I. Bosque luminoso

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El croar de las ranas era rítmico, muy cómodo; las mariposas revoloteaban sobre ella, posándose en las flores y en sus manos. Pero su atención estaba puesta en las libélulas, sus alas eran tornasoles y daban colores bonitos a los rayos del sol; se movían rápido y de repente se detenían en seco, le gustaba su forma de volar y pensaba que se veía igual cuando montaba en su escoba. La diferencia es que las libélulas eran asesinos en pleno vuelo, ella no.

—Abuela —llamó—, ¿Puedes contarme la historia de la abuela Demetria?

—¿Otra vez?

—Sí, me gusta.

—Bien... —pensó un poco y se acomodó, dejando su cabello rojizo a un lado de sus hebras rubias—. Hace muchos años, una joven ninfa fue desterrada de sus protegidas tierras y encontró el refugio con la persona que causó su destierro: Athani Slora, tu tatarabuelo. Él era un joven mago muy curioso y ello lo llevo hacia los Valles de Fuego, donde vivían los más fieros dragones pero se arriesgo demasiado al encontrarse frente a frente con un Vipertooth peruano, una hembra que solo protegía a sus huevos de un ser extraño, de una amenaza —hizo una pausa, sentándose y mirándola desde arriba con una sonrisa—. Pero su salvación llegó con una ventisca tan fuerte que era capaz de derrumbar un edificio, ahuyentó al dragón y llevó a Athani a un lugar seguro donde no lo encontrarían los dragones, las otras ninfas ni cualquier otra criatura mágica. Curó sus heridas y repartió su tiempo entre el curioso mago y sus responsabilidades como protectora de su clan, pero fue descubierta y traicionada.

—¿Por quién?

La abuela rió levemente—: Siempre me interrumpes en la misma parte.

—Lo siento.

Le guiñó un ojo y después de acariciar su cabello, siguió contando la historia de sus antepasados.

—Beauty fue la que dio el aviso de que Demetria escondía a un mago en las Cuevas de Cristales Marinos, cegada por la envidia de que el humano prefiriera a su hermana en lugar de ella; Beauty era capaz de ver los sentimientos de cualquier ser vivo y observó con furia como Athani y Demetria se enamoraban, siendo la mano de confianza para la pareja neófita. Entonces, luego del aviso, se llevó a cabo un juicio y sin mucho remordimiento, decidieron expulsar a su más fuerte ninfa por considerarla una traidora a su especie.

—Entonces, Athani llevó a Demetria a Londres y la presentó a sus padres por lo que era, sin importarle lo que ellos pudieran opinar pero su sorpresa fue que sus padres, Desmond y Kendra Slora, la aceptaron —dijo de memoria.

—Sí... A los años, después de haberse adaptado, se casaron y tuvieron seis hijos —confirmó su abuela Roseanne.

—De los cuales, solo una fue niña y ella fue la elegida por el legado, para portar la fuerza de la ninfa desterrada.

Concluyó con una sonrisa. Siempre le había fascinado esa historia y mucho más después de enterarse que era la siguiente del legado familiar; Darleen poseía la fuerza de la ninfa desterrada. Aunque tenía miedo, ya que la historia nunca fue muy feliz para las mujeres Slora; algunas, por la energía de ese gran poder, se volvían desquiciadas e intentaban asesinar a sus hijos o a sus esposos, para luego hacer un ritual de magia oscura con los corazones de estos y así, ser inmortales. Cómo su tía bisabuela Lynx, que asesinó a su hijo y casi se convierte en la pesadilla oscura de los magos estadounidenses.

Volvió a recostarse entre las cortas plantas y cerró los ojos, olvidándose de la triste –pero emocionante- fecha que se acercaba. La muerte de su padre y la privación de libertad de su madre; destinos crueles de los cuales nunca se enteró del porqué y su abuelo respaldaba esa decisión, diciendo que no era necesario que le dieran esa información y por lo tanto, nadie le decía nada de nada. A eso se le unía el hecho de que por fin iría al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería; un lugar que no solo sería una escuela sino un segundo hogar.

malédiction innocente | fanficción harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora