Día 4

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Narra Nathan
Mi corazón latía muy rápido con el simple hecho de recordar la cita, no me esperaba ese beso en la mejilla, no era lo que pretendía obtener, pero con eso me conformo, ahora se que realmente me estoy acercando a ella.

Narra Ángela
Toque la puerta y me asome como una niña pequeña.

-¿Qué haces aquí? -Río al verme -¿Necesitas algo?.

-No no, estoy bien -Entre y me senté -Es solo que me levanté muy temprano, por lo cual llegué muy temprano al trabajo, pero no hay nadie jaja.

-En ese caso tenemos tiempo para platicar, ¿Cómo te sientes?

-A ti no te voy a mentir, el trabajo me mantiene ocupada en otras cosas, pero al final del día… vuelvo a sentir ese hueco de soledad, aún los extraño, y que puedo hacer... -Estaba jugando con los adornos de su escritorio.

-Se querés difícil y esto es todo un proceso, pero no estás sola -Tomo mi mano -Sabes que estoy aquí para ti -Le sonreí y suspiré.

-Gracias, por todo lo que haz hecho por mi.

-No tienes nada que agradecerme, eres como la hija que siempre quise -De repente las lágrimas iban a empezar a salir de mis ojos, todo esto llegó y se fue tan rápido, aún no estoy bien pero no es algo que se cure de la noche a la mañana, se levantó y me abrazó, está vez no pude evitar llorar.

Necesitaba desahogarme, cuando sentí que había sido suficiente, me seque las lágrimas y me separé de él.

-Se que es un cambio drástico de conversación pero ¿Te gustaría venir a cenar está noche?, así podremos hablar mejor -Río.

-Claro que si.

-Entonces, nos vemos en la tarde -Iba a salir pero pe detuve -Tienes un bonito hospital, deberías pasearte de vez en cuando para admirarlo -Reímos y salí.

[…]

Narra Nathan
Cuando llegue al hospital, me dio la sensación de que sería un día bastante ocupado.

-Hola, ¿Qué tal va tu día? -Angy estaba con Lilia.

-Ammm... Hola -Estaba leyendo un expediente, lo cerró -Bien creo, a pesar de que hay muchos pacientes, ninguno es de gravedad así que por un lado esto es bueno, ¿No lo crees?.

-Por supuesto -Le sonreí y ella me devolvió la sonrisa.

-Pero miren quien decidió dejar la oficina -El director del hospital iba llegando.

-Bueno, quería comprobar que lo que me decías sobre mi hospital era cierto -Ambos rieron, pero su risa fue interrumpida por el sonido de una camilla traída por paramédicos, era una chica embarazada.

-Esta inconciente, hay dos impactos de balas sin salida -Fueron los informes de los paramédicos, uno de los impactos estaba en el pecho de la chica y el otro en el vientre de está; creí que Ángela tomaría está paciente, pero estaba paralizada, solo la miraba, Pierre se acercó a ella.

-Nate encárgate por favor -Asentí y me fuí.

[…]

Narra Ángela
-Y-yo... -No sabía muy bien que decir, hace tiempo que no me pasaba esto, Pierre estaba conmigo en la sala de descanso.

Estuvo conmigo un momento hasta que por una llamada, le hicieron saber que tenía que irse para revisar unos papeles del hospital.

-¿Estarás bien? -Asentí -Nos vemos en un par de horas, no pienses irte solo, yo te llevaré a casa -Salió apresurado.

Suspiré de forma pesada y después salí a buscar a Nate, me mataba la angustia de saber que es lo que estaba pasando con esa mujer.

[…]

Narra Nathan
Estaba en el quirófano, puesto que, posiblemente, no solo la mamá este herida, primero debíamos de hacerle una cesárea, ambos tenían todas las de perder, seis meses no siempre son suficientes para que el bebé sobreviva, y ella ya había perdido demasiada sangre.

Esta era de las pocas veces que me había tomado tan enserio mi trabajo, así que estaba dando lo mejor de mi por hacer que estuvieran bien. Esta sala siempre me ponía de un humor diferente, quizás tenga algo que ver esa pared de cristal.

[…]

Cuando estaba a punto de sacar al bebé, me sentí observado, eché un vistazo rápido, y noté que era Ángela, no sé desde cuándo es que está ahí, pero miraba con detenimiento todo lo que yo hacía. Sacamos al bebé, lamentablemente este no tenía pulso y no creo que pudiéramos hacer algo por él, tenía una gran herida en su pequeño pecho...

Narra Ángela
Nathan le entregó el bebé a la obstetra y justo después apareció una línea plana en el monitor, todos sabían que hacer, estuvieron intentándolo durante 20 largos minutos, pero nada; se quedaron inmóviles y se miraban unos a otros, comprendía perfectamente sus miradas, sentí una punzada muy fuerte en el corazón...

Nate se quitó el uniforme de quirófano, salió de este y me miró.

-No no, no salgas...

-Angy... -La desesperación se apoderó de mí.

-Tienes que entrar, tienes que hacer algo...

-Angy yo... -Y no lo dejaba hablar.

-No puedes dejarlos así como así, sino...

-¡Ángela! -Lo miré y negó con una mirada triste, no tenía fuerzas en las piernas por lo que terminé sentada en el piso, con lágrimas en el rostro, Nate se inco y solo me abrazó, me dolía el corazón de la misma forma que hace un par de años, aquel dolor que ya solo me parecía un recuerdo, era como vivirlo otra vez, no pude evitar llorar desconsoladamente.

[…]

Cuando ya no tuve lágrimas para llorar, solo me quedé en silencio, inmersa en mis pensamientos, ya no quería estar aquí, porque solo fueron ellos los que partieron, porque no pude ir con ellos también... o porque no solo fui yo...

Narra Nathan
Me rompía el corazón verla así, sin tener un porque sobre todo esto, parecía ida, pero una de sus manos estaba aferrada a mi brazo y la otra a mi uniforme.

-¿Qué pasó? -Pierre pregunto por Angy, aún estábamos en el piso afuera del quirófano.

-La chica y su bebé no lo lograron... De repente, se puso así.

-Ay Ángela... -Dijo melancólico -Ayudame a llevarla a mi auto, iré a dejarla a su casa, ahora los veo, iré por sus cosas -Asentí.

-Vamos Angy -Se levantó, pero aún no prestaba atención.

[…]

Para cuando llegamos al estacionamiento, ya no había pacientes en el hospital, así que me ofrecí a ir con ellos.

[…]

Entramos a su casa y se quedó en medio de la sala. Pierre dejo sus cosas en el sofá.

-Ire a buscar unas cosas -Entró a la primera habitación que había.

Mientras observe el lugar, no tenía muchos adornos, solo unos cuadros con pinturas y una foto, en la que estaba ella y Pierre con un diploma, pero ella tenía el vientre abultado...

-Aquí están, toma, para que descanses -Angela tomó la píldora que le ofrecía y el vaso de agua.

-Gracias... por preocuparse por mi y perdón por las molestias -Se fue, supuse que a su habitación.

-Hay que irnos, va a estar bien -No se que tan cierta sea esa frase, pero aún así me fuí, no podía quedarme.

Reinició [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora