ɴɪɴᴇ

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Dime en dónde encontrar en otros besos mi hogar.
Pues en tus brazos yo siempre dormí y me olvidé de sufrir.

Sólo dime por dónde estarás y si te puedo llamar.
Pues tengo miedo si vuelvo a caer y no me sé levantar.









La noche llegó sin prisa, un bonito castaño se encontraba preparando la mesa en el comedor donde antes había sido su hogar, se había sentido extraño regresar.

Desde que llegó, se dedicó a corroborar la casa, dando por hecho que nada había cambiado, los muebles que habían escogido entre los dos seguían ahí, los cuadros con muchas fotos en las paredes y en la mesa de centro.

También revisó los cuartos, se sentía como un niño curioso re descubriendo cada lugar, pronto llegó a la habitación que hasta hacía unos años compartían, observó todo, lo único diferente eran el color de las cortinas, de lo contrario, todo era idéntico, el mayor aún conservaba los regalos que Jin le había hecho para sus cumpleaños, algunos peluches, unos conjuntos de ropa, etc., Jin sintió una calidez en su pecho al encontrar un puñado de sobres amarrados con un lazo rosa sobre la mesita de noche, esas eran las cartas que Jin le escribió a JungKook desde jóvenes, detalló con delicadeza el lazo pero no se atrevió a leerlas, pensó que no era buena idea ya que seguro lloraría por sus propias palabras, así que decidió salir y preparar la comida, pues su ex no tardaría mucho más en regresar.

Al tener todo preparado, se fue a la sala y se sentó en uno de los sofás individuales a esperarlo, pensaba sobre lo que sucedió hacía unas horas, se sintió tan osado que no pudo resistirse en tocar al azabache, lo había extrañado tanto que se vio en la necesidad de sentirlo, y sí que ambos habían logrado obtener placer, Jin aún analizaba lo que pasó, pero más bien analizaba lo que podría pasar en esa casa, los dos solos, con deseos reprimidos, con el amor en el aire…

Se reprendió mentalmente, aún no era momento para si quiera pensar en cosas indecentes, pues debían hablar sobre sus diferencias, el menor aún no se sentía seguro de retomar algún tipo de relación con el azabache, aún quería hacerlo sufrir.







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El sonido de las llaves y la puerta siendo abierta fue el destello de un deja vú, Jin de repente se sintió incómodo, pero desechó al instante ese pensar pues las circunstancias eran diferentes, sobre todo al ver el ramo de rosas rojas y margaritas asomarse frente a sus ojos.

Buenas noches. –Saludó el mayor con una leve sonrisa. —Son para ti. –Extendía el ramo hacia él.

Jin las tomó suavemente, un bonito sonrojo adornó sus tersas mejillas y susurró un suave “Gracias” acompañado de una sonrisa mientras olía la deliciosa fragancia de las flores mezcladas.

↬ᴅᴀʀᴀ ᴅᴇɪs♡ [ᴋᴏᴏᴋᴊɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora