Capítulo 3.- No eres lo que pensaba.

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Después de terminar todo los engullidos entramos al aula, Ulyyse, Aitor, Marjorie y yo, claro con mucho esfuerzo y ruego logramos que el profesor Joris Oiharzabal nos dejara pasar quince minutos después de haber comenzado su clase.

Y por favor se cambian de lugar los cuatro.- nos ordenó con mucha autoridad nuestro profesor de literatura encontrandonos ya adentro del salón e inmediatamente nos esparcimos mientras todos los alumnos nos miraban desconocertados. La mayoría del grupo conocía al profesor Oiharzabal, sabían que él no acostumbra a dirigirse con ese tono de voz hacia sus alumnos y mucho menos a cambiarlos de lugar.

Me econtraba sentada enfrente de su escritorio, decidí establecerme en ese lugar para observar y conocer un poco más de mi profesor, atraves de sus pertenecias; sobre su mesa de trabajo estaban dos libros, una tablet y un café. Sin prestar la más mínima atención a la clase de literatura, aunque no era de mucha importancia ya que el primer día después de vacaciónes de verano era una presentación entre alumnos y maestros, una voz conocida bramó -¡Señorita Helies! O presta atención a mi clase o se retira, llega comiendo, entra tarde y no me presta atención ¿De qué se va a tratar? o ¿Quiere que la lleve con la profesora Susie para que la suspendan por su mal comportamiento?.- recitó el profesor Joris Oiharzabal e inmediatamente todos los alumnos voltearon a verme con una mirada de asombro, si bien el profesor no acostumbraba a regañar a sus alumnos mucho menos amenazarlos con llevarlos con la Orientadora.

***

El salón de orientación hacía el alumnado era como llegar al infierno, literal. Un lugar lleno de tensión y malos tratos por supuesto por la desagradable profesora Susie si es que se le puede llamar así, lo único que hacia era regañarnos como si hubiésemos asesinado a un compañero, suspendernos semanas o hacernos asistir los fines de semana al colegio para hacer aseo u ordenar la biblioteca. Su titulo en lugar de decir graduada en "Orientación Educativa", debería decir graduada en "Maltrato a adolescentes"

La "profesora" Susie era una persona totalmente desagradable, de cabello negro y demasiado obesa, gracias a su obesidad apenas si podía caminar, creo que por eso estaba tan amargada y quería amargarnos a nosotros nuestra feliz juventud, además se rumoraba por los pasillos del colegio que era soltera a sus 48 años y tenía cientos de gatos, sin duda era la persona a la que más había odiado en toda mi vida.

Sólo una vez en mi historial académico había estado en ese horroroso lugar y fue gracias a mi peor enemiga Kristie...

Yo me encontraba tranquila sentada en una de las jardineras del colegio junto con mis antiguas amigas cuando de pronto, Kristie llegó agredirme y no soy exactamente de las personas que se dejan de las demás así que le seguí el juego y terminamos en una fuerte pelea, Kristie terminó en el hospital, y yo con unos simples rasguños, aquella vez no me expulsaron del colegio gracias a mis buenas notas y a que algunos compañeros junto con el profesor de literatura Joris Oiharzabal fueron de testigos con la directora a declarar que Kristie me había provocado. Aunque a ambas nos hicieron firmar un documento donde exponía que si volvíamos meternos en problemas seríamos expulsadas del colegio San Abel Heroics.

Y por su puesto no tenía ganas de volver a entrar a ese espantoso lugar, a demás que podrían expulsarme del colegio y sin duda no lo hubiese soportado.

***

-Lo siento profesor no volverá a suceder.- enuncié con la cabeza gacha, completamente llena de una profunda tristeza y unas inmensas ganas de llorar. ¿Qué le sucedía a Joris? ¿Por qué me trataba tan mal? Lo había extrañado tanto en el verano y lo único que quería era platicar con él y abrazarlo. Sin duda no merecía esos malos tratos.

El maestro siguió con la clase y yo trate de prestar más atención, aunque me era imposible dejar de pensar en lo horrible que me había tratado Joris Oiharzabal.

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El timbre sonó y todos los alumnos se retiraron del aula de clases, avisé a Marjorie, Ulysse y Aitor que los alcanzaría después, ellos asintieron y también se retiraron del salón.

-No se me hace justo que me haya tratado así, enfrente de todo el salón.- lo enfrenté con un tono demasiado alto al mismo tiempo que azotaba mis palmas en su escritorio, dejándolo totalmente atónito, de verdad estaba muy molesta.

-Señorita Helies, no se debe dirigir hacía sus directivos con ese tono de voz y tampoco debería reclamarme nada, tengo el derecho de llamarle la atención cuando yo quiera.- confirmó el profesor de literatura demasiado autoritario después de salir del gran asombro en el que lo había dejado

-¿Qué le pasa? Creía que éramos amigos.- expusé con un hilo de voz y colocandome mis manos en la cara intentando que no se diera cuenta que mis lágrimas habían brotado

-Lo siento alumna Janelle Helies, creo que se equivoco y permítame darle un consejo, si no quiere tener más problemas olvídese de esa absurda idea y preste más atención en mis clases.- declaró agarrando sus cosas al mismo tiempo que se retiraba dejándome totalmente paralizada y rompiendo en llanto.

-¡No eres lo que pensaba!.- bramé con una rabia inmensa y él sólo volteo a verme con pena y tristesa a la vez. Algo no estaba bien, todas sus palabras no las había sentido del todo sinceras.

****

Llegando al siguiente salón de clases donde ya se encontraban Marjorie, Ulysse y Aitor sentados, ahora en la parte trasera del salón.

-¿Qué paso amiga? ¿Qué tienes? ¿Estabas llorando?.- me interrogó Marjorie al mismo tiempo que se levantaba de golpe de su asiento mientras yo seguía de pie.

Aunque antes de llegar al aula decidí ir al tocador para lavarme la cara y así no se dieran cuenta mis amigos que había estado llorando, fue en vano mis nervios y el rimel esparcido por mis dos ojos me delataban.

-No amiga, es que no me siento para nada bien, me duele mucho mi estómago.- expusé intentando sonar lo más convincente posible, mi mejor amiga no tenía ni un pelo de tonta y engañarla no estaba para nada fácil.

-Janelle, te conozco y por un dolor de estómago no te pones así.- cuestionó Marjorie lanzandome miradas acusadoras. Mentirle no había salido del todo bien.

-Lo siento Marjorie, ahora no quiero hablar de eso, en este momento me iré a casa, tal vez mañana, ya que esté más tranquila te cuento.- afirmé está vez siendo muy sincera.

Marjorie asentó con la cabeza y siendo totalmente cortes me acompañó a la salida del colegio.

-Cuídate amiga, recuerda que ningún hombre merece las lágrimas de una mujer y mucho menos de una tan hermosa como tú.- mencionó mi mejor amiga, y yo sólo asentí dirigiendo mi mirada hacía el auto de Joris.

Tal vez Marjorie creía que estaba triste por Ethan pero el verdadero motivo por el cual me encontraba demasiado impuesta para seguir con mis siguientes clases era mi profesor de literatura Joris Oiharzabal y lo peor era que a nadie le podía contar mi secreto ni si quiera a mi mejor amiga.

-No te preocupes, tal vez se peleo con su novia y por eso estaba de mal humor.- comentó Marjorie notando hacia donde se dirigía mi mirada y haciendome sentir más peor de lo que ya me sentía.

¡¡¡Queeeeeee!!! ¿También tiene novia? ¿Y ahora que sigue? ¿Que me atropelle un coche?- pensé para mis adentros y nuevamente una tristesa profunda se apoderó de mí.

-Sí tal vez, me tengo que ir, me despides de Ulysse y Aitor.- me despedí cortando totalmente la conversacción con un hilo de voz y dándole un beso en la mejilla a mi mejor amiga. Necesitaba urgentemente llegar a mi casa, meterme bajo de las cobijas y abrazar a harry mi hermoso gatito quien siempre me acompañaba cuando estaba triste y me hacía sentir mejor.

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Espero sea de su agrado. Saludos :)

Mi mejor maestro en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora