Recuerdo vagamente cada palabra que zumbaba en mis tímpanos, las vueltas instrumentales que pasaban de compás en compás, hasta que dicha canción ahogada, desaparecía lentamente, hundiéndose en un silencio vacío y frío. Mis extremidades no respondían a ningún estímulo, mis sentidos parecían estar intactos, aunque lo basé solo en suposiciones, incluso cuando abría mis ojos, lo único que encontraba era oscuridad; mis oídos, por otra parte, eran enormemente perceptivos, supe incluso que alguien se quedó de pie junto a mí, gracias al sonido de sus pasos y su posterior pausa.
- ¿Me escuchas? – Aquella voz tan dulce que me hablaba se sintió lejana, como si me hablase un recuerdo - ¿Puedes... hablar? – un quiebre en su tono resaltó la preocupación con la que cargaba dicha persona.
Mi mente se encontraba ausente, deambulaba sobre una repisa de recuerdos desdibujados que no representaban nada relevante, además de que eran ilegibles, con rostros deformados, nebulosos e inexpresivos, la relación de aquellos recuerdos me fue incierta, no sentía nada que me asegurara siquiera, que fueran míos. Cuando regresé aparentemente a la realidad, me fue difícil no intentar hablar, de hecho, me fue imposible hacerlo, de mi garganta brotaron unos apagados sonidos guturales sin acepción alguna. La voz que había escuchado hacía unos segundos atrás, se desgarró con un llanto asolador, no sentía mi rostro, pero podría afirmar con total seguridad, que mi expresión se quebró, pues en mi interior me atacaba un sentimiento, desconocido pero destructivo.
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El mundo de las mentes mudas.
Short StoryQuizá somos más que una unidad, quizá dentro de nosotros exista algo más que defina nuestra identidad, si se trata de un vasto mundo desconocido que aloja varias versiones de nuestro ser, entonces puede que no conozcamos lo que en verdad somos.