Episodio 18 | Parte 2

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La escena era impactante, Ezarel acababa de perder el buen juicio y había apuñalado en repetidas ocasiones a Ewelein aprovechando que había quedado a solas con la enfermera, siendo Nevra uno de los primeros en detectar el olor a sangre proveniente de la enfermería había ido hasta el lugar para ver si todo estaba bien. ¡Y vaya escena se había conseguido¡

Por suerte Valkyon había ido con él a la enfermería al encontrarse ambos en el camino y pudo quitar a Ezarel de encima de Ewelein, sin embargo el elfo parecía reacio a escuchar a sus camaradas. Se sacudía sin decir ni una palabra que tuviese coherencia y con el arma que sostenía todavía en su mano arremetía en contra de Nevra que le esquivaba intentando quitarle aquello antes de que lastimase a alguien más o a sí mismo.

Sus gritos tanto de sorpresa como en exclamación para ver si esas orejas largas que tenía Ezarel le servían para escuchar bien llegaron a oídos de Leiftan y Miiko quienes acudieron a la enfermería. La kitsune de inmediato expresó sorpresa y horror, no obstante Leiftan, que siempre había sido más calmado y con la cabeza más centrada aun en ocasiones caóticas como estas divisó el cuerpo moribundo de Ewelein.

—¡Maldición¡—Sin titubeos corrió a socorrer a la enfermera, sus signos vitales eran desastrosos, la pérdida de sangre había ocasiono que apenas estuviese consiente cuando Leiftan fue a ella. Aun en el borde de apenas saber que era real y que una alucinación trató de pronunciar palabras.—Guarda tus fuerza Ewe.—Leiftan le brindó una sonrisa gratificante al tapar con delicadeza su boca. Al alzar la mirada hacia la herida que estaba en el vientre de Ewelein y posteriormente a la kitsune notó que Erika estaba en la enfermería y también Ykhar. "Que desastre." Pensó Leiftan.

—¡Ykhar busca rápido a alguna enfermera auxiliar, prohíbe que pasen al segundo piso también¡—Con esa orden de parte de Miiko dicha la coneja salió corriendo tan rápido como sus piernas podían hacerlo. Miiko de inmediato dio media, dejando su bastón tirado a un lado se sentó de rodillas en el suelo con una expresión de preocupación.

—Hay que detener la hemorragia tanto como podamos.

—Bien—Miiko cogió de la camilla que estaba a un costado de ella la sabana que la recubría, enrollándola en su mano izquierda presionó con todas sus fuerzas y sin reparo alguno la laceración sangrante.

Ewelein soltó un quejido de dolor un poco ahogado por la mano de Leiftan que tapaba su boca, aunque si bien Miiko se preocupó y dudó en si lo que estaba haciendo no estaría empeorando aún más el dolor de su amiga rápidamente Leiftan la disuadió de ese pensar. 'Tranquila, obviamente esto le va a doler. Pero no debes detenerte.' La kitsune pareció mucho más tranquila cuando oyó lo que quería oír.

—¡Miiko alto, no sigas haciéndolo¡

Delante de los ojos de Leiftan; Erika alejó de golpe las manos de Miiko. La kistune, apenas se reincorporó frunció sus cejas, exaltada por la situación y por la osadía de la guardiana.

—¡¿Pero qu-?¡

—¡El arma de Ezarel tiene la punta rota¡—Erika ni siquiera lo pensó, en realidad, sus manos simplemente actuaron por su cuenta como si tuviesen autonomía propia, metió sus dedos dentro de la herida de Ewelein haciendo que Leiftan la tuviese que tomar con fuerza debido a las contorsiones de dolor que estaba dando. Aun si la guardiana había cerrado sus ojos porque ver eso no era nada agradable continuó hasta sacar casi que en un movimiento de susto, con sus manos temblando y llenas de sangre caliente la punta del cuchillo del interior de Ewelein.

Miiko miró aquello espantada. Si ella hubiese continuado presionando como Leiftan le había dicho...

—¡Miiko, Miiko, ya encontré a uno de los enfermeros¡—.

* * *

El cuartel general seguía agitado luego del episodio de la enfermería, aún estaba prohibido el paso al segundo piso de la sala de puertas... aun no daban explicaciones sobre lo ocurrido. Erika estaba en el comedor junto a Nevra, quien le había invitado a una bebida para pasar un poco lo que acababa de suceder.

—¿Y cómo está Ezarel?, ¿ya se sabe por qué atacó a Ewelein?

—Tuvimos que anestesiarlo para que se calmara así que no sabemos todavía que lo provocó, pero por lo visto tal vez Ewelein dijo o hizo algo que lo alteró. Ezarel no estaba muy bien de la cabeza cómo pudiste ver, aunque aun así me cuesta creerlo... ah... en fin, Miiko dijo que pensaría que hacer con él.

—Qué situación tan complicada...

—Ni que lo digas. Espero que de todo este problema las cosas puedan llegar a terminar bien, sería un problema si además de tener un elfo loco perdiésemos a Ewelein.

Erika asintió sin mucho entusiasmo. Tomando de su vaso y bebiendo un poco de su contenido sus ojos violáceos vagaron por la cantina sin gana alguna, solo cuando vieron al daemon que salía de la cantina y hasta ese momento Erika no se había percatado que estaba ahí parecieron recobrar interés en algo.

—Nevra hablamos después.

Sin esperar una respuesta se retiró de la cantina dejando al vampiro en soledad. Apresuró lo más que pudo el paso solo para alcanzar a Leiftan.

—¡Oi, Leiftan¡—Sus manos no dudaron ni un instante en tomarle del abrigo para pararle el paso, el daemon volteó a mirarla con cierta sorpresa en su rostro.

—¿S-si...?

—Me gustaría hablar contigo.

Leiftan suspiró, ya sabiendo a donde iba todo esto le hizo una seña con la mano para que le siguiera y ambos salieron del cuartel. Ya era entrada la noche y casi no había nadie caminando por el lugar, no era quizás lo más prudente en todo caso hablar de ese tema ahí. Pero a Erika eso poco le importaba.

—¿Sabías que esto iba a ocurrir?—Erika miró fijamente a Leiftan buscando la verdad en sus ojos. Que ella le mirase así le hizo sentir acusado, como quien de verdad, de verdad la había arruinado, sin embargo no se dejó llevar por ese sentimiento y permaneció serio.

—Si—Dijo sin titubear al hablar.—Había que sacar a Ewelein del medio de la manera más efectiva posible, ya sea que ella sospeche o ya sea porque estaba encargada de preparar esa poción para ti, había sacarla.

—...

Erikale miró un poco tocada de escuchar de eso de parte de él, no sabía ni siquieraque responderle, que actuar por lo menos... solo atinó a desviar la mirada y regresar sobre sus pasos para volver al cuartel. 

Mi Daemon Ideal | Eldarya | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora