los ojos cerrados el chico pareció ignorar su presencia y caminó en dirección a las escaleras que daban al primer piso,Mavis no pudo contener la sonrisa que le provocaban sus tiernas acciones, parecía un niño pequeño recién levantado

-Te ves preciosa en las mañanas-dijo al abrir los ojos cuando iba a bajar el primer escalón-aunque eres una pequeña pervertida...-volteó su rostro un poco mirandola de reojo una para mostrar un sonrisa entre pícara y burlona ante el enorme sonrojo de la chica

Sin esperar a que procesara lo dicho bajó desapareciendo del rango de su visión,ella aún en su posición tenía los ojos completamente abiertos y el tener el rostro más rojo era imposible

En el mismo lugar donde estaba tapó su boca arrugando la cara y se agachó para mirar al suelo,la había visto recién levantada y no solo eso,la había visto mirando embobada su abdomen,aunque ¿Qué era esa personalidad del chico?¿Desde cuándo era tan coqueto y bromista?

-Aah que vergüenza..-suspiró en un susurro para luego a una gran velocidad correr hacia el baño de su cuarto,cuando bajara y lo viera iba a morir,definitivamente moriría

..........

Mavis salió de la habitación,ya arreglada para el trabajo y con su bolso en el hombro,mientras bajaba las escaleras dispuesta a marcharse un delicioso aroma llegó hasta ella

-Dulce...-susurró y sin darse cuenta terminó siguiéndolo,hasta llegar a la cocina

La sorpresa no le cabía en el rostro al ver a su amado desatando el delantal de su cintura y dos platos de pancakes en la mesa

-Oh ya terminaste,justo a tiempo,el desayuno esta listo-sonrió,esa dulce y hermosa que tanto amaba

-¿Tú...lo hiciste...para mi?-le preguntó con una mirada raramente cargada con una mezcla de alegría y tristeza

-¿Para quién más?-contestó arqueando una ceja divertido

-Yo..nunca..nadie...-tapó su boca cuando unas pequeñas lágrimas se deslizaron por sus sonrojadas mejillas

¿Por qué regalar nuestro tormento?(Zervis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora