Asustándote

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Quinto intento: Asustándote

Había pasado todo el fin de semana pensando en lo sucedido el viernes en el colegio, y aunque trataba de buscarle una buena explicación no podía encontrarla. El lunes que regrese a la escuela, trate de buscar al conejito, pero mis finales de parcial me tenían más que saturado; entre las tareas, proyectos, futbol y mis amigos, no me daban ni un respiro para buscar al conejito, y a estas alturas a la mitad de la semana, ya me encontraba con un humor demasiado alterado, pero en definitiva era hoy o nunca.

- Vamos Choi.

- Si hyung – caminé al lado de mi mayor mientras íbamos hacia el campo de futbol. Me había hecho la propuesta de que después del entrenamiento me quedaría a esperar al conejito y así poder hablar con él a la hora de su salida.

Durante las primeras dos horas del entrenamiento mi mente logro calmarse un poco para concentrarme en lo que tenía que hacer, hasta que...

- Hey Minho, llego tu novio hipitos – comento burlesco Jimin mientras apuntaba hacía las gradas.

Entonces lo vi, se encontraba acomodándose en las primeras gradas del estadio, me vio y alzó suavemente su manita saludándome, por inercia yo también lo hice mientras una estúpida sonrisa se pintaba en mis labios, termine de tomar agua y regrese al entrenamiento mientras cada que podía veía hacía las gradas y lo notaba haciendo sus deberes, durante la siguiente media hora del entrenamiento me encontraba demasiado ansioso porque al fin llegara el descanso y así poder correr a las gradas, pero como siempre suele pasar, entre más ansioso estas, el tiempo pasa más lento.

- ¡Nebraska 18!, ¡Nebraska 18!

A pesar de que solo era entrenamiento, yo me tomaba las cosas muy enserio, principalmente porque quería que este ya acabara y poderme ir a hablar con el conejito, porque desde hace bastante rato que lo he visto y parece no tener hipo, así que quiero aprovechar dicha oportunidad.

Nuestro equipo anoto una vez más por lo que todos festejamos, pues sabíamos que cuando entrenábamos así, el equipo perdedor debía de comprar el desayuno al siguiente día, así que una victoria significaba comida gratis. Dentro de la euforia del momento conecte la mirada con mi conejito y le lance un sonoro beso, a lo cual todos comenzaron a hacerme burla; noté que él se ruborizaba, pero en ningún momento pareció molestarle mi beso volado; todo eso eran buenas señales hasta que el hipo apareció de nuevo; suspiré bastante resignado de la situación.

- Vamos chicos quedan 5 minutos, una jugada más – grito el entrenador para que todos comenzáramos de nuevo.

- Venga Minho, aún con hipo puedes besarlo.

- Ya lo sé Hyung.

- ¿Entonces?, vamos quita esa cara, ya casi terminamos.

Suspiré y asentí, resignándome por el momento, pero entonces recordé aquel último remedio que mi abuela me había dicho; una sonrisa cruzó mis labios y comencé a ingeniarme aquel macabro plan en menos de quince segundos.

- ¡Seúl 25! ¡Seúl 25!

Conocía esta jugada perfectamente así que sabía exactamente qué hacer y que no, yo solo esperaba que esto en verdad funcionara sino el dolor iba a ser en vano.

- ¡¡¡MINHO!!!

Fue lo que escuche cuando cinco de mis compañeros de juego me taclearon perfectamente lanzándome por los aires, creo que di cerca de tres vueltas en el aire; lo único bueno antes de golpear contra el suelo, fue aquel grito desgarrador por parte de mi conejito. El dolor en verdad era insoportable, escuchaba a la vez los regaños de mis hyungs por ser un idiota, por no escuchar la jugada, y sin fin de cosas; pero yo solo quería saber si al conejito se le había quitado el hipo.

HipoWhere stories live. Discover now