Parte IV

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Hacía demasiado frío para usar una simple camiseta afuera, Peter llega a esa conclusión demasiado tarde como para hacer algo al respecto. El viento helado y penetrante lo traspasa y adormece su piel expuesta mientras que las puntas de sus dedos se congelan cuando alcanzan para agarrar una botella vacía y desechada del suelo.

Esta es la típica y glamorosa experiencia después de la fiesta que debe pasar Peter: tiene que deambular por el patio trasero de su mejor amigo, ubicar y recoger toda la basura que los asistentes a la fiesta han dejado descuidadamente. Ya ha llenado cubos hasta el borde tres veces con botellas vacías, vasos de plástico y envoltorios de comida.

A su izquierda, Harley gime mientras limpia un charco de vómito congelado en la terraza, con la cara arrugada y un poco verde mientras intenta no respirar el asqueroso olor. Si bien Tony es un anfitrión generoso, que atiende a la mayoría de los caprichos de Harley, está condicionado a que la limpieza la haga su hijo con ayuda de Peter, la mayoría de las veces.

— Amigo, mi cabeza me está matando.— se queja Harley, empujando a medias la fregona contra la madera desgastada.— En realidad nunca volveré a beber.

Peter resopla, depositando otra botella vacía en su cubo con un tintineo satisfactorio.—Wow, claro. Nunca había escuchado eso antes.

— Sí, pero ¿me escuchaste en el baño esta mañana?
Peter hace una mueca al recordarlo, mientras agarra una botella que esta tirada a un lado del fuego apagado.— Sí amigo, tus arcadas me despertaron. Pero tampoco es la primera vez, así que...

— Cierto.

Luego de esa pequeña conversación, reanudan su tarea en relativo silencio, con el objetivo de limpiar la basura del patio lo antes posible para que puedan disfrutar el resto del día sin trabas de tareas domésticas. Harley termina de trapear con una arcada exagerada y se une a Peter para recoger el resto de la basura dispersa.

— Nuestros amigos son en realidad animales.— murmura Harley, recogiendo un condón usado con la punta de un palo y depositándolo con cautela en el cubo. Peter lo mira e intenta no imaginar de quién fue y con quién lo usaron.

— Para ser justos, no todos eran nuestros amigos.

— Cierto.— reconoce Harley.— Oye, ¿cuándo tienes que irte a la universidad otra vez?

— Mañana por la noche, amigo.— responde Peter, aterrorizado por el recordatorio.— Mi tren sale a las seis.

Él recibe una sonrisa compasiva a cambio.— ¿Vuelves para las vacaciones de primavera?

— No sé, hombre. Depende.

— ¿De?

— Sobre si puedo pagar el viaje o si voy a estar tapado con tareas. ¿Qué, ya me extrañas o algo así?

Su amigo se burla ruidosamente, lanzándole una colilla.— Lo tienes torcido. Recuerda cuando nos enviaron a diferentes campamentos de verano ese año y lloraste porque me extrañaste.

— No lloré.

— Cuando nos volvimos a ver, me abrazaste con mocos saliendo de tu nariz.

— Tuve un resfriado.

— Sufrieste ansiedad por la separación.

— Vete a la mierda.— se ríe Peter, volteando a su amigo.

— Está bien.— dice Harley burlonamente, colocando una mano sobre su propio pecho.— Todavía te amo, hermano.

Probablemente no por mucho más tiempo, piensa Peter, pero no obstante pone una mano sobre su propio corazón con un puchero exagerado.

My Best Friend's Dad (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora