•My Senpai• [~EveSou~]

[ ~ 4 ~ ]

Habían pasado dos semanas desde que terminaron la primaria, tanto Sou como Eve disfrutaban de sus vacaciones, yendo todos los días a la casa del otro, realizando actividades como jugar videojuegos, leer manga o simplemente pasar tiempo juntos mientras hablaban de temas triviales.

Eve se encontraba en un modo de éxtasis total, la había pasado tan mal los últimos seis años que realmente no podía creer que al fin, el ya no tan pequeño sou, era sólo para él y que podía tenerlo todos los días.
Desde el principio la única persona en el mundo de Eve era Sou, fue obvio y casi algo automático para Eve rechazar cualquier otro contacto o interacción social de alguien que no fuera Sou, Eve sólo quería verlo a él y a nadie más, por eso la presencia diaria de Isubokuro y Wolpis durante la primaria se volvió tan molestia, porque eran presencias que símplemente no podía ignorar, estaba obligado a observarlos e incluirlos en su mundo al ser gente que se relacionaba directamente con Sou, debía estar atento a él y a la gente con la que hablaba, porque era su "responsabilidad".

Volviendo al día a día de Eve junto a Sou durante sus vacaciones, una de las acitvidades diarias del mayor consistía en darle de comer a Sou en la boca, simplemente era de las actividades favoritas del rubio, y una que no puedo realizar con frecuencia dado que merendaban en la escuela y Sou siempre estaba rodeado del par de ratas que tiene como amigos, así los veía Eve.

Fuera de darle de comer a Sou y de dormir con él, la actividad que realmente más disfrutaba el rubio definitivamente era La hora del baño. Sí, se bañaban juntos, era algo que hacían desde que tenían memoria y lo más normal dentro de su pequeño mundo. Si bien hubieron cosas que dejaron de hacer con el tiempo, como por ejemplo caminar de la mano con frecuencia, bañarse juntos fue algo que incluso comenzaron a hacer más que antes.

Eve mucha de las veces en las que se sumía en sus pensamientos terminaba con un sentimiento de rabia y odio, simplemente no podía dejar de lado el hecho de que la razón por la que dejaron de caminar de la mano, fue porque Isubokuro y Wolpis siempre volvían a casa con Sou luego de clases, algunas veces iban con él literalmente a su casa y otras veces simplemente llegaban hasta cierto punto para separar sus caminos. Eve detestaba cualquier presencia cerca de Sou que no fuera la de él mismo, cada día estaba más seguro de ello.

Pero Eve no quiere pensar en gente desagradable, sólo quiere concentrarse en la espalda y suave piel de Sou que se encontraba lavando suavemente con una esponja en ese momento, se sentía genuinamente felíz y tenía una notoría sonrisa en el rostro, sonrisa que de cualquier forma nadie podía ver.
Sou simplemente disfrutaba del momento, eve era siempre muy delicado al momento de tratar con su cuerpo por lo que el pequeño se relajaba fácilmente. Estos días en específico se encontraba muy felíz, dado que desde hace tiempo había sentido al rubio siendo frío y cortante, cosa que lo tenía algo preocupado.
Sou notaba que Eve no hablaba con nadie más que no fuera él, era un hecho al que no le daba importancia, pensaba que Eve simplemente era así y/o que no le interesaba entablar conversaciones o algo por el estilo, Sou nunca le pediría a Eve hacer algo que sabe que no le gustaría, por lo que se conformaba con que eve hiciera acto de presencia constante mientras estaba con sus amigos.
Sin embargo, Sou era la única persona que conocía al verdadero Eve, al menos a ese "verdadero Eve" que se mostraba siempre con él. El pensar que ese cariñoso y amable Eve sólo salía con él, la mayoria de veces, en privado, no sabía si era algo bueno o malo, pero lo hacía sentir feliz y especial.

Sou creció acostumbrado a siempre estar siendo cuidado y atendido por Eve, a comparación de este, era un niño felíz y lleno de amor. Su padre trabajaba arduamente junto a su madre en un negocio que habían comenzado hace algunos años, por suerte les iba bien y podían permitirse consentir a Sou de diferentes formas, pero al principio de este negocio estuvieron estresados y ausentes, muchos trámites que realizar y también mucho trabajo físico, el cansancio no les permitía darle a Sou la atención a la estaba acostumbrado, lo que lo hizo sentirse triste y desalentado, pero ¡tarán! ese sentimiento duró muy poco dado que Eve se encargó, con todo el gusto, de atender a Sou, mimarlo y darle todo lo que le estaba faltando en ese momento. No lo parecía mucho a simple vista, pero Sou es bastante dependiente de Eve.
Por eso fue algo chocante para Sou que de pronto esta persona
Y nadie sabía de dónde aprendió Eve a ser tan cariñoso y servicial, su madre no era una persona mala, trabaja todos los días para mantener a su hijo y pagarle los estudios, pero lamentablemente traer dinero a la casa no compensa una vida entera de la falta de afecto y atención que una madre puede dar, Eve nunca tuvo ningún gran ejemplo, tampoco se veía muy aficionado al internet más allá de los videojuegos, quizá era una actitud que simplemente afloraba de él cuando se trataba de Sou, ni el mismo Eve lo sabía, tampoco le importaba, sólo agradecía poder ser así cuando se tratara de la persona que lo es todo para su mundo.

Eve estaba muy dentro de sí acariciando distintas partes del cuerpo de Sou con la esponja, provocando cosquillas en él y disfrutando sus pequeñas risitas, era el paraíso mismo. Derepente, fue interrumpido por el menor.

-¡Cierto, había olvidado contarte! - Exclama girando su cabeza hacía Eve con una sonrisa.

-Mhm, ¿Qué pasa? - Responde también con una sonrisa que Sou no veía hace mucho tiempo.

-Esta mañana tenía un mensaje de una persona que no reconocía. - Comenzó a contar.

Eve entró discretamente en modo de alerta. Hizo un ademán indicándole a Sou que continuara hablando.
El pequeño entendiendo el gesto, continuó.

-Y entonces cuando pregunté quién era, ¡resultó ser isubokuro! - Dijo, claramente alegre.

-¿Qué?.

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hola.......