Después de tomar mi capuchino me dirigí a la caja para pagarlo. Mientras esperaba a que la cajera se desocupara para atenderme dirigí mi mirada a las demás mesas, pero una en específico llamó mi atención eran dos jóvenes, parecían estar discutiendo uno de ellos tenía un tatuaje en su cuello. Era algo muy peculiar, parecía un símbolo, sabía que lo había visto en algún lado, pero no recordaba en dónde. Los dos jóvenes al percatarse de mi presencia se levantaron y se fueron.
Mientras caminaba hacia mi casa me dispuse a intentar recordar en donde había visto aquel símbolo, pero no recordaba nada en específico así que solo lo olvidé.
Al llegar a casa estaba tan cansada que solo me acosté en mi cama y no tardé mucho en quedarme dormida.
***
Al abrir mis ojos ya era de día. Me levanté con la intención de tomar mi café de mañana. Mientras estaba en la cocina escuche un ruido, provenía de la oficina de
papá se escuchaba como si alguien estuviera ahí dentro. Empecé a acercarme lentamente intentando hallar la razón de aquel ruido
- ¿Mamá?¿Mamá eres tú? - Abrí las puertas de la oficina, pero no vi a nadie. Al entrar busque por los rincones, pero no había rastro de que alguien hubiera estado allí. Me senté en la silla del escritorio de papá, empecé a mirar con detalle todo lo que estaba encima de ella; su pequeño tarrito color plateado en el que ponía sus lápices, su lámpara y la carpeta de la oficina. Suspiré; en este mismo lugar encontré el cuerpo sin vida de mi padre.
No me dejaba entrar aquí, decía que era su lugar sagrado. Recuerdo esas juntas extrañas en las que venían hombres, juntas que duraban horas. Y en esas horas tenía prohibido salir de mi habitación.
Salí de la oficina de papá y volví a la cocina, serví mi café y me dirigí a la sala, mientras pensaba que mi mamá ya debía estar en el trabajo. Al prender el televisor empecé a buscar algo que ver, pero al no hallar algo que llamara mi atención decidí poner las noticias. Mientras tomaba mi café salió un enunciado de la televisión, era una noticia de última hora
“Se haya cuerpo de joven de aproximadamente 22 años. Quien ha sido brutalmente asesinado en circunstancias poco usuales. Según el informe policial el joven habría salido de su trabajo y mientras se hallaba de camino a su lugar de residencia fue interceptado por un hombre quien resulta ser el principal sospechoso. De acuerdo con declaraciones de algunos testigos es un hombre de entre 45/50 años, portaba una chaqueta negra y tiene un tatuaje que cubre su cuello. Se agradece cualquier indicio de el paradero de este hombre.”
A continuación, en la pantalla pasan lo que parece ser el retrato hablado del hombre. Pero la imagen capta toda mi atención al ver que tiene en su cuello aquella misma marca que tenían los dos jóvenes en la cafetería.
Me dispuse a buscar todo lo que pudiera sobre esta marca. Había algo que se me hacía extraño pero a la misma vez familiar. Como si de alguna manera ya hubiera vivido eso.
Pasaron las horas y no encontraba nada que me acercara a aquella marca; ya un poco cansada de buscar sin resultado alguno decidí parar y en su lugar fui a tomar un baño. Mientras tomaba mi baño empezó a sonar el teléfono de la casa, así que salí y lo contesté.
- ¿Hola?
-Disculpe. ¿Me comunico con la hija de Margaret Lipton?
-Con ella habla
- Lamento comunicarme con usted en estas circunstancias, pero debo informarle que su madre sufrió un accidente y está aquí internada en el hospital central.
- Que mamá que…?! - Mis palabras sonaron casi en un suspiro. Mientras mi corazón se aceleraba de una manera increíble
- ¿Señorita se encuentra bien?
-Voy para allá-Colgué el teléfono e intenté dirigirme a mi habitación, pero todo se veía borroso, me sentí asustada y vulnerable. En un momento caí al suelo y después de eso lo único que recuerdo es negro.
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Flébil
HorrorEdgar Allan Poe dijo que todo lo que vemos o sentimos es solo un sueño dentro de un sueño. Pero si todo es un sueño, ¿Qué es la realidad? Nuestro problema se encontrará en no lograr distinguir los sueños de las mínimas muestras de realidad. O peor...