In God We Trust MY x KT

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Después de un par de semanas sin dirigirse la palabra Taehyung pensó que esta ves su madre no lo perdonaría pues cuando se iba a la escuela no se molestaba en despedirlo y cuando volvía por la tarde no había nadie en casa, si supiera que casi lo violan esa noche, solo cuando era domingo iban juntos a la iglesia pero al volver a casa cada uno se encerraba en su habitación sin salir por lo que restaba de la tarde ignorándose mutuamente hasta que un Martes cuando volvió de clases se sorprendió al escuchar ruidos en la cocina pero decidió ignorarlo para irse a su cuarto sin molestar a su madre con su presencia

—Taehyung ven aquí —rígida orden dio su madre en voz alta a lo que él atendió esperando que pudiera volver a hablarle como antes o al menos tolerar mirarlo a los ojos, cuando estuvo en la cocina su madre guardaba algo en la nevera, vestía ropa elegante como si fuera a salir
—Arréglate, iremos con tu abuela —dijo sin mirarlo mostrando su orgullo

Estaba sorprendido porque tenía años sin ver a su abuela difícilmente podía recordar como era su rostro y sabe que su madre nunca tuvo una buena relación con ella pero obedeció sin disentir porque, tenía tanto tiempo sin ver a su abuela que realmente la extrañaba y quería verla de nuevo.

Tomó un corto baño, algo de ropa casual que no suele utilizar sin permiso de su madre y su suéter verde favorito

Mirando por la ventana luego de subir al tren con su madre pensaba en porque después de la muerte de su hermano tenía prohibido tomar un volante otra vez.

Ahí estaban los dos parados frente a la puerta de una enorme mansión con un hermoso jardín lleno de árboles, el ciertamente no recordaba que su abuela era multimillonaria pero si que es muy rígida según los comentarios sarcásticos de su madre, se sintió un poco nervioso de no ser aceptado por su abuela después de tanto tiempo podría no recibirlo de la manera en que pensaba pero la puerta fue abierta dejándolo con mucho más que nerviosismo

—Buenas tardes —saludó un hombre alto de traje negro sonriendo amable a lado de la puerta
—Soy Kim Minha —la seca respuesta de su madre hizo que su sonrisa se extinguiera en segundos y serio se hizo a un lado para dejarlos pasar
—La señora de la casa bajará en un momento ¿puedo ofrecerles algo? —se dirigió en todo momento a Taehyung
—Yo amm, quisiera un poco de agua —los nervios lo estaban dejando helado hasta que sintió un pellizcó en el brazo
—Quítate los zapatos que estás en casa de tu abuela, muestra respeto al menos —reclamó molesta
Aquel hombre les indicó que esperaran en la sala, así Taehyung se quitó los tenis y se sentó junto a su madre

Esperaron más de 15 minutos hasta que ella bajó, su presencia podía sentirse desde que sus tacones se escuchaban al bajar las escaleras, un escalofrío recorrió sus huesos
Su cabello corto y  lleno de canas le daba un aspecto rígido pero su rostro estaba lleno de vida, la ropa fina que portaba la hacia ver imponente

—¿A que has venido Minha?
—Vine a verle madre

El rostro de incredulidad en su abuela no pasó desapercibido pero en ves de discutir dirigió su mirada al delgado castaño quien sentado a la diestra de su madre solo miraba el suelo intimidado

—Taehyung —lo llamó de forma seria , así que se puso de pie  velozmente y caminó hasta ella pero sin verla a los ojos pues tenía miedo a ser rechazado —Tienes el mismo lunar en él ojo que tú abuelo —se sonrojó cuando tomó su rostro entre sus cálidas manos, lo atrajo hacia ella y lo abrazó —Estás muy frío te sientes bien, Taehyung ¿por qué no traes zapatos? —soltando su abrazo miró sus calcetines rosados
—Es que yo—miró a su madre que enseguida interrumpió
—Taehyung déjame hablar a solas con tu abuela —exclamó molesta
—Puedes ir a mi estudio tal ves encuentres algún libro que te guste, pero antes ponte zapatos cariño en mi casa no tienes que hacer eso

No tenía otra opción además estaba curioso por conocer más de su abuela, el porque nunca se casó y como es que tuvo hijos, así que entrando por el pasillo llegó hasta un gran estudio que tenía más de seis estantes llenos de libros parecía una pequeña biblioteca, había repisas con plantas y fotografías de su abuela con su amiga en todas partes del mundo, Roma  y Turquía, ambas abrazándose bajo la Torre Eiffel  

Estuvo más de una hora en la que caminando lentamente entre los estantes encontró libros de ciencia ficción aunque realmente no eran de su interés, encontró un par que tenía información sobre países turísticos había uno interesante llamado Seúl, Korea pero la mayor pasión de Taehyung eran las novelas de amor  por lo que escogió  "The End of the Ocean"
Tenía sentido para él porque, vamos el océano no tiene final, aunque de todos los libros en ese salón ese era el que parecía ser más viejo bien es sabido que no se puede juzgar un libro por su portada

— ¿Por qué vivo yo? ¿Por qué me estoy muriendo? Me siento mal conmigo mismo, nunca tuve los pies sobre la tierra, quisiera ser un pájaro — murmuró leyendo para si mismo mientras caminaba lentamente deslizando sus dedos a lo largo del escritorio

—Me siento mal en mi propia piel, Me gustaría ver el mundo al revés, por si llegara a ser más bello visto desde lo alto

la voz de su abuela lo asustó de momento pero luego le fascinó la manera en que recitaba de memoria el libro que lo había cautivado desde la primera página

—Abuela, me asustaste
—Veo que te gustó el libro de Suli
—¿Como está la tía Suli? Pensé que vivían juntas como siempre
—Ella esta de viaje en Rusia volverá en un par de semanas pero le encantaría verte
—¿Fue con su esposo?
—Suli no se casó cariño
—Ah.. no sabía, ¿Por que?
—Es curioso que preguntes pero fue todo gracias a ese libro —sonrió mirando el libro —Si lo lees puede que lo entiendas
—¿Puedes prestármelo abuela?
—Claro pero debes devolverlo porque si ella regresa y ve que no está seguro se enoja
—Prometo devolverlo cuando lo termine —después de un largo silencio su abuela pregunto de manera seria
—¿Sabes de que hablé con tú madre?
—No en realidad, ella me dijo que vendríamos aquí y me sorprendió porque ella no quería visitarla hace tiempo, no recuerdo porque pero
—Está bien cariño —pasó su brazo por la espalda de Taehyung esperando que eso le consolara por lo que estaba apunto de decir
—Ella me pidió que me encargue de ti —explicó con mucho tacto para no lastimarlo pero no lo tomó bien
—¿Como? —salió por el pasillo hasta la sala pero no había nadie y necesitaba respuestas
—Minha se fue hijo
—¿Por que? —lágrimas comenzaron a salir de sus bellos ojos
—Tómalo con calma pequeño, es lo mejor para ti — Taehyung volteó su rostro de manera lasciva para reclamar como es que ella sabía que era lo mejor para él pero lo primero que se cruzó por su mirada fue un gran marco de oro sobre la mesita de la esquina
Él y su pequeño hermano sentados a la sombra de un árbol, se acercó hasta ella  sin desviar la mirada de la foto
—Taehyung — no contestó al llamado de su abuela y tomó el marco entre sus manos,  observó el escrito sobre la fotografía "Taehyung y Daehyun de picnic en The Magic Garden"
—Está fotografía —salió de su boca con mucha dificultad como si un nudo se atravesara en su garganta, su labio comenzó a temblar del llanto que intentaba soportar

Su abuela tomó su mano pero él estaba estático

—¿Por que, por que está aquí?
—Taehyung
—¿Acaso no sabe lo que sucedió ese maldito día? Ese día fue, fue
—El día que Daehyun falleció,  — hablaba pero era como si él no pudiera escucharla así que tomó su rostro entre sus manos
—¿Taehyung acaso recuerdas lo que sucedió ese día?
—¡Yo! ¡Todo fue mi culpa abuela! ¡Perdóname! —se echó al suelode rodillas  pero ella lo tomó de los brazos y lo hizo ponerse de pie
—Hijo no fue tu culpa, esa foto la quise guardar porque tú y baby Dae estaban tan felices y pensé que nunca los volvería a ver sonreír así
—Tenias razón ya no lo volverías a ver sonreír  — soltó un sollozo y se giró dándole la espalda tratando de recuperar el aliento
—Tu hermano ya te perdonó Taehyung, tú también deberías hacerlo
—Mi madre me odia, como... podría...

No quería seguir con esa conversación así que salió al jardín por lo que restó de la tarde y parte de la noche, perdido en sus pensamientos, sentado bajo un árbol cuestionándose una y otra ves, no podía sacarse de la cabeza la misma pregunta
"¿Acaso recuerdas lo que sucedió ese día?"