Capitulo 8: Deseo.

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CAPITULO 8.

DESEO.

El lugar a donde su hermana le había dicho que fuera era un almacén abandonado, estaciono su auto, se bajo y después toco la puerta. Su hermana fue la que abrió la puerta, Cassandra se veía como el infierno, su cabello estaba revuelto y tenía arañazos en sus brazos y cara. Sophia se maldijo a ella misma y al idiota de Rhett, nunca le iba a perdonar que mientras le daba placer a su cuerpo la noche anterior también estaba planeando atacar a su familia.

''Cassie, lo siento mucho," se disculpó.

Su hermana bufo poniendo los ojos en blanco.

"Donde demonios estuviste, Sophia?"

"Yo también fui atacada," dijo. "El maldito Rhett Zaveri me secuestro, casi no salgo con vida."

Se sentía ruin el mentirle a su hermana, pero no le podía decir la verdad, su padre probablemente la mataría.

"Vamos con padre para le cuentes todo."

Sophia siguió a Cassandra en silencio, dentro del almacén habían decenas de camillas con cazadores novatos siendo atendidos, algunos de estos tenía heridas realmente malas otros eran solo unos cuantos golpes y arañazos. Su padre estaba siendo atendido también, al ver que esta se acercaba le gruño a la persona que le curaba que se largara. Fulmino a su hija con la mirada, su cara estaba roja de furia.

"Donde carajos estuviste medita todo este tiempo," exigió su padre.

Sophia trago saliva y se dispuso a contarle una verdad a medias.

''Zaveri me secuestro, me agarro con la guardia baja, no tuve otra opción mas que ir con el o sino prometió que me mataría," dijo. "Me llevo a un lugar en el centro de la ciudad y me dejo allí esposada; casi pierdo las manos tratando de liberarme." Sophia le mostró sus muñecas ensangradas.

Vincent se levantó, tomando la mandíbula de Sophia con fuerza.

''Si me estas mintiendo vas a pagar caro," le susurro. "Una traición se paga realmente caro, cariño, así que se inteligente y no desobedezcas a papa, de acuerdo?"

Reprimió las ganas de mirar hacia otro lado.

"Si, padre."






La manada Zaveri se encontraba celebrando el golpe que le habían dado a esos cazadores malditos, incluso los brujos estaban allí, puesto que si la manada caía significaría que ellos también. El padre de Rhett era el que había creado esa alianza entre hombres lobo y brujos. Los lobos prometieron proteger a los brujos de sus enemigos y los brujos protegían con su magia a los lobos para que los cazadores humanos no lograran descubrir donde vivían.

Rhett observaba a su gente bailar y beber, hacia mucho tiempo que no estaban tan felices.

"Buenas noches, Alfa."

Rhett se volvió hacia la voz, era uno de los brujos mas antiguos y mas sabios con los que contaba su manada.

"Buenas noches, Anciano Alfred," inclino un poco la cabeza en señal de respeto.

"Nuestra gente ya necesitaba una victoria como esta," comento en anciano.

"No pareces tan feliz como ellos," observo el Alfa.

Alfred le sonrió a Rhett, ese muchacho era el único que parecía ser capaz de notar cuando algo iba mal con él, igual que su padre Rio Zaveri el anterior alfa.

"Hay algo que me preocupa," comenzó. "Los lobeznos han estado fuera del mapa y eso es sospechoso, no me gusta ni un poco."

"No dejare que se acerquen a nadie de la manada," prometió Rhett.

"Se que así será, pero aun así no es normal en ellos estar tan calmados, ellos son mas fuerza bruta y menos cerebro."

Rhett sabía que el brujo tenía razón y mantendría la guardia bien el alto, toda esta gente dependía de el y no las iba a decepcionar.






Kit Andrews no perdía de vista al culpable de su deseo, Rhett estaba especialmente guapo esa noche, su hermano Kai era el mejor amigo de la infancia de Rhett, lo que significaba que Kit había crecido tambien cerca de él. Llevaba tantos años enamorada de el y tenía la esperanza de que algún día el guapo y poderoso Rhett la hiciera su compañera. Kit era la indicada para Rhett, era la hermana de su mejor amigos, seria la cosa mas normal si los dos terminaban juntos.

Ahora mismo el se encontraba del otro lado de la fogata, a unos cuantos metros de ella, tan cerca pero tan malditamente lejos, Kit quería caminar hacia él, que la apretara contra su cuerpo con esos brazos tan musculosos y poderosos y que esa boca hiciera que su cuerpo se sintiera en llamas, su barba de varios días provocándole mas placer a su sensible piel.

"Puede que yo no sea una loba, pero estoy bastante segura que casi todos aquí son capaces de oler tu excitación," una voz femenina llego a sus oídos.

Su mejor amiga Amani se encontraba al lado de ella. Amani era una de las brujas jóvenes más poderosas junto con sus hermanas mayores Nhaya y Kora y no era para menos considerando que ellas era nieta del anciano Alfred, el cual era considerado el mas fuerte de los brujos de los últimos tiempos, la manada Zaveri de verdad que era afortunada de tenerlos. Sus poderosos hechizos rodeando el territorio de la manada era lo que había evitado que los cazadores los encontraran, ellos era invisibles ante el ojo humano e incluso de los lobeznos.

"Lo quiero para mí," contesto.

"Lo sé, lo has hecho bastante obvio durante los años," dijo Amani.

"No se que hacer para que me vea, yo daría lo que fuera por llamarlo mío," Amani podía oír la desesperación en la voz de Kit.

"Si el te quiere el te lo hará saber y ahora mismo dudo que el tenga cabeza para eso, no con los esos lobos secuestrados," trato de tranquilizarla.

Si, era eso, tenía que ser eso.

"Supongo que tienes razón," suspiro Kit. "Pero tan pronto como esto pase, le haré saber que estoy enamorada de él."

Amani tan solo miro a su amiga con una sonrisa forzada en sus labios, Rhett había hecho muy claro que no miraba a Kit como algo mas que la hermanita de su mejor amigo, aparte Amani podía darse cuenta, gracias a sus poderes de bruja, que el alfa ya tenía un poderoso vinculo con otra mujer, un vinculo que solo los compañeros tenian, pero claro ella nunca tendría el corazón de decírselo a Kit.

Enemigos Íntimos (Enemigos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora