Encuentro

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El día en el que te conocí mi vida cambió drásticamente.

Como cada día, salí de mi casa para buscar un poco de agua y leña, junto con un poco de comida.
Mi casa está en medió del bosque, por suerte para mí en un terreno en el que no suelen haber muchos monstruos.

Pero ese día, noté una presencia distinta, que procedía de más allá del gran árbol, y decidí acercarme.
Había un hombre un tanto mal herido, así que decidí intentar ayudarle.
Al acercarme un poco el hombre se giró, y descubrí que no era un hombre sino un monstruo, recordé las palabras que me dijo mi padre cuando era pequeña.

-Hija, los monstrous con apariencia humana son de los más poderosos, no te acerques a ellos.

Rápidamente intenté alejarme, pero al darme la vuelta estaba detrás mío.

-Humana asquerosa
-Lamento haberle molestado, ya me voy.
-¡Quieta! ¿Te piensas que te voy a dejar marchar como si nada?
-Pero señor...
-¡Cállate! ¿Hay más humanos cerca?
-No, en este bosque no habita nadie más a parte de mí.
-Bien, te ordeno que me cures las heridas si no quieres que te maté.

Corrí hasta mi casa y volví con unas plantas medicinales y unos bendajes.

-Señor, ¿podría decirme su nombre?
-No es necesario
-Pero me gustaría poder dirigirme a usted por un nombre
-Shesshomaru
-Sr. Shesshomaru puede que le duela un poco al aplicar el ungüento.
-Lo dudo
-¿Puedo hacer una pregunta?
-No
-Si es un demonio, ¿cómo es que la herida no se cura sola?
-Cállate

Bajé la mirada y obedecí a la orden ya que temía por mi propia vida, y seguí con los tratamientos médicos.

CONTINUARÁ...

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