capitulo 3 Dia de estrenos.

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-Por favor Ángel, lleva ese coche al chatarrero ya, no me gustaría que tuvieras otro accidente, por favor te lo pido.

-Este coche estará con migo hasta que no se sostenga, fue mi primer coche, y lo mantendré.

-No me queda otra – dijo Beth con tono serio y ojos brillosos por unas lágrimas que deseaban salir. – O el coche, o yo.

*Un silencio absoluto inundó la habitación y Ángel tanto era el cariño que tenía por el coche que hasta se lo pensó un poco antes de responder, sonrió y contestó – No te enfades mi vida, que le den al coche. – Respondió con una sonrisa que intentaba disimular.

*Beth sonrió más aun y le dijo, pues tengo una cosa que mostrarte, lo llevó a la calle, y le dijo,

-¿Ves ese coche que ha comprado el vecino esta mañana?

-Sí, parece buen coche.

*Ella sonrió y le dijo, - me alegra de que te guste, porque aquí tienes las llaves de tu nuevo coche.

-¿Estas de broma verdad? ¿Es una broma verdad? ¿Cómo puedes hacerme este regalo?

*El impresionado y agradecido no sabía cómo darle las gracias por esa gran sorpresa, y ella orgullosa de ese regalo, de meses de trabajo y de meses de ahorrar a escondidas.

*Un par de meses antes de esto, Ángel tuvo un accidente por culpa de que el coche ya no está en condiciones para ser conducido.

-Muchas gracias cariño por tu regalo, y ahora que lo dices, yo también tengo un regalo para ti, - Ángel le vendó los ojos, le dio tres vueltas y la hizo andar en círculos, hasta que por fin llegó al final del camino y la sentó en una silla, él se sentó encima suya de manera que se pudieran ver las caras, mientras que la besaba y ella tan solo se tenía que preocupar de imaginarse lo que Ángel estaba tramando, le ató las manos tras la espalda con un cordel y ya Beth supo perfectamente lo que este estaba tramando. La agarro del cuello de la camiseta, y  la rajó como si de un papel se tratase, no tuvo que hacer lo mismo con el sujetador ya que ella no lleva en casa, él se quitó la camiseta y empezó a besarla como si no hubiera un mañana intercalando besos en los labios y mordiscos en el cuello, poco a poco fue bajando sus labios a su pecho, y con estos comprobó lo duros que estaban sus pezones, cada vez que lamia un pezón, con la mano pellizcaba el otro, a ella se le saltaron los colores y no gritaba por vergüenza, no quería admitir que ese dolor que sentía le gustaba y bastante, el mientras que jugaba con sus pechos, empezó a desabrochar los botones del vaquero, para poder quitárselo, de manera brusca le abrió las piernas y bajo a lamer sin indirectas ni preliminares, ella gritaba y ardía en deseos de agarrarle de la cabeza y apretarle contra su entrepierna, pero no podía, el cordel que agarraba sus brazos lo impedía, el siguió hasta provocar que ella mojase la silla hasta tal punto que tuvo que levantarla de esta y buscar otro sitio. Ella con los ojos vendados notó la fuerte respiración en su oído derecho mientras que la pegaba junto a su fibroso pecho y le preguntó: - ¿Confías en mí?- Ella con palabras entrecortadas le contesto – Si – la soltó, le dio un pequeño beso en la mejilla y entonces le puso la mano en el pecho y la empujó.

Beth estaba cayendo de espaldas al vacío, creía que al suelo seguramente, cuando al notar el suave roce de las sabanas, el colchón de la cama amortiguo la caída y él se lanzó sobre ella como un tigre sobre su tigresa y sin previo aviso entro en ella, sin tener que ayudar a lubricar, ella lo notaba mejor que nunca, notaba cada centímetro de su piel, notaba hasta los latidos de su corazón en su interior, cada vez que entraba y volvía a salir ardía en deseos que volviese a entrar,  Ángel ya cansado se apoyaba en ella, mezclaba su sudor con el de Beth, pero en este momento no importa nada, él le dio la vuelta a su cuerpo, y la dejó tumbada dejando caer la cabeza por el borde de la cama, ella le preguntó, que era lo que iba a hacer, y él le dijo mientras le agarraba la cabeza, - te follare la boca -, entonces se la introdujo hasta no poder más, ella la notaba en la garganta como una y otra vez le daba en la campanilla, se le saltaban las lágrimas pero aun así, su entrepierna se volvía más y más húmeda, ella gritaba con ganas de decirle algo, pero no podía, el, la estaba forzando a hacer eso, ella consiguió sacársela de la boca, y le dijo, - desátame Ángel, que quiero que me llenes de amor – ella lo tumbó en la cama y se puso sobre él y empezó a saltar como loca, -¡Beth por favor! Para, si sigues así terminare pronto- ella al oír esas palabras se excitó más aun y empezó a brincar más fuerte, junto a este movimiento le acompañaba la gran lubricación de su género, el al notar que tenía el bajo vientre mojado, no húmedo, se excitó aún más, la agarró fuertemente con sus manos grandes, una mano en el trasero y con el otro brazo le cruzaba la espalda entera terminando en su hombro, ella notaba como le entregaba todo su amor, notaba como algo caliente goteaba de su género mientras que el totalmente sudado descansaba en la cama acompañándole unos sorprendentes y simpáticos espasmos.

-Cariño, despierta, despierta…. – dijo Beth con suave tono.

-Eh, que pasa, no me he dormido, solo cerré los ojos un momento- decía Ángel con la cara marcada por el dibujo de la sabana, - solo cerastes los ojos dos horitas- decía Beth entre risas- pero bueno, ante todo, te quiero Ángel mío.

*Nota del escritor: no sabría decir que tipo de historia es esta, si es realista, humorística, erótica, no lo sé, pero para ser una primera historia está bien. Perdón por este corte, solo lo quería dejar claro.

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⏰ Última actualización: Nov 22, 2014 ⏰

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Ante todo, te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora