Prólogo

609 38 4
                                    

Un niña se encontraba llorando junto a un ataúd mientras su tía estaba inútilmente intentado consolarla.

-Eli, tienes que soltarlo, tenemos queo enterrar a tu madre.- Dijo llorando una pelimorada mientras intentaba separar a Elizabeth del ataúd, a lo cual ella se negaba rotundamente-.

-¡No! -Gritó llorando la ojiazul. - ¡Ella me prometió que estaríamos juntas, no puede romper su promesa!

-Amor, a veces por más que uno quiera no puede cumplir todo lo que promete. -La chica lloraba a mares mientras que separaba a la niña de aquel ataúd y esta se quedaba llorando en el hombro de su tía -.

-Mami, yo te prometo que nos volveremos a encontrar, no sé donde ni cuando, pero lo haremos, te amo y nunca dejaré de hacerlo, fuiste la mejor madre del mundo, muchas gracias por todo lo que hiciste por mí, hasta pronto mami. -Se despedía la niña viendo como enterraban a su madre-.

Después de salir del entierro, la niña aunque se encontraba destrozada aún por lo de su madre quería hacer una pregunta a su tía, con la esperanza de que esta vez, ella si le respondiera.

-Tía...

-Dime cariño.

-¿Quién es mi padre? ¿Por qué no lo conozco?

-Elizabeth, ya hemos hablado de es...

-¡No, no hemos hablado de nada! -Interrumpió bruscamente la chica. -Siempre evitan el tema, tú, mi mamá, mis primos mayores, ¡Todos! Es mi padre, yo merezco saberlo, si solo fui algo de una noche de pasión en un bar o algo así, dímelo.

-Elizabeth, ¿qué cosas dices? No es el momento ni el lugar para hablar de eso, vamos a casa. -Dijo la tía de la niña dando fin a su conversación-.

Esto no se quedará así... Si nadie me dice pues yo misma lo averiguare.

¡Sorpresa, soy tu hija!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora