Capítulo 2: Señor Lazzari

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— Señorita Seward — Dice Federico mientras me abre la puerta del coche — Sus maletas ya se encuentran en el apartamento.

— Muchas gracias Federico.

— Un placer, veo que el señor le ha dicho mi nombre — veo que sonríe.

— Así es, espero que no le moleste.

— Para nada — dice mientras niega con la cabeza. — Ya ha llegado señorita

— Gracias de nuevo — le sonrío y me devuelve la sonrisa mientras veo que se aleja.

Cuando conseguí este trabajo me comunicaron que viviría en un apartamento a 10 minutos en coche de las oficinas propiedad del señor Lazzari. Vi unas pocas fotos del apartamento pero cuando entré me quedé sorprendida con su belleza. Era un apartamento bastante pequeño y simple pero precioso, tenía muchísima luminosidad y eso me encantaba. Entré en la habitación principal y era más grande de lo que imaginaba. Había una habitación de invitados con la que enseguida pensé en mi hermana. Abrí el armario de mi habitación para colocar mi ropa y me sorprendió que habían unos vestidos perfectos para el trabajo, pese a no ser mucho de vestidos eran preciosos.

Cuando terminé de colocar mis cosas en el pequeño apartamento que resultó estar lleno con todo lo que necesitaba, decidí llamar a mi hermana. Le conté todo lo que había visto ese día y cuando me di cuenta eran las 10 de la noche, así que me hice un sándwich rápido y preparé la alarma para las 6 de la mañana, quería pasar por una cafetería antes de ir al trabajo y necesitaba tiempo para prepararme.

Cuando me desperté después de posponer la alarma un par de veces me vestí con un vestido rojo que había en el armario, era bastante elegante y ceñido.

Cuando bajé a la cafetería eran ya las 7 así que pedí un café para llevar y a lo lejos vi a la recepcionista, que me mandó una mirada cargada de odio. Pedí un taxi para llegar a la empresa y cuando llegué vi a la recepcionista ya sentada en su sitio con dos cafés sobre la mesa. Al mismo tiempo Alessandro entró y ella se acercó que darle el café, a él le sorprendió pero le agradeció mientras se dirigía al ascensor.

— Señorita Seward piensa entrar o...

— Si, lo siento señor Lazzari.

— Necesito que me empiece a programar las citas de esta semana — dice mientras caminamos hacia su despacho — A las 2 puedes salir a comer hasta las 3:30, tiene todo lo que quiero que haga encima de su escritorio

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Alessandro

Llegué a la empresa 5 minutos antes, me gusta comprobar la puntualidad de mis empleados. Nada más entrar vi a Valentina con un vestido rojo que se acopla a sus curvas, simplemente preciosa, lleva su pelo suelto, dejando caer sus rizos sobre sus hombros. Georgina también se encontraba en su puesto y se acercó a entregarme un café como hace muchas veces, le di una sonrisa cordial pero no le presté mucha atención, en ese momento solo tenía ojos para Valentina, que se había quedado de pie con un café de la misma cafetería que Georgina había cogido el mío. Apuesto que a ella le gusta el café más suave, se le ve tan frágil. Decidí llamarla para que entrara al ascensor y así ver como se avergonzaba. Ella se veía tímida respecto a mí.

Preparé su mesa en mi despacho porque aunque en este edificio hay despachos suficientes para darle uno a ella sola, así la podía ver mientras trabajara y además, si se supone que es mi secretaria debe estar cerca mio. Planeo invitarla a comer aunque pienso que me estoy precipitando. De todas maneras yo no quiero nada serio, no lo he tenido desde hace un montón y eso no va a cambiar, solo me siento atraído por su belleza, es todo.

Le mandé organizar mi agenda para esta semana y se veía tan bonita mientras miraba el papel donde estaba apuntando todo. En un momento ella levanta la vista y yo por acto reflejo agacho mi mirada cuando de repente llaman a la puerta. Es Christopher, mi amigo y vicepresidente de la empresa acompañado de Lionetta, su asistente.

— Aless, dobbiamo parlare di una cosa (tenemos que hablar de una cosa) — Dice Chris antes de percatarse de la presencia de Valentina — Chi è questa bella ragazza? (¿Quién es esta hermosa chica?)

— È la mia nuova segretaria (Ella es mi nueva secretaria), Valentina Seward — Le hago un gesto para que se acerque y Chris toma su mano para dejar un beso ahí. Mi mirada al ver su gesto debió hacerle gracia porque acto seguido sonrió mirándome y enarcando una ceja divertido.

— Lionetta por favor acompaña a la señorita Seward mientras Alessandro y yo hablamos unos asuntos — Dice Christopher y ella asiente entrando en mi despacho, después de eso él y yo salimos para ir a la sala que se encuentra enfrente de mi despacho que suelo utilizar para reuniones.

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Valentina

— ¿Así que tú eres la nueva secretaria de Lazzari eh?

— Así es.

— No tienes pinta de zorra como la anterior, toda una plástica. Me río

— No lo soy, y al parecer tú tampoco, ya pensaba que en esta empresa no habría nadie normal.

— Pues ya ves que sí, apuesto a que cuando llegaste todas te miraron de arriba a abajo

— ¿Cómo lo sabes? — Pregunto sorprendida

— Porque lo hacen con todas, incluso con las que son iguales que ellas, cualquiera que pueda tener un poco más de contacto con el señor Lazzari es la envidia para ellas.

— Tampoco es para tanto, es decir, es un hombre imponente pero no creo que yo sea su tipo.

— Quien sabe, eres preciosa le podrías gustar a cualquiera y ellas también tienen envidia de ello — Agacho la cabeza avergonzada, ella también es preciosa y se ve una mujer segura. — ¿De dónde eres?

— De Inglaterra, ¿y tú? Aunque tu nombre revela que eres de aquí.

— Así es, aunque tu nombre también es italiano.

— Mi padre era de aquí — agacho la vista

— Oh lo siento, no quería que te sintieras mal.

— No, tranquila, no está muerto, simplemente... se marchó cuando era pequeña y una de las razones por las que estoy aquí es porque quería encontrarle y preguntarle por qué lo hizo.

— Si quieres te podria ayudar, tengo bastantes contactos. — Justo cuando dice eso la puerta se abre dejando ver al señor Lazzari y al señor Bellini.

— Lionetta vámonos.

— Encantada de haberte conocido Valentina — Dice ella con una sonrisa

— Ci vediamo (Nos vemos) Lazzari — Dice el señor Bellini mirando a Alessandro, que simplemente asiente.

— Valentina te puedes ir a comer ya — Parece enfadado

— Pero señor aun es la 1:30

— ¡No me cuestiones y márchate! — Me asusto y él lo nota, veo el arrepentimiento en sus ojos — Lamento haberte asustado — dice antes de salir rápido por la puerta.

No entiendo que acaba de pasar. El señor Lazzari parecía un hombre bastante amable pero durante ese momento he sentido miedo, aunque de cierta forma extraña sabía que no me haría daño físico. 

LazzariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora