MDZS -Grandmaster of Demonic Cultivation- Extra 117 y 119: Quemador de Incienso

Quemador de Incienso - Parte 2

La segunda mañana, Wei WuXian de alguna manera despertó más temprano que Lan WangJi. Sus piernas estuvieron temblando todo el día.

El quemador de incienso de tapir* fue tomado y escudriñado por ellos por un largo rato. Wei WuXian lo desarmó y volvió a unirlo, pero aún así no pudo entender el misterio tras él.

[*Esto se refiere al animal mítico en la forma en que el quemador de incienso fue construido. Esas criaturas son a menudo relacionadas a los sueños]

Sentado junto al escritorio, Wei WuXian reflexionó, —Si no hay un problema con el incienso, entonces tiene que haber un problema con el quemador de incienso. Se siente tan real que incluso 'Empatía' no se le puede comparar. ¿Alguna vez se registró en el Pabellón de la Biblioteca?

Lan WangJi negó con la cabeza.

Si él negaba con la cabeza, eso significaba que ciertamente nadie había hecho un registro. Wei WuXian, —Oh, bueno. Su poder ya ha pasado. Deberíamos guardarlo apropiadamente por ahora, así las otras personas no entrarán en contacto con él por accidente. Si algún maestro de herramientas espirituales alguna vez nos visita, podríamos sacarlo nuevamente y preguntarle.

Ambos pensaban que la poder del quemador de incienso ya había pasado, aún así lo que sucedió estuvo más allá de lo que esperaban.

Por la noche, después de una ronda entre las sábanas, Wei WuXian y Lan WangJi se quedaron dormidos lado a lado, acostados dentro del Jingshi.

Poco después, abrió sus ojos nuevamente sólo para descubrir que estaba acostado debajo del árbol de magnolia fuera del Pabellón de la Biblioteca. La luz del sol se derramaba sobre su rostro a través de las ramas florecientes. Wei WuXian entrecerró los ojos, cubriéndose con su mano. Lentamente se levantó.

Esta vez, sin embargo, Lan WangJi no estaba junto a él.

Wei WuXian ahuecó su mano derecha alrededor de sus labios, gritando, —¡Lan Zhan!

Nadie respondió. Wei WuXian se preguntaba, Parece que el poder del quemador de incienso no había pasado todavía. ¿Pero dónde está Lan Zhan? No me digas que soy el único afectado por los poderes remanentes del quemador de incienso?

Delante de los árboles de magnolia había un pequeño camino de piedritas blancas. Un grupo de discípulos de la Secta Gusu Lan, usando ropas blancas y listones en la frente, pasaron cargando algunos libros cada uno, como pensaba, estaban a punto de asistir a sus lecciones matutinas. Ninguno de ellos echó una sola mirada a Wei WuXian, aún eran incapaces de verlo. Wei WuXian fue al Pabellón de la Biblioteca y echó un vistazo. Lan WangJi no estaba dentro, ni el grande ni el pequeño. Y entonces él bajó de nuevo, comenzando su paseo sin rumbo a través del Receso de las Nubes.

No después de mucho, logró distinguir las voces susurrantes de dos chicos. Se acercó caminando, encontrando que una de las voces sonaba bastante familiar, —... Nadie había nunca mantenido uno dentro de los límites del Receso de las Nubes. Hacer tal cosa es inaudito.

Después de un momento de silencio, el otro chico respondió, en cierto modo desalentado, —Lo sé. Pero... ya hice mi promesa. No puedo faltar a mi palabra.

Wei WuXian captó esto. Furtivamente echó un vistazo. Como era esperado, conversando en medio de un claro de verde pasto estaban Lan XiChen y Lan WangJi.

Era un vibrante día de primavera con vientos suaves. Los jóvenes hermanos parecían ser dos inmaculadas piezas de jade, reflejadas una contra otra. Ambos estaban vestidos en níveas túnicas, sus amplias mangas y listones de la frente ondeaban en el viento, casi como si fuesen una pintura. El Lan WangJi en este punto tenía apenas cerca de dieciséis. Frunció ligeramente el ceño, como pensaba, él estaba preocupado por algo. Lo que sostenía en su brazo era un conejo blanco, olisqueando con su nariz rosa, y junto a su pie había otro conejo, sus largas orejas se erguían mientras se paraba aferrándose a su bota, intentando trepar.