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– Eijirō

El rubio susurro aquel nombre mientras veía frente a él al pelirrojo vestido completamente de blanco con sus cabellos hacia abajo, al parecer se había escapado del cuarto de enfermería

Kirishima lo veía fijamente con los ojos llorosos y una mano en su pecho apretando sus ropas, todo era silencio hasta que habló

– Blasty

Las palabras sonaron mutiladas, con tanto dolor que le rompió el corazón por completo a todos los que guardaban silencio

– No te preocupes, todo estará bien

El ojirubí comenzó a dar pequeños pasos atrás hasta salir de la habitación y darse la vuelta completa para comenzar a correr desesperado lejos de los demás, cuando los chicos pudieron reaccionar era muy tarde, él ya se  había ido

– ¡Kirishima!

– ¡No lo dejen ir!

Todos los alumnos del 1A buscaban desesperados al pelirrojo, Ashido gritaba su nombre llorando, Uraraka buscaba en todo el recinto destrozada, Kaminari era un puñado de nervios y llanto, Deku estaba enfadado, nervioso y triste, Sero estaba perdido y Bakugō se sentía mal, culpable y no cabía en su tristeza

Mientras tanto Kirishima había llegado a su lugar favorito ya casi no podía moverse pero no le importó, cayó al pasto pero se paró y siguió con su camino, con su mano acaricio sus bellos girasoles mientras los contemplaba alegre

– Lo siento, ya no podré cuidarlos

Él amaba esas plantas pero ya nunca podría verlas florecer de nuevo, se despidió de ellas y siguió su camino, de la boca le brotaba sangre y escupía flores, pasó por todo el jardín mirando aquellas plantas que le recordaban a sus amigos

Si moría al menos  lo haría junto a ellos indirectamente, llegó hasta el pilar de agua y encontró el jardín de Bakugō las mismas flores que escupía estaban frente a él, suspiro y se dejó caer ya no podía seguir aguantando. Comenzó a devolver y toser expulsando flor tras flor, el dolor era mucho y no podía respirar, lloraba amargamente sus lágrimas caían en la tierra que se pintaba de rojo, su vestimenta una alguna vez blanca ahora era puramente carmín.
Recordó como era apenas hace unos meses atrás, antes de entrar a la UA se sentía patético no le gustaba su yo del pasado, tan cobarde y poco masculino y ahora se sentía igual o peor, su vista se volvió borrosa ya no tenía ganas de seguir despierto.

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– ¡¿Dónde carajo puede estar?!

– ¡No lo sé! Kacchan suéltame!

Katsuki tenía del cuello de la playera a Deku estaba furioso, quería destrozar todo y a todos hasta que recordó algo, dejó caer a Midoriya al suelo y salió corriendo hacia el jardín, rogaba que estuviera ahí, el atardecer hacía que fuera complicado distinguir por dónde andaba.
Caminó durante un rato pero no lo encontró, se detuvo para intentar recuperar el aliento hasta que  escucho sollozos, se alarmó y corrió.
Llegando a su jardín, lo que vió lo destrozó, su Eijirō estaba sobre el pasto lleno de sangre llorando, lo tomo entre sus brazos y comenzó a correr donde Recobery Girl, durante todo este tiempo se portó duro, pero ahora él también lloraba

– Blas-ty

– ¡Calla idiota no hables!

– Pero tengo que decirte qu-

– Tienes que guardar fuerzas, solo escúchame, ¡lo siento lo siento mucho, perdóname Eijirō, no puedo ayudarte!

Se sentía impotente quería ayudarlo, quería salvar a su amigo pero no podía, él no lo amaba más allá de ser su mejor amigo casí hermano y eso lo desesperaba.

Llego rápidamente pidiendo ayuda, le dijeron que lo recostara en la cama pero cuando tenía que irse para que lo adultos hicieran lo suyo Eijirō tomó su mano y le sonrió ampliamente aunque fuera una sonrisa rota se vió como la más hermosa que el pelirrojo le ha ofrecido

– Te amo Bakugō y no me arrepiento

Quería decirle que él también lo amaba talvez no de la misma manera pero lo hacía, las enfermeras lo tomaron de los hombros y lo sacaron del cuarto

Ya había pasado una hora y todos estaban esperando, el más afectado era Katsuki quien lloraba en silencio

– Kacchan no es tu culpa, tú no sabías de esto

– Claro que es mí culpá Deku porque por más que quiero no puedo amarlo de la misma manera

La puerta fué abierta y la viejesita salió algo agitada de ahí

– Solo pude hacer que su dolor disminuyera él no quiere la operación, así que recomiendo que entren a la habitación y pasen junto a él el tiempo que le queda

Todos acataron la orden, Kirishima estaba conectado a muchos cables y su aspecto era deplorable pero su típica sonrisa nunca desaparecía, todos estaban dolidos, cada uno paso a hablar con él pelirrojo aunque no paresierá una despedida lo era, Eijirō estaba feliz y eso los consolaba pero sinceramente no podían aguantar la incertidumbre cuando fué el momento de Bakugō, el cenizo se hincó y tomo la mano de kiri escondido su cara en ella pidiéndole perdón

– No tengo nada que perdonarte  B-bakugō

La máquina  a la que estaba conectado el teñido comenzó a hacer un escandaloso ruido y todos se alteraron  por ello, el pelirrojo comenzó a cerrar sus ojos y dejar de sonreír

– ¡Abre tus ojos Kirishima! ¡¡¡Te estoy hablando idiota, no te vayas!!! Escúchame te lo ruego
¡Kirishima!

Delirio   [Bakushima-Hanahaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora