Capítulo 03 "Bienvenidos al reino de la humanidad"

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Bienvenidos al reino de la humanidad

El ambiente experimentaba una metamorfosis. El despreciable aroma a tejidos desmembrados, combustible agriado y hojas calcinadas era relevado por una pesada fragancia a sangre fresca y a carne caliente. Al percibir esto, cierta pelirroja llenaba de suspiros la aeronave, olfateaba con mesura lo que para ella era un manjar, una ambrosía que carecía de donar inmortalidad pero que la satisfacía lo suficiente como para considerarlo una digna recompensa y una de las pocas pociones que conseguía aclarar su juicio.

—No entiendo cómo te puede deleitar el inmundo olor de seres vivos estofados. —expresó Eisen hastiada, mientras acariciaba el claro cabello rubio de Waffe que yacía en sus muslos reposando con tranquilidad.

—Sólo lo dices por no se te es necesaria. ¿Sabes? Necesitar algo que amas es una de las pocas dichas de ser como yo.

—Svetlana tiene razón, realmente ni siquiera le has dado un mordisco y ya parloteas como si hubieras presenciado como le arrebatan la vida a los animales que nos brindan su deliciosa carne. —dijo animado el pelinegro, él también disfrutaba de ese bálsamo a salsa hervida.

—¿Pero qué dices? Claro que sí lo he catado y no fue una linda experiencia si me lo preguntas. —respondió al levantarse de golpe, provocando que la cabeza de Waffe chocará fuertemente contra el asiento y este molesto se incorporó.

—¡Oh vamos! —sobándose la cabeza el rubio se infiltró en la serena conversación — A eso no se le puede siquiera llamar carne. Esa cosa sólo eran sobras de enemigos caídos que decidimos consumir gracias a un majadero reto.

—Es cierto, si tan sólo te atrevieras a probar del Canon quedarías muy satisfecha. —dijo Alek intentando convencer a la pelinegra pero esta se limitó a cruzarse de brazos, voltear su cara y tomar asiento.

—¡Hmph! Me niego.

—Déjenla chicos. Si se abstiene de disfrutarla con gusto yo recibiré su porción. Además, mientras haya menos bocas que alimentar más posibilidades hay que nos permitan repetir el plato. –dijo sabia la pelirroja- Pero tranquila no porque te niegues te dejaremos de amar, querida. —Svetlana se acercó a Eisen y revolcó suavemente su corto cabello, mientras ella retiraba su mano y reía un poco— Incluso si te niegas a probar la deliciosa comida de Histoire, no me enfadaré.

—Histoire aquí Histoire allá, ¿acaso no tienes a nadie más a quien mencionar? —respondió Waffe, aniquilando con la mirada a la joven mujer.

—Tranquilo colega —comentó Alek al notar el sospechoso enfado del rubio —. Todos sabemos que Svetlana únicamente puede pensar en ti al momento de imaginar cosas su…

—¡No lo puedo creer! —interrumpió Svetlana al pelinegro —. Has rebelado tus verdaderos gustos, ya venía siendo hora de que le confesarás a Waffe que justo a ÉL era a quien imaginabas cuando piensas en tu mitad faltante. —Waffe se limitó a abrir sus ojos lo más que pudo y Eisen río por lo bajo.

—Al fin lo dices, temía de que no comprendieran mi mensaje —respondió Alek, se levantó del piso del helicóptero, alejó dócilmente a Eisen de Waffe y apoyó su mano en el pecho del joven, acercó sus rostros y con la otra mano agasajó su cabello. Waffe estaba pasmado —, Waffe, a través de mi único ojo siempre pude distinguir que tu brillo era incesante, justo lo que más me agrada. Además también he notado que… —decía en un tono pícaro el hombre del parche, las chicas observaban divertidas la escenita —. Que… Necesitas cambiar con urgencia la crema dental que usas, porque tus dientes se comienzan a tornar de un color amarillo. —rozó los labios de Waffe con su grande mano y se separó de él riendo, ambas mujeres igualmente reían. Incluso el Capitán reía silenciosamente.

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⏰ Última actualización: Nov 30, 2014 ⏰

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