Con el último deseo ferviente en su corazón, Son Lang logra poder hacer que las almas de Xiao Xingchen, A-Qing y la suya vuelvan a tener una segunda oportunidad de vida, teniendo un reinicio para volver a empezar.
Ahora que todo ha sido borrado par...
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Un último aliento salió de su muda boca.
Sus rodillas cayeron de la debilidad, intentaba con fuerzas sostenerse con su espada pero no podía, estaba demasiado débil pero había valido la pena.
Lo había logrado después de tanto tiempo.
Tantos años por fin dieron resultados, su búsqueda no fue en vano al llegar al santuario del reinicio.
Song Lan solo cerró sus ojos, dejándose caer al suelo luego de haber cumplido con su último deseo; hacer que las almas de su mejor amigo Xiao Xingchen y la pequeña A-Qing y la de él, pudieran volver a tener una segunda oportunidad de empezar de nuevo desde cero, aunque no sabía que podría pasar luego de eso.
No sabía si recordarían esa vida algunos o no, dependiendo del deseo ferviente que tuvo cada uno.
Lo último que Son Lang deseaba en esos momentos era que todos pudiesen cambiar el cruel destino que les tocó, y que todo se restableciera a uno mejor.
En donde todo fuera distinto a esa vida en la cual todos habían sido rodeados por ese lunático de Xue Yang, siendo arrastrados por él hasta sus últimos alientos de vida.
Lo último que pudo divisar era como las almas rotas de Xingchen y A-Qing brillaban con una intensidad, tan hermosa y cegadora, que luego de eso Son Lang lo único que pudo observar fue oscuridad.
Todo se había desvanecido.
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