Caballero de Fuego (Arthur x Shinra)

CAP.3:

La canción no es por ninguna razón en especial, simplemente para acompañar la lectura :v, gomen, no he tenido Internet :"v.

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~"La playa"~

Otro día en el cuartel de la 8va.

Ya falta solo una semana para la competencia con el primer escuadrón, yo por mientras he estado mejorando mi puntería y Arthur ha estado entrenando con su excalibur.

Prefiero no hablarle, estoy enojado con él, ¡Tiró mi plato de comida! ¡Y había sido preparada por el Capitán Hinawa!.

-¿Sigues enojado?.-Preguntó Obi-san mientras me miraba.

-Un poco.-Minimicé en modo respuesta para no decir que ni siquiera pizca de mi enojo había desaparecido.

Él solo se rió de mis desgracias.

-Lo siento. No puedo evitarlo, te ves muy adorable cuando te enojas~.-Dijo entre carcajadas mientras se agachaba a mi altura a acariciarme el cabello.

Narradora's pov

Mientras todo eso sucedía en la ubicación de Shinra, Arthur no podía evitar desviar ligeramente la mirada hacia este sin ser notado.

Había que admitirlo, se sentía ligeramente celoso de los demás que podían acercarse de lo más al oji-carmesí. Mientras que él no podía siquiera mirarle de frente sin recibir una mirada de odio por parte de su "Rival", pero, por más que fuera cierto, era muy orgulloso como para que esas palabras llegaran a ser pronunciadas por su boca.

Además. Un buen Caballero no podía ser pareja de un Demonio, debían proteger a sus Princesas, no tenían tiempo para andar de parejas amorosas, y menos con el enemigo.

Por lo menos agradecía que podía admirarlo a distancia y con suerte sentarse cerca suyo. Tener un cuarto con su compañía y calmar sus sueños mientras acariciaba su cabello.

El rubio había quedado tan sumido en sus pensamientos que ni siquiera se había dado cuenta de que una libreta había pasado rozando su mejilla para luego estrellarse en la pared.

-¿Hm?.-Soltó reaccionando el oji-azúl.

-¡Pff!.-Shinra no podía aguantar la risa.

-De tanto estar distraido casi le das con tu espada a la Hermana.-Dijo el teniente con una mirada seria.

Arthur desvió la mirada hacia su espada, que justamente estaba casi rozando a la Hermana Iris, quien había utilizado lo primero que se había encontrado como escudo, osea, un peluche de oso, algo era algo.

-¡Lo lamento mucho, mi Princesa!.-Dijo el rubio retirando su excalibur y arrodillándose, provocándole un sonrojo a quien tenía en frente suyo. Shinra gruñó por lo bajo ante la escena.

-E-e-eeeeehhh ¡N-no hay problema! ¡No hace falta que te arrodilles!.-Dijo nerviosa con un gran sonrojo.

La Hermana se alejó de Arthur y se acercó a Shinra.-Maki-san dice que necesita tu ayuda. Se atoró en uno de los árboles.-Dijo con una nerviosa risa.

-¡Voy en seguida!.-Dijo el peli-negro comenzando a caminar, pero luego se detuvo y volvió la mirada hacia el equipo.-¿Dónde estaba?.-

-En el parque.-Respondió la Hermana con tranquilidad.-Cerca de la tienda de comestibles.-

Shinra asintió.-¡Ahí voy!.-Dijo de nuevo y emprendió el rumbo hacia Maki.

Mientras iba camino a la escena vió la tienda de comestibles, recordando con un poco de nostalgia las veces que su Madre le compraba su dulce favorito.