Pérdida y Solución

40 3 0
                                    

Algo había salido mal, me estaba volviendo un demonio del todo.
¿Qué estaba pasando? ¿Cómo se puede solucionar?

Pasaron un par de minutos y me desmayé.
Después de un par de horas recobré la conciencia, al abrir mis ojos, pude ver como el rostro de Shesshomaru volvía a la normalidad, ¿a caso estaba preocupado por mi?

-¿Qué ha pasado?

Shesshomaru me entrego un espejo, en el podía apreciar como mi apariencia había cambiado, de tener el cabello negro, éste se habia vuelto totalmente rojo, y mis ojos oscuros pasaron a ser color dorado.

-¿Ahora soy demonio?
-Sí
-¿Qué voy a hacer?
-No lo sé, por el momento podríamos ir a alguna aldea.
-¡NO! Tengo miedo de lo que pueda hacer.
-No puedes estar siempre temiéndole a todo.

Shesshomaru me agarró el brazo y empezó a tirar de mi en dirección a una aldea, me quedé quieta en el sitio y dí un tiron para zafarme de sus garras.

-¡HE DICHO QUE NO!

Me fui de ese lugar, quería hacer algo al respecto con mi maldición, pero en primer lugar quería olvidarme de todo lo sucedido, así que decidí ir a una taberna a beber.
Entré por una gran puerta de madera, tras ella se divisaba una barra, en la que para mi suerte había un lugar vacío, me senté.

-Disculpe señor, pongame lo más fuerte que tenga.

El barman me sirvió una copa con un líquido rojizo.
Pasaron unas horas, y me habría tomado unas 6 copas. Entró alguien y se sentó a mi lado, lo miré, no se si era realmente atractivo, o eran las 6 copas que llevaba, pero me llamaba mucho la atención y decidí hablar con él.

- Hola ¿Cómo te llamas?
- Aoi Shingo

Me acerqué y lo besé, él me apartó.

-¿Se puede saber que haces? Ni siquiera me has dicho tu nombre.
- ¡Es cierto! Culpa... hip... mia... hip... me llamo Kyoko Yuuko... hip...
-Y encima estas ebria de narices.
-Que más da, eres solo un lío de una noche.
-Esta bien, que así sea.

Se abalanzó sobre mi y me beso apasionadamente, tiempo después nos separamos por falta de aire, pero no duro mucho.
Nuestros labios se juntaron de nuevo, más apasionadamente que la vez anterior.

Sentada en su regazo decidí que era hora de pasar a la acción, me desabroché el obi lentamente, pero a su vez de forma sensual, cuando ya estaba suelto deslicé las mangas del kimono por mis delgados brazos hasta tener los pechos un poco sobresalidos. Aoi ya no aguantaba más, notaba su miembro duro, me cogió por la cintura y me tumbó en la cama, sacándome lo que me quedaba de ropa. Él también se desvistió y empezó a lamer mis pezones, me estaba excitando cada vez más, no podía aguantar la espera.

- ¡Aoi! Quiero más.

Acercó su mano a mi vagina, e insertó un dedo, poco después un segundo y no paso mucho tiempo hasta insertar el tercero. Gozaba el placer, pero no era eso lo que quería, quería algo más, algo más grande y duro, que pudiera llegar hasta lo más profundo de mi ser.

- ¡Mételo ya!
-Si lo quieres lo tendrás que hacer tu misma.

Se recostó en la cama mirándome intensamente, balbuceé, y me coloqué sobre él, me daba un poco de miedo meterlo yo misma, pero lo quería en ese mismo instante.
Empecé a bajar mis caderas lentamente, hasta que mi vagina dio con algo, con mis dedos separé un poco las paredes e introduje su pene en mi interior.

- ¡Es muy grande!

Pensaba que ya lo había metido todo, ya que parecía no entrar más, pero él me agarró por la cintura y me bajó del todo.

- ¡Nnhaa!

Sentía un increíble placer, mucho mayor que el de minutos atrás, pero por lo visto el Sr. Impaciencia no tenía suficiente y empezó a dar envestidas fuertemente, así que yo intenté seguirle el ritmo, pero era tal el placer que estaba a punto de perder la razón, siguió envistiéndome durante un rato hasta que...

- ¡E...Estoy p...por correrme!
- ¡A...Aguanta un p...poco más! ¡Quiero que nos corramos juntos!
- ¡Quiero correrme dentro tuyo!
-N...No puedo aguantarlo más, Me... ¡Me corro!

Nos corrimos al mismo tiempo, todo mi interior se encontraba lleno de su semen, el cual salió al sacar su pene y manchó las sábanas.

POV SHESSHOMARU:

Tenía que hacer algo, Kyoko no estaba a gusto con quien era en ese instante, y todo era culpa mía, me sentía responsable, aunque lo hecho, hecho está.
Decidí intentar solucionar el problema que yo mismo había creado.

Un par de horas más tarde llegué al territorio de los monstruos gato y busqué a la colonia que había maldecído a Kyoko.

- O me ayudais a romper la segunda maldición o aniquilo a toda vuestra especie.
-¿Te crees que con amenazas te ayudaremos?
-¿Si?
-Pues estás muy equivocado, tendrás que hacer algo para probar que quieres romper la maldición de... ¿tu amiga? O lo que sea la chica para ti.
-Por otra parte si nos matas a todos nadie podra romper la maldición.
-No había pensado en eso. Bien, ¿qué tengo que hacer?

Los gatos se miraron entre ellos sorprendidos y a su vez preocupados, no sabían lo que el chico con rostro amenazante tenía que hacer para consegir lo que quería.

-Bien pues...
-Nos tienes que ayudar.
-Pero sabeis como romper la maldicion, ¿cierto?
-Claro que sí, tenemos muy buena memoria.

Pasaron las horas y Shesshomaru había hecho todo lo que le habían pedido.

-Solo te falta hacer una cosa.
-Tienes que ir a por unas hierbas.
-¿Solo eso? Que fácil.
-El problema es que son difíciles de encontrar, y siempre estan rodeadas de monstruos poderosos.
-De los monstruos me encargo yo, de las hierbas, uno de vosotros.

Todos los gatos se volvieron a mirar aterrados, ¿quíen sería el desafortunado que tendría que ir con él?

Al final salió un voluntario que era un tanto despistado y no se acordaba del asesinato de uno de sus hermanos.

Estubimos cerca de dos horas buscando hierbas de todo tipo, hasta que el gato dijo que esa era la última y volvimos a donde vivían aquellos gatos.

-Bien, ya he hecho lo que me habíais pedido, ¿Quién me ayudará a romper la maldición?

El gato que me había estado acompañando hasta ese instante alargó la pata y dijo.

-Me llamó Toby.

CONTINUARÁ...

Veneno para mí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora