Yo no escribo cosas felices.

24 4 0
                                    

Yo no escribo cosas felices. Y es que para mi escribir siempre ha sido la manera de sacar toda la mierda que guardo dentro, de vomitar sobre el papel, de escupirle a la cara de las cosas malas.

Escribo cosas tristes, escribo acerca de que me quiero morir, o de que soy un idiota que no tiene la valentía de matarse, de que el amor es una mierda, o de que tal vez lo sea yo.

Por lo general mis versos no te hacen sacar una sonrisa, soy mas de querer que broten las lágrimas con todos los fracasos que he tenido.

Digo que el desamor es mi sentimiento predilecto, que me odio, que la soledad nunca me abandona, que es la única, porque a veces hasta mi sombra me deja sólo.

Yo jamás escribo cosas felices, no puedo, ni se me da, no vivo cosas felices, veo todo en blanco y negro, y encima me hago llamar realista, porque pesimista a veces me suena feo.

Yo casi nunca estoy feliz, así que, no me inspira. Por lo general lloro, no duermo y odio mucho, y guardo rencor en mi alma. ¿Y que le puedo hacer? Amo la tristeza.

Es irónico, la tragedia me hace seguir vivo aunque me den ganas de lanzarme por el balcón, es casi imposible escribir cosas lindas o con luz.

Dios, pero desde que ella llegó, que me parta un rayo si en algún momento he tenido tanto tiempo una sonrisa en el rostro.

Ella me hace ver colores, ella me hace creer que no todo es tan malo después de todo. Mierda, ella me pone las putas estrellas en el cielo, y de vez en cuando me hace sentir entre ellas.

Te juro que en sus gemidos escuché la más hermosa melodia de Beethoven, Vivaldi y Bach. Vi la más grande obra de arte de Picasso, Benet y Da Vinci cuando la tuve encima de mi.

Logré leer la poesía más majestuosa de Benedetti, Neruda y Buesa juntos, sobre las líneas de su piel, y la ame, y fui feliz, que se rompa el mundo si miento.

En ese momento descubrí que Dios sí existe, aunque algunos digan que no, aunque algunos afirmen que ha muerto, se que si hay un Dios, porque en ese momento, lo fui yo.

Te juro que me sentí el dueño del universo agarrado a sus caderas, y me perdí en la vía láctea que hay en su espalda y viaje por cada constelación en cada beso de sus hermosos labios.

Y es tan irónica la vida, que al mismo tiempo me sentí el ser más diminuto de la existencia cuando me dijo te amo y beso en la frente.

Yo no escribia cosas felices, hasta que la vi, hasta que la conocí. Yo no había sido feliz nunca en mi jodida vida, como lo he sido a tu lado.

Aflicciones de un poeta. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora