capítulo 4

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SeokJin, luego de largos días de debate mentales consigo mismo, decidió aceptar aquella propuesta; al fin de cuentas, si movía bien sus cartas, podría terminar cautivando al licenciado. Velar por su futuro era primordial para poder ser alguien en la vida, ansiaba aquel poder que apareció gracias al dinero y el renombre; exigía el respeto, la vida de lujo y regalos caros. Ni más ni menos.

Acostado en su cama, jugaba con la tarjeta como si fuera lo más importante en si vida, todavía su mente le reprochaba aquella decisión, por eso, todavía no había llamado..

—Oh, SeokJin. ¿Qué es lo que pierdes? Tus padres nunca podrán pagarte la Universidad del Sur —mordió su labio—. Merezco tener todo lo que yo quiero y no ser pisoteado por nadie...

Tomó el celular que se encontraba a su lado y volvió a mirar la tarjeta. Marcó aquél número, despacio, como si quisiera retrasar todo el suceso, y esperó  a que atendiera al terminar.

—Vamos...

Tres tonos se hicieron escuchar, seguido de una voz dulce y carismática.

—¿Hola? Habló desde la residencia del licenciado Kim Namjoon. ¿En qué le puedo ayudar? —se escuchó como un objeto caía al piso.

El castaño alejó el teléfono por un segundo. «¿Y este quién es? El profesor no me dijo que vivía con alguien»

—¿Hola?

Negó con la cabeza ante aquellos pensamientos y volvió a pegar su oreja en el aparato. —Oh, perdón. Un gusto, soy Kim SeokJin y soy un ex estudiante de Kim. No sé si le habló de mí.

—Si... Me habló un poco de usted, pero sabe que es muy reservado con algunas cosas.

—¿Puedo hablar con él?

—Mmm... —está vez, el silencio llegó por parte del que atendió el teléfono. —Esperé unos minutos, ahí veo si puede atenderlo.

El tono de espera apareció derrepente, ni siquiera le había dado tiempo para afirmar cosa alguna; pero debía esperar, dar marcha atrás en este punto sería contraproducente para sí mismo y para su orgullo. ¿Qué excusa pondría? No podría decir que se sintió celoso por aquella voz dulce que lo atendió, claro que no. No caería tan bajo.

—¿SeokJin? —otra voz más varonil lo sacó de su trance.

—Perdón, estaba pensando —río nervioso—. Buenas tardes, licenciado Kim Namjoon. Perdón por llamarlo de la nada, pero tenía que hablar con usted sobre la propuesta que me hizo, la de pagarme todos mis estudios.

—¿Y qué quieres saber sobre eso?

Volvió a morder su labio al escuchar aquello. —Nadie ofrecería una propuesta tan cara y pretenciosa sin querer nada a cambio. Así que estuve pensando un tiempo y me pregunto, ¿Qué es lo que quiere de mí a cambio? Si es que yo acepto, obviamente.

—No lo sé. ¿Qué estas dispuesto a dar? —. El tono de voz, del más alto, cambió completamente a uno más coqueto. SeokJin sonrió al darse cuenta de eso.

—Lo primero que me enseño el gran Maestro Kim, fue a nunca revelar hasta que punto capaz de ceder uno ante la otra parte —. Con el mismo tono que había usado el mayor, respondió

—Touché —una pequeña risilla salió de sus labios. —Aplicas mis propias lecciones en contra mía, pero aún te faltas muchísimas cosas por aprender.

—Y es por eso que te estoy llamando, quiero aprender todo y de manos del mejor maestro. Quiero llegar muy lejos, hacer muchas cosas y se que en mis condiciones económicas eso se me va a ser imposible,  así que por ahora estoy en sus manos.

—En verdad pareciera que estuvieras dispuesto a todo por estudiar  y lo que yo te pido a cambio no es mucho. ¿O quién sabe? —se quedó en silencio un segundo, para más dramatismo—. Tal vez, lo que pido sea demasiado para un muchacho tan joven y guapo como tú.

—Haga de una vez su propuesta, así sabrá que tan dispuesto estoy para seguir mis sueños.

—SeokJin, he visto que eres inteligente y eres capaz de cualquier cosa con la perseverancia que has mostrado en el tiempo que te estudiaste conmigo. Como sabrás, a medias, mi trabajo tiene algunas cosas delicadas que no puedo resolver con cualquier abogado y tú personalidad vendría bien.

—¿Quiere que trabaje para usted?

—Llámalo como una pequeña ayuda, todavía te falta demasiado por aprender y es por eso que quiero pagar tu carrera. Yo pago tus estudios y tú, a cambio, me das los primeros años de tu carrera.

—La verdad, la verdad es que me sorprende demasiado su propuesta. 

No había alguna pizca de mentira en sus palabras, realmente le sorprendió que fuera una propuesta tan diferente a la que tenía en mente. Era muy diferente, demasiado para su gusto.

—Eso si —. Namjoon volvió a tener la palabra. —No quiero tiempo perdido, los jóvenes de ahora no valoran la oportunidad de estudiar y solo piensan en divertirse. Pero tú tienes hambre, hambre de saber, hambre de crecer, tienes hambre de salir adelante

—Y ni que lo diga.

—Si aceptas no tendrás tiempo para divertirte, asistiras a la Universidad y al salir de allí tendrás que ayudarme con algunos asuntos donde también seguirás aprendiendo. Pero eso no te dejara tiempo para nada más —sonó más serio que antes —. No quiero distracciones.  Quiero que a pesar de estar ayudandome a mí en todo lo que te pida, sigas siendo el mejor de tu generación.  Quiero las mejores clasificaciones. ¿Aceptas?

SeokJin se dio el lujo de pensar; era una oportunidad que no podía desperdiciar por nada en el mundo, pero, ¿Podra mantener todo lo que le pide? ¿Podria darla la mitad de todas las exigencias propuesta? Osea, el era inteligente y trabajador en cierto punto, pero nunca antes había tenido una clase en una Universidad. No sabía que tanto iba a batallar con tal de resaltar con sus notas.
Se escuchó el carraspeo de garganta en la línea.

—Bueno... Licenciado, me gustaría avisarle que acepto.

—De acuerdo —ambos, si siquiera notarlo, tenían una sonrisa en el rostro. —Pero me gustaría sellar el trato en mi casa. No sé si le molestaría tomar un café mañana, si es que puede.

—Sería un placer, mañana lo veré sin falta.

—Nos vemos mañana entonces, ahora me despido porque tengo muchísimas cosas que resolver. Fue un placer hablar con usted.

El más joven cortó la llamada sin despedirse y dejó el teléfono en la cama. Mirando el techo con una paz interior, estaba seguro que sus planes para su futuro se concretarian. Estaba tan feliz por ello y debía compartir su felicidad con alguien y su mejor amigo, por así decirlo, era la mejor opción.

—¡Dios! Esto lo tiene que saber Jungkook.

°-SeokJin, ah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora