ᴛᴡᴇʟᴠᴇ

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JungKook sonreía radiante, ante la cara de desconcierto que tenía el rubio, estaba complacido al verlo tan vulnerable, así que no dudó en burlarse de él un poco, a fin de cuentas, se las debía.

Si gustas puedes ir a ducharte, aún no termino el desayuno. –Le dijo tan casual que la confusión en Jin se hizo mayor.

¿Ba-bañarme? –Preguntó en un susurro y vio como el mayor le daba la espalda de nuevo mientras movía los huevos y tocino en el sartén.

La imagen era erótica, no se había percatado que el azabache no traía una camiseta, el cabello un poco húmedo, dejaba caer unas gotitas que pasaban por su pecho desnudo y su fuerte espalda a la vista lo hizo tragar con dificultad, deseaba arañarla y morderla, ese trasero musculoso siendo abrazado por el pantalón de chándal, y los bíceps tensos al sujetar los utensilios de cocina lo hicieron casi correrse, su miembro pulsaba por querer ser atendido, sus ojos perdidos en la imagen de ese hermoso hombre cocinando, tal como lo hacía hace años, sus mejillas estaban rojas, todo su cuerpo temblaba ante la excitación… ¡Como deseaba a ese hombre estúpido! Y sabía que el muy miserable estaba consciente de su mirada pues se movía con tanta gracia que Jin quería lanzarse sobre él y chupar cada músculo, mientras el pelinegro se enterraba en lo más profundo de su ser… Ansiaba tanto que esas fuertes manos lo-

¿Te quedarás babeando por mí toda la mañana? –Interrumpió sus sucios pensamientos, notando que  estaba a unos centímetros de su rostro. — ¿O por fin irás a ducharte? Aún apestas a alcohol. –Dijo burlón con esa sonrisa petulante.

Su cara ardía en vergüenza y sin mencionar palabra, salió corriendo prácticamente hacia la habitación, se encerró y posó una de sus manos sobre su corazón, el cual latía con rapidez al verse descubierto fantaseando despierto, se maldecía por lo débil que era ante ese hombre que lo hacía actuar como un adolescente enamorado. Vio hacia abajo, un bulto sobresalía, genial, estaba duro y su ex no podía ayudarle porque su orgullo podía más.

Yo también sé jugar sucio, JungKook. –Susurró mientras se desvestía y entraba al baño, decidido a cobrar venganza, él sabía cómo hacer rogar a ese azabache engreído.






 –Susurró mientras se desvestía y entraba al baño, decidido a cobrar venganza, él sabía cómo hacer rogar a ese azabache engreído

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Al cabo de una hora después, un sexy pelinegro estaba poniendo la mesa, su sonrisa aún adornaba su precioso rostro, sabía el efecto que tenía sobre su rubio así que se lo haría recordar todo lo que le fuera posible, claro que no contaba con que su ex también jugaría con él, como ahora, que quedó idiotizado al verlo entrar al comedor tan radiante que lo hizo sentir en las nubes.

El chico de labios voluptuosos traía puesta una camisa suya color blanco, que obviamente, le quedaba grande, dejando sus clavículas y parte de su delicioso pecho al descubierto, sus hermosas piernas al aire, y sus redondas nalgas apretadas en un bóxer del mismo color, su cabello despeinado y un brillo particular en sus ojos lo dejaba ver como una peligrosa tentación y sabía que lo hacía a propósito, maldición… Su pene estaba duro, oh sí, ese era el juego de la seducción y ambos sabían cómo jugar.

↬ᴅᴀʀᴀ ᴅᴇɪs♡ [ᴋᴏᴏᴋᴊɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora