''Este Omega es Mio'' Riren +18

Parte 8: Día 7 en Etapa de Celo [3]

[Narrador]

Ella lo estaba matando...

Ella estaba obteniendo lo que quería, pero no de la manera en que quería. Ella no era mala, simplemente tenía una idea errónea de lo que en realidad es "Amor".

Sinceramente, ella no estaba consciente de que Levi se había desmayado, creyó que finalmente estaba cediendo ante sus encantos.

Después de minutos succionando su miembro y dejándolo completamente lubricado, se posicionó encima de la virilidad para proceder a introducir aquello en su cavidad.

Faltaban solo unos centímetros, antes de que se dejara caer por completo, haciendo que entre de una sola estocada y a la vez logrando que la punta de aquella hombría, tocara el punto de estimulación de la castaña.

P– Es grande~ D-Demasiado grande~

Gimió la Omega en celo, quién de manera inmediata empezó a realizar pequeños saltos contínuos para satisfacerse, para satisfacer a ambos.

Pasaron segundos antes de que ella se diera cuenta de que la piel de Levi estaba tornándose muy marrón, parte del vientre del hombre estaba de color violeta, ella, como la Omega en celo que es... No le tomó importancia, su vista estaba sumida en la lujuria, quería seguir con eso, no quería detenerse, ya estaba a punto de llegar a su punto clímax, unas estocadas más bastaron para hacerla gritar.

Levi abrió los ojos aturdido, su garganta dolía como la mierda y no podía sentir nada de la cintura para abajo, después vió a Petra encima de sí, abrió los ojos en sorprensión mientras la miraba aterrorizado, iba a morir, y no vería a Eren una última vez.

El azabache intentó gritar, no pudo, sus cuerdas vocales no querían hacer su trabajo, y el moverse se le hacía imposible, todo su cuerpo se sentía enfermo, le dolía demasiado y moretones empezaron a salir en las zonas que ella anteriormente había tocado.

La vista no era linda. Para nada lo era.

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[Narra Eren]

Estaba dormido para cuando escuché gritos de aquella mujer, de seguro se había rasguñado o partido una uña, me interesaba el tono de voz por lo que salí a averiguar que lo ocasionó.

Aquellos sonidos provenían de la alcoba de Levi-san, pero... ¿Por qué?, Él me dijo que no tenía nada con ella, me enojé por no creerle pero él jamás me mentiría. Chirridos de la cama hicieron que me sobresaltara, entré con prisa y ahí estaban... Ella encima de él, con una posición asquerosa para su parecer, la mujer lo cabalgaba como si fuese un caballo.

Miré la escena con odio y descaro, milisegundos bastaron para que ya yo estuviera encima de esa perra.

E– ¡Aléjate de él! ¡Es mío!

Mis ojos amenazaban con soltar agua salada, no los detuve, los impulsos eran demasiado fuertes para retenerme a ellos. Estaba llorando.

E– ¡¿Que no entiendes que no puedes tenerlo?! ¡Levi-san es mío!

Realmente... Estaba llorando.