Capítulo 2.

709 86 43
                                    


Tobirama jamás se había sentido tan encantando en su vida.

Jamás había tenido algún tipo de fijación en los omegas, por más que ellos intentasen hacerlo caer en sus encantos Tobirama lograba controlarse y no ceder ante juegos, no le interesaba tener una pareja.

Pero hasta que vió a ese encantador omega en aquella tienda. Podía jurar ahí mismo que era la criatura más hermosa que sus ojos habían visto.

« Mi nombre es Aishi. »

Suspiró al tan solo recordar su suave voz presentándose.

No era un romántico por naturaleza, no como su hermano mayor quien se enamoraba tan rápido como un adolescente.

Pero ese Omega, había despertado algo en su corazón que jamás había sentido antes.

Interés, un real interés. No un interés para su conveniencia, fue un interés y preocupación real por otra persona que no fue de su familia.

Nunca había experimentando algo así antes. Por supuesto que Hashirama le había hablado de las parejas destinadas y que en algún momento la encontraría, solo nunca pensó que era real.

Tobirama sabía que no podía pasar por eso solo, no tenía idea de cómo comenzar, así que sacó su teléfono y abrió la aplicación de mensajería.

— Hashirama, necesito tu ayuda. — Dijo en el mensaje de voz que envió luego de unos momentos, necesitaba mucha ayuda.

Por otro lado, no todo era un cuento de hadas.

— ¡Qué maldita suerte! — Izuna exclamó, quitándose la mascarilla en su rostro rompiéndole en el proceso y haciéndose su cola baja sin importarle tirarse algunos cabellos con fuerza.— ¡Maldita rata blanca! ¡Maldita...ahgg, vida de mierda!

Se quitaba la ropa que traía puesta tan rápido como pudo, buscando la muda desesperadamente en la oficina de la base Uchiha. 

Al encontrar sus elegantes prendas con el emblema de su familia, comenzó a ponérselas ansiosamente.

Desde que salió de la tienda solo quería quitarse el disfraz de civil, volver a su armadura de poder. Jamás iba a pensar de nuevo que ser un civil era lo que deseaba, mil veces no

— ¡Si Madara estuviese aquí nada de esto habría pasado! — Volvió a gritar, sintiendo su garganta doler por toda la ira acumulada en su voz.

Izuna tomó con rabia el teléfono y marcó el número de su hermano mayor.

Apenas este contestó, el menor gritó sin dudar.

— ¡Te quiero acá, ahora!

Minutos después.


— Madara...

— No, Hashirama. Mi hermano menor me necesita.

— Pero Madara...ya es mayor...

— Me necesita, Hashirama.

Madara guardaba sus cosas en la maleta.

— Madara, por favor, quédate aquí. — suplicaba el de cabello castaño. — Podemos pasar todo el día en la piscina temperada, o puedo dejarte ganar en las cartas. Pero por favor por favor por favor, quédate aquí.

— Hashirama, no sé que entiendes por "Mi hermano me necesita". No tengo motivos para seguir descansando

— P-Pero... estuvimos planeando esto por mucho tiempo.

Madara detuvo sus movimientos, era verdad...

— Lo sé, Hashirama...pero...

— Si quieres puedo decirle a Tobi-chan que cuide de tu hermanito, el pobre Tobi no tiene nada que hacer y le gusta sentirse útil. — Hashirama miraba con ojitos de cachorrito lastimado a Madara, y este desvió su mirada.

— No sé cómo esa rata blanca cuidará de mi hermano menor con lo rígido que es.— Gruñó el azabache.

— ¡Te juro que lo hará! me debe un favor. No debería contarte pero...Ayer me pidió consejos...sobre omegas. — Hashirama murmuraba, como si fuese una gran revelación.

Madara formó una mueca de asco al imaginarse a la rata conquistando a algún omega.

— Veamos si alguno si quiera aguanta mirarlo sin vomitar.

— Madie, no seas así.

— Puaj.

— ¡Madie! Solo...solo di que sí y quédate aquí conmigo. — tomó las manos del otro alfa. — Te extrañe mucho...

— ... — Madara ya no podía discutir con eso, solo volvió a gruñir y asintió lentamente. — Solo si tu hermano dice que sí.

— No.

— ¡Pero Tobi!

Tobirama escuchaba desde la otra linea, mientras se encargaba de leer los documentos sobre la familia Uchiha con una aburrida mirada.

— Es un mafioso, un criminal. Repiteme porqué deseas que cuide a alguien así.

— Lo tendrás más cerca para vigilarlo si le brindas protección y apoyo, es toda una estrategia que estuve inventando acá.

— Suena bastante inteligente como para que lo hayas hecho tú.

— Por favor, Tobi, yo jamás te he pedido algo en mi vida.

— Me has pedido más cosas de las que siquiera podría recordar.

— Últimamente no. Por favor, solo protegelo, no te sirve muerto ¿verdad?

Tobirama realmente reflexionó sobre aquel último punto, definitivamente no le servía muerto. Si por alguna razón Izuna moría, no se destaparia ningún secreto, la mafia probablemente desaparecía si es que Madara también estaba muerto.

No tendría nada, no haría pagar a nadie. No habría justicia. Tobirama no podía permitir que algo así pasara.

— ¿Tobi...?

— Acepto. Pero no seré su niñera.

— ¡Muy bien, Tobi!— Tobirama suspiró por el ánimo de su hermano. — Ahora solo ve donde él y dile que tienen un tratado de paz, o lo que sea que se te venga a la cabeza.

— Sí, lo entiendo. Pero Hashirama...

Fue interrumpido por el sonido que daba a entender que la llamada había sido cortada.

— Perfecto...— Tobirama se tomó las sienes y las masajeó con su mano. — Ahora tendré que pedirle un tratado de paz a alguien que amenacé hace unos días. Gracias Hashirama...

Muy dificil de conseguir. TobiIzu OmegaVerseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora