Capítulo II: juegos, estrategia y la vuelta a casa

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Los días siguientes fueron de juegos y alegría para los mellizos; el rey ordenó decorar y llenar de flores el páramo, con la creencia que esto le agradaría y les ayudaría a volver. Pero seguro y ustedes no quieren oír pequeñeces, les contaré lo importante: el primer encuentro entre el increíble gato de Cheshire y los maravillosos niños salidos del páramo, un encuentro que gatilló cambios e historias dentro del inusual País de las Maravillas.

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Ese día los hermanos fueron a dar un paseo por los bosques del palacio; iban conversando acerca de las tensiones que parecían aparecer entre el reino de corazones y el de tréboles (no eran tan pacíficos como se decía). Toda la información de la que disponían fue dada por el príncipe en un pequeño descuido, la reina tampoco era tan precavida como para haber guardado silencio.

ーTe digo que en cualquier momento se desatará una guerra, Alejo, una horrible guerra que puede arrasar con este hermoso reino y su amable genteー decía Alicia realmente afligida, llegó a querer mucho este lugar. Además, la pequeña tenía la madurez digna de una heredera al trono.

ーLo se, si pudiéramos desviar su atención sería fantásticoー respondió en un tono igual de serio su hermano.

El suave sonido de una rama rompiéndose los hizo desviar la mirada, guardaron silencio, buscando entre los árboles algo que supusiera un peligro, al no advertir señales de vida volvieron a su conversación con algo de incomodidad. Así le siguieron otros dos sonidos de calibre similar que terminaron por acabar con la paciencia del niño, quien gritó unas palabras para quien fuese el ser que los espiaba.

ー¡Diré esto una sola vez!, tu decides si mostrarte, y decirnos tu propósito, o largarte de una vez y dejarnos en pazー. Al momento de haber terminado su amenaza, una de las ramas bajas de un árbol cercano crujió.

ーCreo que necesitan mi ayudaー un gato de expresión seria y tono tranquilo aparecióー yo puedo distraer a los reyes si ustedes me dan algo a cambio, digo, solo hay que pensar que los reyes son piezas de ajedrez con mucho poder. Es cosa de estrategia y análisisー, habló con una expresión tan tranquila que casi pareció carecer de emociones.

ーTienes razón, astuto gatoー "halaga" Alicia y el gato movió su boca para dar una sonrisa sin gracia.ー si pudiésemos encontrar un punto en el tableroー continuó Alejo, siendo observado de forma  inmediata por el gato, haciendo énfasis en el concepto de tableroー podríamos proteger este lugar de sí mismo.

ーEscúchenme, niños curiosos, les diré que hacerー dijo el gato acercándose a la oreja de los pequeños y comenzó a susurrar el increíble plan para evitar la guerra.

Luego de algunas deliberaciones, y de haber dividido las responsabilidades del plan, cada uno partió por su cuenta para conseguir lo necesario. Alicia fue a palacio a pedir una cantidad desmesurada de coloridas telas, Alejo partió para convencer a la gente de todos los reinos en participar y el gato fue a preparar el terreno del páramo para recibir una tremenda cantidad de visitas.

Se usaron palos de roble gigantescos (cada uno medía por lo menos cinco gatos sonrientes juntos) que fueron unidos por la punta con telas llamativas y suaves, los palos más altos fueron usados para hacer unas carpas para los juegos y puestos de comida; los soldados o militares, incluyendo los monarcas, no podían portar armas dentro del carnaval… además, ninguno se atrevía a burlarse de su prójimo llevando un disfraz casi tan ridículo como su contrario, lo que quiere decir que nadie discutió y todos intentaron quitarse la vergüenza a base de cumplidos.

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El plan resultó un rotundo éxito, se evitó una guerra y el gato consiguió dos nuevos amigos (esto fue porque Alicia quería aprender a desaparecer y pasar desapercibida como el gato y Alejo se autoproclamó como su amigo).  El plan que había consistido en organizar una especie de carnaval tenía como objetivo secundario comprometer a los cuatro reinos a una buena temporada de paz producida por la presión social, cabe mencionar que el carnaval fue aclamado por todos los habitantes del país de las maravillas, hubo juegos, luces de colores, concursos, comida, y todo lo que uno pueda encontrarse en una festividad de ese tipo.

Pero todo lo bueno, como dicen por ahí, tiene algún final; y pronto los dulces niños Alicia y Alejo debían volver a su hogar, la puerta del páramo se había abierto y nadie sabía si habrían más oportunidades. Las flores comenzaron a cantar y conversar, todo lo que estaba alrededor del gran pórtico, al abrirse este, cobró vida de forma inexplicable.

La gente se reunió en torno al jardín frente a la puerta, escuchando a las flores cantar y viéndolas organizarse en un estupendo coro, también pusieron especial atención a la emotiva despedida que daban los muchachos a los reyes y al gato de Cheshire.

ー¡No me quiero ir, Alejo, quiero vivir aquí!ー gritaba Alicia entre hipidos y sollozos, y los ojos hinchados de tanto llorarー me portaré bien, lo prometo, solo déjame quedarmeー su hermano no dudaba de la veracidad de sus palabras, pero solo podía pensar en el horrible dolor de cabeza que le daría a su hermana de tanto llorar. Creo que solo yo noté la melancólica mirada del príncipe a la bella niñita, a ese muchacho le habría encantado la oportunidad de convencer a mi niño de entregar a su hermana… suerte que la reina hizo el papel de conciencia y eludió una situación incómoda, porque de lo contrario habría intervenido personalmente.

ーAlicia, hermanita, lamento decirte que debemos irnos. No dudo de que tu comportamiento sería tan bueno como el de una princesa, pero debemos volver a casaー Alejo, como todo orgulloso caballero que custodiaba una princesa, retenía las lágrimas. Y en un intento desesperado de convencer a su hermana dijoー. Recuerda que nuestra hermanita Ema ya debería haber nacido, debemos acompañarlaー su hermana ignoró su argumento de forma monumental y su hermano intentó mantenerse firme… pero era un niño, y como tal se abrazó al gato de Cheshire y se largó a llorar. Para un niño las emociones son bastante más fuertes que para un adulto, para ellos es como si todo se multiplicara por diez.

El gato, algo pasmado y confundido, puso sus patas alrededor de ambos niños y sonrió de forma débil y tranquilizadora; la gente ahogó una exclamación de sorpresa, todos callaron para escuchar las palabras del gato.

ーNo lloren, niños míos, por primera vez en mucho tiempo he sido tan feliz que he sonreídoー hablaba a la vez que su sonrisa se ensanchaba levementeー. Si yo he podido hacerlo ustedes también, quiten las lágrimas de sus rostros y denme una sonrisa, una sonrisa que demuestre que son tan fuertes como un roble de bayas sapoー.

Los niños sorbieron y miraron con atención a su amigo, le dieron una sonrisa suave sin separar los labios, y hablaron con amor al gran gato que los abrazaba.

ーEntonces prométenos que pase lo que pase mantendrás esa enorme sonrisa en tu caraー comenzó con emoción Aliciaー y nosotros sonreiremos por ti en nuestro hogar, contaremos sobre ti y nuestra hermanita Ema te amará tanto como nosotrosー finalizó Alejo con gran afecto.

Ambos hermanos entraron en la puerta agitando los brazos en clara señal de despedida. La gente gritaba despedidas y lanzaba flores hacia ellos, mientras algunos lloraban… doy por hecho que fui la única persona en advertir la pequeña mariposa que salió de la palma de Alicia.

Los niños de CheshireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora