‧͙⁺˚*･༓☾𝚅𝚊𝚕𝚔𝚢𝚛𝚒𝚎☽༓･*˚⁺‧͙

Selene

Una vez pude contemplar a Selene brillando en el cielo, pude verla brillar tanto como cualquier otra alma que se detuviese a contemplar su luz tan blanca.

Tan hermosa y luminosa como cada noche, pero nadie contemplaba su rostro, tan solo su luz. Nadie podía ver sus ojos color plata.

Oh, mi querida Selene, ¿por qué lloras? ¿Por qué tu mirada se ha perdido en el este en busca de algo? Mi hermosa Luna, ¿que ansias tener? ¿Qué te tiene tan pérdida y esperanzada a la vez?

Tal vez la salida del Sol, las olas del mar, las estrellas o las mismas almas que nos parabamos a contemplarte una vez más antes de cerrar nuestros ojos.

Me acerqué a tí muy lentamente y dime querida, ¿por qué lloras? ¿Qué te tiene así? Mi Luna, mi preciosa perla nocturna... Aunque nadie pueda verlo, yo lograré fijar mi vista para ver en lo más profundo de tu ser.

Sonreíste al encontrarme frente a tí, querías mantener mi alma en paz con tu presencia tan serena pero me era inevitable no notar tu dolor y tu lamento.

¿A quién le lloras tanto? Abrazas tu cuerpo con fuerza y tratas de mantener tu luz para no hacerme perder el camino. ¿Pero quién te guía a ti, querida?

No dije una palabra más, sentía algo dentro de ella, sí, pero no sabía el qué. Así que en silencio me desvanecí en esa oscuridad nocturna esperando al alba para despertar una vez más.

Mi amada perla, esperabas por él. Esperabas por aquel lucero del alba que te iluminase el camino ya que ninguna otra estrella sería capaz de iluminarte con tanta fuerza.

Tu sonrisa, casi desvanecida por ese río de lágrimas que bajaban por tus ojos plata.

Solo te hizo falta un leve tacto y tus ojos dejaron de estar perdidos para encontrar la calidez en los de él.

Mi amada rosa blanca, aún buscas la forma de unirte a él para lograr complementar tu ser.

Mi amada perla blanca, a pesar de tu dolor sigues iluminandome a mi también para hacerme mantener esa leve esperanza que yace en mi interior tratando de no apagarse.

Mi preciosa dueña del cielo nocturno que hoy se presenta ante mí, yo una vez me quedé mirando el atardecer en busca suya.

Mi amada Luna, mantén tu luz fija en mi y continúa luchando por esos ojos que suspiran tanto por ti una vez desapareces del cielo.