Nos sentamos junto a Archie, Betty y Verónica, que estaban embobados con los bebés, cuando los espectros irrumpieron.
Nos superaban en número así que nos inmovilizaron casi sin despeinarse.
Lo último que vi fue cómo se llevaban a mis hijos, cómo me los arrancaban de los brazos y como Jughead y sus amigos intentaban hacer algo, sin éxito.
Cuando Owen y Penny se marcharon con los niños tiraron una especie de bombas de gas y todos nos quedamos "dormidos".
Me desperté con un gran dolor de cabeza tirada en un descampado al lado de Jughead.
Me levanté como pude e intenté despertar a todo el mundo.
-Jughead, Jughead, necesito que te levantes cariño, necesito que me ayudes. -Le supliqué. Pude ver cómo reaccionaba, cómo abría los ojos y me miraba.
Poco a poco todo el mundo se fue despertando y una vez más Serpientes y Bulldogs aunamos fuerzas para buscar a los espectros.
Casi dos horas de planes y planes hasta que al fin supimos lo que haríamos.
Llegamos a su "guarida" he irrumpimos descarada mente tumbando a cualquiera que se interpusiera en nuestro camino.
Rompí a llorar cuando vi a Owen con los niños en brazos.
-Acércate y te juro que los mato. -Me gritó con navaja en mano.
Tiré mi pistola al suelo y mientras lo distraía hablándole, Archie aprovechó para ir por detrás suya y acabó con él.
Aún tenía reciente los cortes y las puñaladas que Jughead le dio, pero nadie me iba a arrebatar a mis hijos.
Estaba realmente alterada así que cogimos a los niños y nos fuimos los cuatro a casa.
Al llegar vimos que mi madre no estaba así que acostamos a los niños y nosotros nos metimos en la ducha a... relajarnos un poco.
-¿Estás mejor? -Me preguntó después de la ducha.
-Sí, algo así nunca viene mal. -Le respondí sonriente.
Nos tumbamos en la cama y pusimos Netflix hasta que poco a poco me fui quedando dormida.
Me desperté sin Jughead en la cama y me levanté a buscarlo.
Entré lentamente a la habitación de los niños y le vi ahí, con ellos. La cosa más tierna que jamás había visto. Me acerqué y le besé, pero le pasaba algo.
Al besarle noté cómo las lágrimas recorrían sus mejillas.
-¿Qué te pasa? -Le pregunté arrodillándome a su lado.
-Es la segunda vez que intenta hacerles daño Luci, y también te han hecho daño a ti, y no quiero que eso vuelva a pasar, quizá lo mejor sería que nos separásemos un tiempo...- Dijo entre lágrimas.
-¿Qué? No Jughead, eso no arreglará nada, los buscan por ser descendientes de los reyes serpiente y aunque tú te vayas seguirán siendo tus hijos. -
-Lucifer, no quiero que os vuelva a pasar nada, deja que lo probemos. -
-Es que no puedo estar lejos de ti. -
Opte por irme a mi habitación y tumbarme allí a intentar asimilarlo todo y a auto convencerme de que lo hacía por nuestro bien.
No volvió a la cama conmigo, pensé que se había quedado toda la noche con los niños, y justo cuando yo me desperté oí la puerta.
Mi madre estaba abajo en la cocina haciendo el desayuno.
-Luci tengo una noticia muy importante, me han contratado en un bufete, está en un pueblo a unos cuarenta kilómetros de aquí, así que tendremos que mudarnos. -
Lo primero que pensé fue que Jughead tenía algo que ver con eso, pero era mi madre y no le podía rechistar así que nos acabamos mudando.
Mi madre trabajaba por la tarde noche así que mientras yo iba al Bachillerato por la mañana ella cuidaba de los niños.
Terminé allí el primer año de Bachillerato científico y conocí a un gran chico, Ayax, Ayax Pedrosa Hidalgo.
Era un chico distinto, encantador, dulce, comprensivo, amante del rap y también escritor de él, y no le importó que tuviese hijos.
Ayax y yo empezamos a salir porque el se enamoró de mí y yo trataba de llenar el vacío de Jughead, pero evidentemente no era lo mismo.
Ayax se empezó a hacer cada vez más famoso y a ganar cada vez más dinero y como sabía que yo echaba de menos mi pequeña ciudad me dijo
-¿Y si vamos tú y yo a vivir a tu casa de allí? -A lo que sorprendentemente mi madre no se negó, así que cogimos a los niños y nos fuimos.
Había vuelto tras un año, los peques habían crecido un montón, balbuceaban y casi casi andaban.
-Papá, agua. -Pronunció Abel.
Ayax se giró y le dio un biberón con agua.
Decidimos salir y dar una vuelta por el parque para tomar el aire aunque hiciese algo de frío pero Caín y Abel nunca antes habían ido a un parque con sus columpios y sus cosas.
Cuando empezó a oscurecer decidimos que era hora de irse a casa y de camino me encontré a...
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Descendencia
Misterio / SuspensoLucifer y Jughead, dos padres adolescentes, dejan a los gemelos con el abuelo FP para resolver crímenes con Betty, Archie, Verónica y rara vez Cheril