🥀My Dear🥀

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Recuerdo el día perfectamente, estaba nublado y hacia bastante frío. Esa semana estuve con los ánimos por los suelos en busca de esperanza sin encontrar nada.
Es difícil. Lo sé, pero lo necesito tanto...
La ví llegar como de costumbre, tocaba historia y ella entraba con un montón de papeles en sus delgados brazos, traía su melena negra suelta y ligeramente despeinada como de costumbre. Recuerdo que al verme me dedicó con una sonrisa
- hola, corazón.
Yo sonreí nada más verla, estaba claro los lunes, martes y viernes serían mis días favoritos con ella en clase.
Que hacia para hacerme olvidar todo lo malo? Bien, ella no buscaba que yo usara la razón, sino el corazón.
Estaba decaída, hoy no era un buen día para mi maestra pero sé que sus esperanzas son ilimitadas.
Con un suspiro, se levantó de esa mesa de profesor tan aburrida y triste que se encuentra en una esquina de la clase al lado de las ventanas, al lado de las nubes grises que van cargadas de agua y viento helado.
Ví como empezaba a dibujar en la pizarra y nos explicaba que el ser humano se compone de tres máquinas. La razón (el cerebro), el sentimiento/emoción (corazón) y el instinto (estómago). Al lado del corazón dibujo una esfera roja y la quiso llamar "sensibilidad".
Con un toque de esperanza en sus ojos preguntó si sabíamos para que servía esa esfera, pero ese toque de luz se desvaneció ante los comentarios tan llenos de indiferencia y frialdad de mis compañeros. Fue un escándalo y yo me mantuve firme con la mano levantada, callada pero mirando la triste expresión de mi maestra.
Como si hubiera visto un rayo de luz en un túnel oscuro me dió la palabra.
- la sensibilidad es el medio que nos une.
Y tal fue su cara de asombro al ver visto algo que nadie más veía que mis compañeros solo supieron considerar mi testimonio una tontería.
Pero... Y si nos paramos a pensar?
Recordé lo que me pasó el lunes, ví a un gato siendo casi atropellado. Aún recuerdo como esa pobre criatura me miraba con sus preciosos ojos verdes agua. Iba a darme la vuelta y a seguir con mi camino pero algo me paró, esa voz interna o ese Ángel en mi hombro y me dijo.
- por qué no marcas la diferencia?
Me giré sobre mis talones y me acerqué al pobre animal y me ofrecí a ser yo la que le diera mínimo un día más de vida. Lo tenía en mis brazos mientras decía:
- no puedo dejar que te pase algo, yo no quiero ser como los demás...
Recuerdo como antes de irme comenzó a mauyarme y al girarme ahí estaba sentado mirándome.
No entendía a ese gato pero la sensibilidad del uno por el otro nos conectó.
Por eso dí ese testimonio...
Nunca veamos la sensibilidad como algo malo, muchas personas carecen de ella y es algo esencial para ayudarnos a conectarnos. Y como no, eso perdura a lo largo de la historia, si quiera la muerte puede matarla.

Repartió esas páginas, era una obra de Benito Pérez Galdós, la mula y el buey. Recuerdo como leyó los tres primeros versos y como su voz se volvía más rota. Todos parecían burlarse o pasar del tema, pero eso a ella no le importó porque se quedó mirándome mientras negaba con su cabeza. Pobre mía y pensar que yo era la que rebozaba fragilidad... Se equivocaba.
Acabó la clase y me quedé en mi lugar, cuando todo se quedó vacío, ella se acercó a mí y agarró mis manos. Con una sonrisa amarga y la voz aún rota me dijo:
- ay querida, siempre fracaso con esto...
Mi alma se partió en dos. Como era posible que personas bajadas del cielo recibieran tal trato? Me negaba a verla mal. Ella más que ser una maestra me ha apoyado, es como una más de los míos y ella lo sabe.
Soltó su agarre y se sentó en el escritorio sosteniendo su cabeza con sus manos, sentí aquello... La sensibilidad, el impulso de ser yo la que dijera todo aquello que nadie hizo nunca. Suspiré tratando de aliviar tal nudo que mi garganta estaba soportando y me arrodillé a su lado.
- no dejes de hacer esto por favor... Nunca nadie se había preocupado tanto en hacer que yo consiguiera sacar todo lo que siento. Agradezco muchísimo esto, lo necesito.
Me sentí completa. Agradecerle algo a una persona que me importa, ella estaba mal, lo sé. Me hizo saber que se sentía sola y que no encajaba. Era como un lobo fuera de la manada.
Con una sonrisa y lágrimas en sus ojos me volvió a agarrar la mano y dijo
- no sabes cuanto te agradezco esto. Muchas gracias, cariño.
Ojalá haber estado todo el recreo junto a ella, no queríamos dejar de hablar, pero un pasillo nos separaba.
Ambas fuimos el desahogo de la otra y antes de irse me miró a los ojos y me dijo:
- nunca pierdas la esperanza.
Decir que la quiero se queda corto. Nunca ví a alguien tan implicado en ayudar a la gente. Ella quería hacernos despertar de ese lecho tan frío y ayudarnos a volar. Yo permití que ella me levantase y me curase las alas.
Me di cuenta que es duro ser alguien bueno en un mundo tan frío pero es otro ejemplo a seguir más.
No importa que nadie nunca lo valore, tu trabajo siempre sirve.
Y algún día, alguien inesperado se acercará y te lo agradecerá.

‧͙⁺˚*・༓☾𝚅𝚊𝚕𝚔𝚢𝚛𝚒𝚎☽༓・*˚⁺‧͙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora