Realidad

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-Sr. Shesshomaru ¿qué es lo que opina de mí?
-¿A qué te refieres?
-Sentimientos, ya se que es algo muy humano, pero me gustaría saber que me considera. ¿comida? ¿amiga? ¿algo más?
- No lo sé, pero comida seguro que no, ni una sola vez he pensado en comerte. Aunque ni tan siquiera se tu nombre.
- Es cierto, con todo el follón ni me he presentado. Mi nombre es Kyoko Yuuko, un placer conocerle.

Ese día Shesshomaru desapareció y no lo volví a ver hasta después de unos meses.
El día que volvió a aparecer...

-Kyoko, tengo algo que decirte.
- Dime.
- Me g... gus...
-¡Para!
-¿Pasa algo?
- Antes de que acabes de decir lo que tienes que decir, hay algo muy importante que te tengo que decir.
-¿Que pasa?
-Resulta que no soy humana, soy medio demonio.
-No puede ser, hueles a humama.
- Fui maldecida. Un día se murió un demonio gato frente a mi, y sus hijos pensaron que yo maté, y ellos me maldijeron, me bañaron con la sangre de un recién nacido y eso me volvió humana.
-¿En serio eres medio demonio? ¿Hay alguna manera de romper la maldición?
-Sí, soy medió demonio, y sí, me tendría que bañar con la sangre de uno de los demonios gato que me maldijeron.
-¿Sabes dónde están?
- No

La conversación finalizó en ese instante, y Shesshomaru desapareció.

Unas semanas más tarde Shesshomaru regresó con un demonio gato en una mano.

-¿Quién es?
- Es un demonio gato.
-Sí eso ya lo veo. ¿Me refiero a que haces con él aquí?
-Romper tu maldición.
-No es necesario, me he acostumbrado a la vida como humana.
-No quiero que seas humana, ni medio demonio, pero si se tiene que escojer prefiero que seas medio demonio.
-¿Qué se tendría que hacer?
-Matar al demonio y bañarte en su sangre.
- Eso tendría un inconveniente.
-¿Cuál?
-Matar a alguien.
-Pero volverías a la normalidad.
-¡No!
-¡Kyoko! Si no lo haces me iré y no volveré.
-Dame un tiempo para pensar.

CONTINUARÁ...

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