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– ¿De dónde vienes? –El intento de conversación de Harry hace que lo observe, para saber si de verdad le interesa o simplemente quiere llenar el silencio incómodo.

–San Diego –respondo de forma cortante.

–Genial, nunca he ido, ¿es bonito? –Al ver la forma en la que se esfuerza por mantener una conversación hace que le responda con un poco más de entusiasmo.

–Bastante a decir verdad, me gustaba vivir allí. –Le dedico una mueca que se asemeja a una sonrisa para no parecer tan frívola.

–Deberíamos ir juntos alguna vez, podrías enseñarme el lugar. –Se instala a mi lado y me dedica una de esas sonrisas que hacen que quieras taparte del reflejo de sus dientes.

– ¿No estabas coqueteando con la chica de administración hace solo unos segundos? –Respondo de la forma más amable posible, aunque lo único que quiero hacer es gritarle que es un mujeriego e irme corriendo.

En lugar de verse avergonzado o mal por mi pregunta, se hecha a reír fuertemente, lo que solo hace que empeoren mis ganas de golpearlo.

–Oh no, entiendo como esa situación se pudo malinterpretar. Gemma es mi hermana mayor, trabaja aquí y entonces hablo con ella porque bueno, es mi hermana. –No puedo quitar mi cara de sorpresa de mi rostro, no me lo esperaba.

Típico cliché de confusión, no puedo creer que caí en esa.

–Oh, lo siento. –Espero que simplemente lo deje pasar y podamos llegar a clase para poder alejarme de él lo más posible.

–No hay problema, ¿entonces qué dices? –Es insistente en el tema, por lo que no me queda otra opción que la honestidad.

–Igualmente, mi respuesta sigue siendo no. –Ni siquiera intento mostrarme triste por el tema, simplemente sigo caminando por los pasillos de la escuela, que parecen nunca terminar.

– ¿Por qué no? –Pregunta algo ofendido, aunque interesado por mi respuesta.

– ¿En serio quieres saber? –Sólo vuelvo a preguntarle para que se moleste un poco, aunque no parece afectarle mi pregunta.

–En serio, es muy importante para mí –puedo escuchar un poco de sarcasmo en su voz, pero lo ignoro y decido contarle de todas formas.

–Por más de que justo la chica con la que te vi era tu hermana, es más que obvio que eres del tipo de chicos mujeriegos que va de chica en chica sin pensárselo dos veces. –Le dedico una de mis mejores muecas de deja-el-tema-tranquilo.

– ¿Qué te hace pensar así? –No parece sorprendido o dolido, simplemente curioso.

–Ni siquiera sabes más de dos cosas sobre mí y ya estás invitando a una cita.

–Las citas suelen ser para conocer más a la otra persona, te ves interesante y quiero conocerte mejor. –Se excusa.

–Mira, Harry, no digo que no seas un buen chico o nada por el estilo, estoy segura de que probablemente eres adorable y muy simpático, simplemente no quiero salir contigo. –Pongo toda mi seriedad y mi sinceridad en mis palabras, esperando que finalmente se transmitan de la forma correcta y que su cerebro lo capte sin muchos problemas.

– ¿Y si te ruego? –Doblamos hacia la derecha, no deberíamos estar muy lejos.

–No va a cambiar nada.

– ¿Y si pongo mis ojos de perrito? –No puedo evitar observarlo, observo como agranda los ojos y hace puchero, lo que, seamos honestos, lo hace ver adorable, pero hace que yo me ponga de peor humor.

–Solo estás empeorándolo.

–Y si... –pero no puedo dejar que siga, así que me detengo en medio del pasillo y lo confronto.

–No hay nada que puedas hacer o decir en este momento que haga que quiera salir contigo, lo único que haces es enfurecerme cada vez más así que me voy por mi cuenta, adiós. –Me voy hacia el lado opuesto, volviendo sobre los pasos que di hace tan solo unos segundos.

– ¿Qué haces? No seas ridícula y ven conmigo, vas a perderte en este lugar. –Su repentina autoridad hace que me sorprenda, nunca hubiera imaginado que era una de sus cualidades.

–No, tú vete y yo voy a encontrar el salón por mí misma. –Me quedo quieta en mi lugar esperando que se mueva y me deje tranquila aunque sea unos segundos.

Lo duda por unos segundos, pero al entender que no hay forma de que me mueva, se da vuelta y retoma su rumbo hacia nuestra primera clase. Una vez que ya no puedo verlo y quedamos mis pensamientos y yo, comienzo a seguir sus pasos para poder llegar a la clase sin problemas y sin Harry.

Escapando de los clichés | HarlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora